Analizamos el 'viaje' que realizan los datos con un OMODA 5 EV f. p.

¿Cómo es realmente el proceso de carga de un coche eléctrico?

A. Noguerol

Jueves, 24 de julio 2025

El repostaje de un vehículo de combustión es un acto analógico y directo; sin embargo, la recarga de un coche eléctrico, sobre todo si es rápida en corriente continua (DC), es una orquesta digital de intercambio de datos.

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El proceso comienza cuando el usuario elige cómo iniciar la recarga: a través de una tarjeta o llavero RFID (la opción más rápida y útil en zonas sin cobertura móvil), mediante la aplicación móvil de un operador de recarga (CPO), o directamente con una tarjeta bancaria en puntos con TPV. Una vez conectada la manguera y confirmada la operación, comienza el diálogo crucial.

Desde OMODA, Belén Chaves, Product Manager de OMODA & JAECOO, detalla el complejo proceso que se activa en cada recarga de un vehículo como el OMODA 5 EV, un SUV eléctrico que promete una carga del 30% al 80% en tan solo 28 minutos en condiciones óptimas.

El primer paso es una comunicación bidireccional entre el coche y el cargador, utilizando el estándar internacional ISO 15118. En este intercambio, el vehículo, como el OMODA 5 EV, transmite al cargador datos esenciales: la capacidad máxima de su batería (61,05 kWh en este caso), el estado actual de carga (SOC), su capacidad máxima de carga en DC (80 kW), y el tiempo estimado para alcanzar un porcentaje de carga deseado.

Carga con Corriente Alterna (CA - Alternating Current)

La corriente alterna (CA) es la que se utiliza en los hogares y en la red eléctrica convencional. Los coches eléctricos tienen un cargador interno (cargador a bordo) que convierte esta CA en corriente continua (CC) para poder almacenar la energía en la batería.

Tipos de Conectores (CA):

Schuko (Enchufe doméstico): Es el enchufe estándar que tenemos en casa. Es el más lento y se usa para carga superlenta. Ofrece potencias muy bajas (generalmente entre 1,4 kW y 2,4 kW). Es ideal para recargas ocasionales o nocturnas cuando el tiempo no es un problema (una carga completa puede tardar más de 12 horas).

Tipo 1 (SAE J1772 / Yazaki): Común en vehículos asiáticos y americanos. Es un conector monofásico que permite cargas de hasta 7,4 kW. Aunque menos común en Europa actualmente, algunos modelos más antiguos lo utilizan.

Tipo 2 (Mennekes / IEC 62196-2): Este es el estándar en Europa y el más extendido. Es compatible con carga monofásica y trifásica, y permite potencias de hasta 22 kW (en entornos públicos o instalaciones domésticas con trifásica). Es el conector más común para carga lenta y semirrápida en casas y puntos públicos.

Velocidades de Carga (CA):

Carga Lenta (hasta 7,4 kW): Típicamente entre 3 y 8 horas para una carga completa, dependiendo de la potencia contratada en casa (3,7 kW o 7,4 kW) y la capacidad de la batería del coche. Ideal para cargar durante la noche.

Carga Semirrápida (hasta 22 kW): Se encuentra en puntos de carga públicos (aparcamientos, centros comerciales). Permite recargas más rápidas, de 1 a 3 horas para una carga completa o significativa, si el coche admite estas potencias en CA.

Carga con Corriente Continua (CC - Direct Current)

En la carga con corriente continua (CC), la conversión de CA a CC se realiza en el propio punto de carga externo, no en el coche. Esto permite que la energía entre directamente a la batería, ofreciendo potencias mucho mayores y tiempos de carga significativamente más rápidos. Son los cargadores que encontramos en estaciones de servicio o «electrolineras».

Tipos de Conectores (CC):

CCS (Combined Charging System / Combo 2): Es el estándar europeo para carga rápida y ultrarrápida. Combina el conector Tipo 2 para la carga en CA con dos pines adicionales para la carga en CC. Es el más versátil y ampliamente adoptado. Las potencias pueden ir desde 50 kW hasta 350 kW o más.

CHAdeMO: Predominante en Japón y vehículos de fabricantes como Nissan o Mitsubishi. También permite carga rápida en CC, con potencias que suelen rondar los 50 kW, aunque existen versiones más potentes. En Europa, su uso está en declive frente al CCS.

Velocidades de Carga (CC):

Carga Rápida (50 kW - 100 kW): Permite cargar una batería del 30% al 80% en aproximadamente 30 minutos a 1 hora, dependiendo de la potencia y la capacidad del coche. Son habituales en autovías y áreas de servicio.

Carga Ultrarrápida (más de 100 kW, hasta 350 kW o más): Son las estaciones más potentes, capaces de cargar del 30% al 80% en tan solo 10-20 minutos (como el OMODA 5 EV que mencionabas, que carga del 30% al 80% en 28 minutos a 80 kW). Están diseñadas para viajes largos, minimizando el tiempo de parada.

Simultáneamente, el punto de recarga también está transmitiendo información vital. Lo hace a través de una tarjeta SIM insertada en el propio cargador (algunos incluso llevan doble SIM), enviando datos en tiempo real tanto al fabricante del punto de recarga como al operador (CPO). Estos reciben la confirmación del inicio de la carga, reconocen al usuario y obtienen información detallada: marca y modelo del coche, SOC, potencia de carga y evolución de la curva, energía suministrada, tiempo conectado y el coste asociado. Toda esta información viaja gracias al protocolo de comunicación OCPP (Open Charge Point Protocol), un estándar mundial de código abierto.

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Una de las innovaciones que simplifica la experiencia es la función Autocharge, ya disponible en el OMODA 5 EV con plataformas como Waylet de Repsol. Tras un primer emparejamiento, este sistema permite recargas automáticas sin necesidad de interacción manual. El punto de carga detecta el VIN (Vehicle Identification Number) del vehículo, una especie de DNI digital del coche que informa sobre la intención de cargar automáticamente. Después, la tecnología MAC (Media Access Control) y el NACH (Hub de Control de Acceso a la Red) validan el vehículo para una carga fluida y sin identificaciones repetitivas.

Mirando al futuro, la clave del ecosistema eléctrico es la interoperabilidad. Gracias al protocolo OCPI (Open Charge Point Interface), se busca que un conductor pueda utilizar una única aplicación o llavero RFID para recargar en múltiples puntos de diferentes proveedores. Esto requiere acuerdos entre operadores de carga (CPO) y proveedores de servicios (MSP) para compartir datos en tiempo real sobre la disponibilidad de cargadores, precios, consumo y facturación, prometiendo una experiencia de recarga mucho más sencilla y unificada para el usuario final.

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