La arquitectura pública de la Región de Murcia se reinventa

Las ideas de recuperación para este patrimonio común que han salido de los concursos organizados con la ayuda de la Oficina de Apoyo a la Rehabilitación (Oarmu) dibujan una arquitectura pública que parece liberarse de lo superfluo para dar respuesta a los retos que plantean los nuevos tiempos: respeto al entorno, ahorro energético y capacidad para adaptarse a las necesidades de los ciudadanos. «Son actuaciones ejemplarizantes que también ayudarán a revitalizar los entornos urbanos donde se localizan unos inmuebles que, pese al deterioro, poseen su atractivo», resume María José Peñalver, decana del Coamu, satisfecha con los resultados del trabajo realizado.

El camino aún es largo. Los proyectos presentados por Lorca (centro cultural Alcalde José María Campoy), Alcantarilla (fábrica Esteva y chalé Precioso), Torre Pacheco (antiguo centro de salud), Abarán (Casa Consistorial), La Unión (antiguas Escuelas Graduadas), Yecla (edificio de Cazadores) y Campos del Río (Escuelas Viejas) aspiran a materializarse con las ayudas del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (Pirep), que se nutre de los fondos europeos 'Next Generation'. La iniciativa va más allá del acondicionamiento energético de estas construcciones, y persigue una rehabilitación integral acorde a unos criterios de sostenibilidad, inclusión social y calidad estética.

Las ocho actuaciones en estos siete municipios abarcan una superficie construida de 10.500 metros cuadrados, con una inversión de casi 12,3 millones de euros. La competencia se presenta dura. Porque la convocatoria, que se resolverá por concurrencia pública, ha recibido 1.019 solicitudes procedentes de todo el territorio nacional por parte de 777 entidades locales, según los datos facilitados por el Ministerio de Transportes.

En la Región, otros consistorios también acuden por su cuenta a esta suculenta línea de ayudas. Ahora se abre un plazo máximo de seis meses para seleccionar las mejores propuestas, por lo que probablemente hasta final de año no se conocerá qué intervenciones de recuperación con la marca de la Región se beneficiarán finalmente de los fondos de la Unión Europea (UE).

No obstante, algunos ayuntamientos ya han expresado su intención de seguir adelante aunque tengan que recurrir a recursos propios, convencidos de que el esfuerzo merece la pena. Es el caso de Alcantarilla, que aspira a un doble premio. Su alcalde, Joaquín Buendía, defiende que la rehabilitación de la fábrica Esteva (donde se quiere montar el futuro Museo de la Conserva) y del chalé de José María Precioso (una coqueta residencia familiar diseñada por Pedro Cerdán y que sueña ahora con convertirse en un 'jardín cultural') pretende rescatar del olvido «dos emblemas del apogeo industrial que vivió Alcantarilla entre finales del siglo XIX y principios del XX».

Estas intervenciones forman parte de una estrategia municipal centrada en el patrimonio histórico, «con el fin de ponerlo a disposición de vecinos y visitantes», y donde también se incluyen, por ejemplo, el acondicionamiento del acueducto y la remodelación del Museo de la Huerta, dos proyectos ya ejecutados. Así que el equipo de gobierno se muestra firme en su decisión de seguir adelante con sus planes, aunque no lleguen las subvenciones europeas.

«Consideramos que recuperar estos dos edificios para darles un nuevo uso es una acción relevante para el Ayuntamiento y no nos vamos a detener. Porque pensamos que no solo contribuirán a recuperar el legado cultural y a mantener viva nuestra historia, sino que además ayudarán a dinamizar el entorno en el que se localizan», asegura Joaquín Buendía a LA VERDAD.

Esa «inyección de oportunidad», en palabras del vicedecano del Coamu, Juan Pedro Sanz, también mueve al resto de proyectos de los otros seis municipios. Sobre todos ellos sobrevuela la idea de una arquitectura pública humanizada, al servicio de los vecinos, amable y que actúe como un referente urbano de impacto y un revulsivo que active y anime a toda la comunidad. Esa visión integral parece haber pesado en la decisión de los jurados de expertos encargados de proclamar a los ganadores de los diferentes concursos. La iniciativa ha atraído tanto a jóvenes arquitectos como a equipos de profesionales más consolidados, y esos perfiles tan heterogéneos han quedado reflejados en un torrente de ideas, con una variedad de perspectivas.

Campos del Río (con poco más de 2.000 habitantes) tiene depositadas sus esperanzas en la fuerza, el cromatismo y la frescura que rezuma el diseño ganador de Dictinio de Castillo-Elejabeytia, María Fernanda Estrada López y Guillermo Jiménez Granero. Los autores han recogido el guante de darle un doble uso a las Escuelas Viejas, un conjunto de mediados de los años 60 convertido en referente urbano, para que funcione como casa de asociaciones y centro de emergencias. Castillo-Elejabeytia confía en que la remodelación, que apuesta por energías limpias y materiales naturales como la cal y la madera, «se convierta en la semilla para regenerar todo el entorno», al tratarse de un nuevo equipamiento que pretende resolver la falta de espacios para las actividades que desarrollan los colectivos y asociaciones locales.

La propuesta de este trío de arquitectos sugiere «un diálogo» del complejo a rehabilitar con el contraste de «colores, texturas y paisajes que dibuja Campos del Río». Y para ello se apoyan en «un lenguaje arquitectónico contemporáneo, más orgánico y naturalizado, dándole una expresividad que hable de la época que nos ha tocado vivir».

La versatilidad al servicio de la ciudadanía domina también el ambicioso proyecto seleccionado por Torre Pacheco para la puesta en valor del antiguo centro salud. La idea ganadora de la cooperativa Oficina de Innovación Cívica anima a construir una identidad colectiva a través del arte y la cultura. Y para ello sugiere convertir el edificio en un «contenedor urbano capaz de evolucionar y adaptarse a los cambios, siendo la ciudadanía, con el propio uso del equipamiento, la que decida cómo quiere que sea este nuevo espacio».

La Unión acude a su idiosincrasia para 'Tablas', de Joan Santiago Blanco, que transformará la antiguas Escuelas Gradas en el escenario para la difusión de uno de los tesoros de su patrimonio inmaterial: el flamenco. El inmueble se convertirá en un ejemplo de sostenibilidad, ya que ahorrará casi el 99% del consumo de energía primaria no renovable.

El edificio de Cazadores, en Yecla, se someterá a una modernización con vistas a convertirse en un centro multifuncional de ocio y promoción económica. Abrirá los muros de su fachada para aprovechar mejor la luz del sol y la ventilación natural. Representa la intervención de mayor calado presentada por estos siete ayuntamientos, con 2.900 metros cuadrados y un coste de casi 2,9 millones de euros. Abarán y Lorca esperan que el programa Pirep ayude a mejorar dos equipamientos de gran utilidad para los vecinos: la Casa Consistorial -en el caso del primer municipio- y el centro cultural Alcalde José María Campoy. Con la colaboración del Coamu, Caravaca de la Cruz también ha lanzado dos concursos para rehabilitar el Ayuntamiento y el teatro.