Es sabido que entre los orígenes de cualquier conflicto está la pugna por los bienes escasos. Hablar del agua en la Región de Murcia es, precisamente, hablar de estos dos elementos: conflicto y bien escaso. La Región viene conociendo desde hace décadas lo que ya es un hecho incuestionable: el impacto del cambio climático no es una amenaza a futuro sino una realidad palpable. Hasta ahí no habría que establecer grandes diferencias con respecto a lo que está sufriendo el resto de España y el mundo. El hecho diferencial en el caso de la Región de Murcia –y el Levante en general– es la importancia que adquiere este bien para una economía fuertemente ligada al sector agroalimentario, un sector pujante para el que el agua es imprescindible.
Publicidad
La aprobación por parte del Consejo de Ministros el pasado 24 de enero del real decreto por el que se aprueba la revisión de los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas, entre ellas, la del Segura y la del Tajo, desató en la sociedad murciana los recelos ante la amenaza de una fuerte reducción –entre 70 y 110 hectómetros cúbicos– en el agua trasvasada del Tajo al Segura, tal como prevé el denominado Plan del Tajo, que apuesta por compatibilizar el Trasvase con un aumento de los caudales ecológicos.
La instrumentalización política de una cuestión clave como el agua ha sido una tentación constante. La presunción –acertada– de que el partido que consiguiese una identificación con los intereses de la huerta murciana y su industria, a través de la defensa del abastecimiento constante del preciado bien, lograría un importante rédito electoral llevó al diseño de exitosas campañas, como la recordada 'Agua para todos' del Partido Popular. Dicha campaña consiguió conectar con la ciudadanía (además de algún premio, como el Golden World Awards, de la Asociación Internacional de Relaciones Públicas y Publicidad). Con esa conexión, el siempre cuestionado sentimiento de identidad murciano conseguía una bandera que defender y a partir de la que ser reconocida, además de, por supuesto, asegurar un caladero de votos para el partido artífice de tan acertada campaña.
Los intereses en juego, no ya los meramente económicos, que son muchos y muy importantes, sino también los electorales, convertirán el agua en un arma política cuya defensa es símbolo de murcianía y, por el contrario, las concesiones a la restricción en el abastecimiento –como el previsto en el Plan del Tajo–, en un ataque directo a la Región por parte del Gobierno nacional.
La campaña pasó, pero el sentimiento queda. Una prueba evidente de ello es que, en el último Barómetro de invierno de 2023 del Cemop, el agua es el segundo problema por orden de importancia para la ciudadanía de la Región, solo por detrás del desempleo, que sigue en cabeza en la serie de barómetros desde 2019. Los últimos acontecimientos desencadenados a raíz del real decreto mencionado no son ajenos al resurgir de la preocupación por el agua. De la misma forma que otros problemas, como la situación del Mar Menor, ocuparon la segunda posición en orden de importancia en el Barómetro de otoño de 2021 y ahora ocupan la séptima posición en una batería de trece cuestiones; o la epidemia de covid-19 ocupó los primeros puestos en los barómetros de primavera y otoño de 2020 y, en este último, ha desaparecido, también la preocupación por el agua ha tenido sus altibajos.
Publicidad
Haciendo una breve historia reciente de la preocupación por este tema, la consideración del agua como problema especialmente relevante entre la ciudadanía se observó en el Barómetro de primavera de 2019 –momento en que se situó como segundo problema para el 11,7% de encuestados/as– y en este último barómetro de enero de 2023. En el resto, ha ocupado una cuarta posición (invierno de 2022), tercera (de otoño de 2022), en el mejor de los casos, o ha estado bastante por detrás de otras preocupaciones como las anteriormente mencionadas (desempleo; Mar Menor; covid-19; política y políticos; y subida de precios).
Si se trazara el perfil sociodemográfico del ciudadano/a especialmente preocupado por el problema del agua en este Barómetro de enero de 2023, hablaríamos de un varón, de 65 o más años; votante del Partido Popular o Vox; jubilado o pensionista, con estudios (nivel de Secundaria o universitarios). En cualquier caso, es un perfil. La preocupación es global, posiblemente regiones como Murcia son la punta de lanza en un problema que requerirá de soluciones globales. Si se actúa en esta región como 'laboratorio', ensayemos las mejores soluciones, por encima de banderas, identidades y regiones. Va mucho en ello.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión