Los invitados al acto abarrotaron el salón desde el que pudieron asistir a la toma de posesión de los nuevos consejeros. JAVIER CARRIÓN/ AGM

Alto voltaje

Ana Martínez Vidal acapara los focos en el Gobierno, donde hay un popurrí de competencias mal encajadas

MANUEL BUITRAGO

MURCIA.

Viernes, 2 de agosto 2019, 00:54

Vaya por delante que la Región de Murcia precisa con urgencia de una Consejería de Medio Ambiente, poderosa y sin complejos, que englobe las competencias de agua, medio natural, calidad ambiental, cambio climático y transición energética. López Miras ha perdido la ocasión de darle el máximo rango político y administrativo a uno de los principales retos de nuestra Comunidad -ahí están la escasez hídrica, el Mar Menor, Portmán, la contaminación atmósferica y las energías renovables-, y ha optado por una visión estrecha, metiendo en el mismo saco el medio ambiente con agricultura, ganadería y pesca.

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López Miras ha perdido la oportunidad de darle el máximo rango político y administrativo al medio ambiente, que es uno de los principales retos

Condicionado por las diez consejerías que conforman el chasis del Ejecutivo -podían ser más-, ha vuelto al viejo diseño de dejar bajo un mismo mando políticas que chocan a menudo con criterios incompatibles. Para dirigir el buque insignia de la potente industria agroalimentaria regional, el presidente ha prescindido de un buen gestor como Miguel Ángel del Amor, para colocar a Antonio Luengo, que ha tenido un perfil bajo durante estos años dedicados al Mar Menor, cuya recuperación sigue pendiente.

Atentos a Díez de Revenga

El área económico laboral (Turismo, Empresa, Industria, Investigación y Empleo) es un popurrí de competencias repartidas en tres consejerías, mientras que Universidades sigue desligada de Educación. Unido a esto, Juventud y Deportes no dejan de ser un postizo de Turismo. En cuanto a la Consejería de Fomento, la elección de José Ramón Díez de Revenga choca con la confesión que hizo López Miras a 'La Verdad' de que el PP tuvo errores de comunicación con las obras del soterramiento, toda vez que el nuevo consejero se ha prodigado, con vehemencia, en sus broncas con los vecinos. El problema de la Consejería de Fomento es que no tiene un euro para obras, para atender a los 45 ayuntamientos que reclaman mejores infraestructuras.

El presidente López Miras aplaude al término del acto junto a todo su equipo de gobierno.| José María Albarracín, con el consejero Antonio Luengo. | Selfi de Adela Martínez-Cachá con María Esperanza Moreno. V. VICÉNS

Es difícil estructurar un gobierno de coalición donde uno de los socios marca su territorio con las políticas que pretende desarrollar y visualizar. Es como si Ciudadanos pusiera la carrocería y el Partido Popular el motor del coche. López Miras se ha asegurado el control efectivo, el arco de bóveda, conservando las competencias motrices de Presidencia, Hacienda, Salud, Educación, Agua, Agricultura y Fomento, y por ahí no tendrá problemas. Es más probable que haya jaleo dentro de la casa naranja, donde saltan chispas entre la vicepresidenta Isabel Franco y la consejera Ana Martínez Vidal.

La potencia de fuego de Vidal

La exconcejal del PP de Murcia es el centro de las miradas, el foco de atención, y aporta un alto voltaje al flamante Ejecutivo. Con la Portavocía y el Info, dispone de una gran potencia de fuego político y de promoción. Como publicamos ayer, es el otro pilar del Gobierno junto a Javier Celdrán. Será interesante comprobar cómo Martínez Vidal vende la gestión del gabinete bicolor. A esta se le supone tanta ambición política como habilidad para aspirar a otras metas.

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El Ejecutivo regional entra ahora en la fase de acoplamiento y rodaje, que requerirá su tiempo, con agosto de por medio. Lamentablemente, tampoco hay prisa debido al bloqueo del Gobierno de la Nación.

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