Los murcianos en Myanmar: «Estamos bien y pronto saldremos del país»
Una de las turistas murcianas en Birmania revela a 'La Verdad' que la situación es más grave de lo que cuentan las fuentes oficiales
Niños con armas, bombardeos en casas de civiles, presos bajando en estampida de un tren. Son hechos que están sucediendo en Myanmar pero que todavía no han salido en la prensa internacional, según cuenta Marta Sánchez, una de las murcianas que se encuentra en el país y que vivió este jueves muy de cerca, junto a otros 14 españoles y una chica uruguaya con los que viaja, el atentado provocado por grupos de guerrilleros contra un puente al norte del país.
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«Al principio no teníamos ni idea de lo que pasaba, íbamos tan normales en autobús y nos pararon en un control, pero no sabíamos lo que era. Pensamos que se habría desbordado un río por las lluvias». Al poco, el conductor hizo uso de onomatopeyas para entenderse con sus pasajeros extranjeros, «nos hacía el sonido de una metralleta, 'ta-ta-ta-ta-tá', pero no entendíamos nada». Y así en la ignorancia, «a 10 minutos del meollo», vivieron cómo el grupo armado volaba el puente. «Después nos dijeron que era un atentado. En ese momento no sabíamos lo que era, por eso no lo vivimos con angustia. Tan solo vimos personas pasar armadas junto al autobús, incluso niños. La cara de los policías cambió y nos dimos cuenta de que era algo serio».
Con la ayuda de la embajada española, el grupo con el que viajaba Sánchez haciendo turismo fotográfico encontró un lugar seguro en el que hospedarse, y «aunque todavía hay un poco de peligro porque nos han dicho que pueden intentar secuestrar a extranjeros para que el conflicto salte a la prensa internacional», ellos se encuentran custodiados por la policía de la embajada, que además «están en contacto con los militares y nos mantienen informados de lo que sucede».
De momento, ellos se encuentran fuera de peligro. «Tenemos buenas noticias, estamos bien y puede que pronto salgamos del país», confirmó Sánchez, que no quiso dar más detalles de esa posible e inminente vuelta a casa. «La verdad es que lo estamos viviendo todo con tranquilidad, porque hemos buscado soluciones en grupo».
Sobre la situación en la antigua Birmania, Sánchez no sabe a ciencia cierta cuál es la envergadura del conflicto, pero dice que «posiblemente el Gobierno esté ocultando información. Nosotros vimos niños con armas y una de mis compañeras, que en el momento del atentado se encontraba en una estación de tren, vio presos bajar de los vagones. Además, estuvo hablando con un policía que le enseñó vídeos de cómo habían bombardeado casas de civiles. La cosa es más seria de lo que nos quieren contar. Hay gente que dice que no pasa nada y que esto se pasará en unos días, y otros dicen que la cosa es grave, que va a ir a más. Igual que tampoco podemos asegurar los muertos, porque hemos leído en la prensa que fueron 14, pero a nosotros nos dijeron que habían sido unos 70».
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Sánchez llegó a Myanmar el 6 de agosto, y algunos de sus compañeros lo hicieron el día 1. Unos cogían este jueves el avión para regresar y otros lo hacían este viernes. «Hemos disfrutado de un país precioso. Aquí la gente es maravillosa, pero de pronto, ayer todo se nubló. Aunque lo nuestro no es nada. Nosotros estamos bien. Aquí hay civiles sufriendo», concluye.
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