El acusado de matar a su padre a puñaladas en Campos del Río afronta 14 años de cárcel
El presunto parricida presuntamente asestó 14 navajazos a su progenitor en el transcurso de una discusión porque no quería buscar trabajo
José M. D. se sentará el próximo martes en el banquillo de la Audiencia Provincial acusado de uno de los crímenes más execrables que se pueden llegar a cometer: matar a su propio padre. El presunto parricida está acusado de acabar con la vida de su progenitor propinándole hasta catorce puñaladas, algunas de ellas en el cuello, en la vivienda que ambos compartían en Campos del Río. La Fiscalía solicita para él catorce años de prisión y que indemnice en 203.000 euros a la esposa y los otros tres hijos de la víctima.
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Este brutal crimen se produjo a última hora de la tarde del 25 de octubre de 2021 en la vivienda familiar de Campos del Río. El acusado, según explica el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, mantenían con sus padres una relación «complicada» con multitud de amenazas e insultos desde pequeño. Esta situación dio pie a que José M.D. estuviese en un centro de menores y que un juez dictase una orden de alejamiento con su padre, que ya habían finalizado en ese momento.
La tarde del 25 de octubre el procesado se encontraba en la casa con sus familiares cuando se originó una discusión en el salón entre José y su padre debido a que el joven se negaba a buscar trabajo, según sostiene el fiscal. En ese momento el acusado, que estaba esperando a que su madre terminase de hacer la cena, presuntamente se abalanzó sobre su padre, forcejeando y empujándolo contra la pared. Tras sacar una navaja de 12 centímetros de hoja supuestamente le asestó varias puñaladas en el cuello. Tras caer su progenitor al suelo, sostiene el Ministerio Público, continuó dándole puñaladas hasta causarle catorce heridas.
«Algún día tenía que pasar»
Tras acercarse la madre al salón, le dijo «ves cómo al final lo he matado» y se marchó a la casa de enfrente, donde viven unos familiares. Después, sostiene el fiscal, regresó, se comió la cena y le dijo a su madre: «Aún estás llorando, es que no te alegras de que lo haya matado». Los vecinos, alertados por los gritos de la madre, alertaron al 112. Una vez que acudieron los agentes de la Guardia Civil, según recoge el Ministerio Público, el joven les manifestó espontáneamente: «Dadme las esposas que lo he matado. Ya era hora. Algún día tenía que pasar».
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