El agua de Madrid y el fantasma del Ebro agitan los trasvases
Los intereses territoriales y políticos echan más leña al fuego mientras se perfila el nuevo ciclo hidrológico, en el que el Levante se ve como perdedor
El tablero del agua se agita y embrolla de nuevo con los intereses territoriales; unos perentorios, otros en la recámara, y el resto sacado ... de naufragios del pasado. A punto de entrar en la fase crítica del tercer ciclo de planificación hidrológica, con el periodo de alegaciones que finaliza mañana, el Levante se ve a priori como claro perdedor. El secretario de Estado Hugo Morán perturbó las aguas del Trasvase más de lo que ya estaban, poniendo sobre la mesa las demandas «prioritarias» de la Llanura Manchega y de Madrid, las cuales dijo que hay que «computar».
En un cálculo a las bravas, si se suman los efectos de la subida del caudal ecológico, junto a los 60 hectómetros del abastecimiento de Madrid, más los 50 máximos del trasvase a Ciudad Real, el resultado sería prácticamente cero hectómetros trasvasables para el regadío del Levante. Con alguna intención, Morán sacó a colación las demandas de Madrid y La Mancha, y la consecuencia fue embarrar aún más el terreno de juego.
«Morán lanza una consigna»
El presidente del Sindicato de Regantes (Scrats), Lucas Jiménez, señaló ayer que el secretario de Estado lanzó «una consigna» dirigida a su afines, para engrosar el argumentario con el que tratar de justificar el 'Trasvasazo' en ciernes. Resumiendo: con el descenso de aportaciones por el cambio climático; el caudal ecológico que se sube 'reinterpretando' la sentencia del Tribunal Supremo; y las futuras demandas de Madrid y Ciudad Real, no quedará casi nada para trasvasar, exceptuando la cuota de los abastecimientos que están garantizados por ley. Para contrarrestarlo, más desalación.
El caudal ecológico del Tajo y las demandas futuras de Madrid y La Mancha pueden dejar el trasvase para riego casi a cero
Habrá que aclarar si el Canal de Isabel II ha pedido esos 60 hectómetros, toda vez que este organismo informó antes del verano de que dispone de concesiones del Tajo de 742 hectómetros, pero solo utiliza unos 500. Jiménez recalca que esos 60 hectómetros ya están incluidos, aunque en octubre del año pasado un estudio presentado por el propio Sindicato alertó de que esa demanda de Madrid podía acabar con el acueducto si se aceptaba la petición del Canal de Isabel II.
Sea como fuere, la demanda –perentoria o de efectos retardados– de la Comunidad madrileña tendría doble prioridad como territorio cedente y como uso para la población. El director del Instituto Euromediterráneo del Agua, Francisco Cabezas, sostiene que Madrid no necesita ese caudal, y que en el caso de que así fuera, resultaría muy costoso bombear el agua y desalarla, ya que está cargada de sales en el teórico punto de toma de ese tramo del río.
Un agua cara para La Mancha
En cuanto a Ciudad Real, el director general del Agua, Teodoro Estrela, avanzó que la Tubería Manchega –una herencia de José Borrell– se pondrá en servicio en el próximo ciclo hidrológico, trasvasando los 10 primeros hectómetros, para aumentar progresivamente hasta los 50. Tanto Lucas Jiménez como varios expertos consideran que los usuarios manchegos no podrán pagar ese agua ni afrontar unos precios desconocidos en esa zona. Unido a esto, la zona de destino de esa tubería no pertenece a la cuenca del Tajo. La prioridad de usos estaría ligada en cualquier caso al consumo preferente de la población.
La tercera casilla del tablero es Aranjuez. En su evaluación de daños, el Gobierno regional sostiene que el incremento del caudal ecológico representa un mayor perjuicio para el Levante que un beneficio para este tramo del Tajo. Lo ilustra diciendo que el nivel de la lámina de agua apenas subiría dos centímetros, lo que a su juicio no garantiza la biodiversidad del río ni mejora el impacto paisajístico, elementos que ya estarían asegurados con el régimen actual de caudales. El presidente López Miras expuso este argumento el viernes en el foro del CES, para concluir que la contrapartida, el impacto en el Trasvase, sería muy elevada.
La otra pieza del ajedrez hídrico español es el fantasma del Trasvase del Ebro, que ha reaparecido tras las declaraciones de Pablo Casado en Zaragoza, donde abogó por un «pacto nacional del agua» que incluya la construcción de infraestructuras en las cuencas excedentarias y deficitarias. Aunque no mencionó los trasvases, el portavoz del Partido Aragonés Regionalista (PAR), Jesús Guerrero, salió ayer al paso indicando que su formación «se opone de forma rotunda a sacar de nuevo el fantasma del trasvase del Ebro». Propuso que las Cortes de Aragón aprueben una declaración institucional en este sentido, una iniciativa que también pidió el PSOE. A juicio de Guerrero, las palabras de Pablo Casado son «una declaración de intenciones en caso de que llegue a gobernar España».
El contrapeso de Ximo Puig
Conocedores del papel clave que le toca jugar al presidente de la Generalitat Valenciana, los directivos del Scrats prevén reunirse hoy con Ximo Puig para asegurarse su apoyo ante los planes de Teresa Ribera. Y para explicarle las alegaciones que presentarán. Estos ven a Ximo Puig como el principal contrapeso dentro del PSOE. El agua propicia además una batalla política en la comunidad vecina, donde el presidente del PP Carlos Mazón está echando toda la carne en el asador.
Para sus alegaciones, el Scrats cuenta con un equipo jurídico y técnico formado por el despacho Menéndez y Asociados de Barcelona, y los catedráticos Francisco Mariño y Luis Garrote.
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