La actividad parlamentaria se desinfla en primavera

Los socialistas volvieron a lamentar que el presidente del Consejo de Gobierno no tenga previsto comparecer en la Cámara, como ellos piden desde hace más de un mes, para informar de las medidas aplicadas en la Administración regional para afrontar la crisis derivada de la invasión de Ucrania. Tampoco se reunirá la Comisión de Economía y Hacienda para impulsar los incentivos a las energías renovables, ni la Comisión de Educación para que la consejera Mabel Campuzano explique sus planes hasta final de legislatura, ni tampoco la ponencia que trabaja en la proposición de ley sobre familias monoparentales. Era lo que ellos pidieron para reactivar la actividad, tras un «abril bajo mínimos» y un primer trimestre también poco intenso, si se compara con el de hace un año y los de anteriores legislaturas.

El primer partido de la oposición, con un diputado más que el que maneja los hilos del Gobierno regional, no tiene opciones de influir en la agenda legislativa desde la moción de censura de marzo de 2021. El PP se cierra en banda, junto con sus socios de gobierno: los tránsfugas de Ciudadanos y los expulsados de Vox. Todas las comparecencias de consejeros son a petición propia y para hablar de asuntos que para la oposición son de segundo y tercer nivel. Así ocurrirá el próximo miércoles 4 de mayo, día fijado para que el consejero de Economía y Hacienda, Luis Alberto Marín, comparezca para informar sobre los acuerdos adoptados en la reunión de la Comisión Delegada del Consejo de Gobierno para Asuntos Económicos, celebrada el 17 de marzo. Marín expondrá el plan de choque contra los efectos de la guerra en la economía regional, en lugar del presidente. «Está siendo una legislatura bastante atípica», zanjó con cierto hartazgo Martínez Baños, quien insistió en que el Parlamento «ya no representa lo que votaron los ciudadanos en mayo de 2019».

En el PP siguen adelante con su estrategia de gobierno sin dar mayor importancia a las quejas de los socialistas. La portavoz adjunta del Grupo Popular, Miriam Guardiola, se extrañó ayer de que los socialistas insistan en pedir la comparecencia del presidente, que se reserva todo lo que puede en la Cámara para evitar la erosión política. «El PSOE debería saber que hay una comparecencia a petición propia del consejero», reprendió Guardiola, para quien la transparencia del Ejecutivo de López Miras está fuera de toda duda.

Tampoco compartió la visión de los socialistas el portavoz del Grupo Ciudadanos, Francisco Álvarez. Él soporta en solitario dicha representación desde la escisión interna de hace un año, que derivó en el ascenso de Valle Miguélez a consejera y el pase al Grupo Mixto de Ana Martínez Vidal y Juan José Molina. Defendió que, además del trabajo legislativo, hay una intensa labor alejada de los focos que consume tanto tiempo y recursos como acudir a la Asamblea periódicamente. Incluidas las procesiones y los actos sardineros de los últimos días. «Para mí, la actividad es imparable. Otra cosa es que la parlamentaria haya bajado un poquito estas dos últimas semanas. Pero no hay bajón», rechazó tras la Junta de Portavoces, más activa en abril que el propio Pleno.