José María Sánchez Artés.

«Su labor de ayuda a los demás supera cualquier creencia»

alcalde de Santomera

ISABEL MATEO

Viernes, 30 de mayo 2014, 08:52

Apenas unas horas antes de que embarque rumbo a Collevalenza (Italia), donde mañana se celebra la beatificación de Madre Esperanza, hablamos con el alcalde de Santomera. Para José María Sánchez, devoto de la religiosa nacida en El Siscar, será «un acontecimiento muy especial».

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-¿Qué supone la figura de Madre Esperanza para Santomera?

-Madre Esperanza es un personaje de una transcendencia enorme y su beatificación supone una gran alegría para todo el municipio y, en particular, para El Siscar, donde nació. Para mí, como cristiano, su figura es muy relevante, pero la realidad es que su labor de ayuda a los demás supera cualquier creencia. Es un ejemplo a seguir.

-¿Cómo resumiría la trayectoria de la nueva beata?

-María Josefa Alhama Valera nació en una humildísima familia de huertanos en 1893 y terminó fundando una orden religiosa dedicada al cuidado de los más necesitados. Esa orden de Hijos y Esclavas del Amor Misericordioso tiene actualmente casas repartidas por toda Europa, América y Asia.

-Usted mismo asistirá mañana a la beatificación. Y no será la primera vez que esté en la localidad italiana de Collevalenza

-¡Qué va! La primera ocasión en la que estuve allí fue en 1985, a los dos años de haber muerto Madre Esperanza, y esta será mi sexta visita al lugar que mejor ejemplifica su inmensa labor. Cuando conoces de cerca la obra de Madre Esperanza, cuando contemplas el impresionante santuario que levantó de la nada en Collevalenza o visitas sus casas de acogida para huérfanos y desamparados, te das cuenta de que no es necesario ningún reconocimiento de la Iglesia para saber que se trató de una santa.

-Creo que es usted es un fiel devoto de ella

-Así es. Mi padre ya sentía una gran devoción por Madre Esperanza y yo, que tengo mis creencias, me encomendé a ella como tabla de salvación en mis peores momentos, cuando sufrí un grave accidente [en agosto de 2001 fue aplastado por un camión mientras iba en bicicleta. Al alcalde se le quiebra la voz y se toma un respiro antes de continuar]. Me emociono cada vez que lo recuerdo, no puedo evitarlo. Yo era un caso perdido para los médicos; nadie esperaba que sobreviviera a aquel accidente, y mucho menos que pudiera hacerlo en buenas condiciones. Sin embargo, aquí estamos. No vamos a decir que fue un milagro, pero sí pienso que me ayudó.

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-Tiene usted una buena historia que contar sobre una gasa

-En uno de los viajes que hice a Italia, las monjitas me dieron una de las gasas que Madre Esperanza utilizaba para curar los estigmas que padecía. Esa gasa acompañó a mi padre durante su enfermedad y cuando sufrí el accidente le pedí a mi mujer que me la llevara al hospital. Yo rezaba la Novena al Amor Misericordioso y siempre llevaba encima aquella gasa: en la UCI, durante las operaciones Hasta que me practicaron la última intervención, ya más sencilla, y curiosamente desapareció. Siempre decía que la perdí porque ya no me hacía falta. ¡Qué cosas, ¿eh?!

-¿Y no tiene la sensación de que Madre Esperanza sigue siendo una gran desconocida incluso para muchos santomeranos?

-No. Yo creo que hoy ya es bastante conocida por sus paisanos, aunque es cierto que alcanzó la fama mucho antes en otros lugares; especialmente en Italia, donde tiene una repercusión tremenda.

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-Existe desde hace años el proyecto de construir en El Siscar el Centro de Espiritualidad Madre Esperanza. ¿Será este el espaldarazo necesario para que salga adelante?

-Pienso que sí. En Collevalenza se atiende a decenas de miles de personas que cada año acuden a visitar el lugar donde murió Madre Esperanza. Algunos grupos vienen ya a conocer la pequeña casa construida sobre la barraca en la que nació, y estoy seguro de que serán muchos más cuando el proyecto que menciona se lleve adelante.

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