Trucos para mejorar tu conducción por la noche

A la hora de viajar por la noche debemos ser conscientes de las limitaciones que tenemos. Aunque hay personas que prefieren viajar en esas horas y se encuentran más cómodas, es innegable que el riesgo es mayor que durante el día y el motivo es evidente: vemos menos. La vista es fundamental para nuestra seguridad en la conducción y cuanto peores son las condiciones de visibilidad más riesgos asumimos. Por este motivo, aunque la densidad del tráfico es menor por la noche, la proporción de accidentes es mayor.

Conocer los principales riesgos a la hora de conducir por la noche nos ayudará a mejorar nuestra seguridad y ser mejores conductores.

Lo más importante para evitar un accidente es verlo, y por la noche tenemos un menor campo de visión. Es básico que a la hora de conducir durante las horas nocturnas tengamos en las mejores condiciones posibles tanto los faros como los cristales del coche. Un parabrisas sucio o con restos de insectos aumenta la fatiga y reduce la visibilidad. Limpia bien todos los cristales, por dentro y por fuera, y lleva los faros bien regulados y sin lámparas fundidas tanto en el frontal como en la trasera.

Otro factor importante es que debemos adaptar la velocidad a nuestro campo de visión. Si nuestros faros tienen un alcance de 70 metros en luz de cruce, debemos ser conscientes de que un coche medio necesita unos 80 metros para detenerse a 120 km/h. Es decir, que si hubiese un camión volcado en mitad de la autopista, aunque pisemos el freno con todas nuestras fuerzas en cuanto lo viésemos, le daríamos de lleno a unos 20 km/h.

Otro de los riesgos que hay al conducir por la noche es la somnolencia. Es importante empezar el viaje descansados, llevar agua fresca o alguna bebida con cafeína que nos mantenga hidratados y nos espabile un poco y dar tragos de vez en cuando. Sin embargo, lo más importante es parar en cuanto sea posible si notamos que nos estamos quedando dormidos.

No existe ningún remedio contra el sueño cuando conducimos. Ni bajar la ventanilla, ni darnos palmadas o comer pipas. En cuanto notemos que tenemos sueño, debemos parar y dormir unos minutos. Los micro sueños durante la conducción nocturna son verdaderos asesinos. Parar y dormir unos minutos es el único remedio eficaz para no tener un accidente por quedarnos dormidos inconscientemente al volante.

Hay muchos animales que tienen hábitos nocturnos. Esto, unido a que hay menos tráfico y ruido en las carreteras por la madrugada hace que sea mucho más frecuente la presencia de animales en la calzada que durante el día. Muchos de estos animales son pequeños y no implican demasiado riesgo para nosotros, aparte del disgusto de saber que has atropellado y matado a un pobre conejo o un ratón de campo, pero otros son lo bastante grandes como para provocarnos un accidente, como los jabalíes, zorros, corzos, etc. Presta especial atención a los arcenes y márgenes de la carretera para anticiparte al cruce de alguno de estos animales y adapta la velocidad a tu campo de visión.

Por la noche la mayoría de las gasolineras y estaciones de servicio permanecen cerradas. Evita apurar el depósito de combustible porque es probable que no encuentres otro lugar para repostar en unos cuántos kilómetros. Es mejor rellenar cuando te quede ¼ de depósito y puedas hacer al menos 100 km más que esperar a que se encienda la luz de reserva y tener que parar en la gasolinera a que abran o, peor todavía, quedarte tirado sin combustible. Por cierto, esto último implica una sanción económica por parte de la DGT.

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