Por fin un colchón autorreciclable
La empresa oriolana Wonderflip inventa un producto que se puede desmontar en tres minutos para reutilizar sus componentes
Pocos residuos son tan penosos de gestionar como un colchón: grandes, pesados, incómodos de manejar y confeccionados con materiales diferentes, en muchas ocasiones terminan tirados junto a los contenedores, donde permanecen durante días –en el mejor de los casos– hasta que los servicios municipales los retiran. O en mitad del campo, cuando seguramente costaría menos trabajo llevarlos a un punto limpio.
En un entorno urbano o en un espacio natural, un colchón abandonado se convierte en un problema ambiental y social que la empresa oriolana Wonderflip se ha propuesto solucionar con un producto sencillo y original: desde el día 1 de este mes de octubre, esta firma vende colchones elaborados con componentes de origen natural y autorreciclables en tres minutos, gracias a una idea desarrollada por el empresario José Manuel Torres durante los dos últimos años.
Un vídeo alojado en su web muestra el proceso: se empieza cortando una etiqueta de tela para descubrir el extremo de un hilo. Se tira de él a lo largo de los cuatro lados del colchón para desmontar las piezas superior e inferior, con unos patrones dibujados en su parte interna que se pueden recortar para confeccionar bolsas de tela o cojines. Los muelles se extraen con facilidad cortando la malla protectora con un cúter. Los elementos que no se reutilicen se guardan en una caja de cartón para trasladarlos con comodidad a un punto de recogida.
«Queríamos resolver el problema de los colchones como residuo y lo hemos conseguido creando el primero que está preparado para reutilizar y reciclar sus materiales al final de su vida útil, y evitar así que acaben en el vertedero o incinerados», explica a LA VERDAD la responsable de sostenibilidad de Wonderflip, Ana Higueras (Cartagena, 35 años), licenciada en Ciencias Ambientales en la Universidad de Murcia, quien califica sus colchones como «un gran avance en la economía circular y la gestión de residuos voluminosos».
Al vertedero o incinerados
Las cifras son así de contundentes: Europa tira a la basura cada año 30 millones de colchones que acaban en el vertedero (el 60%) o incinerados (40%), nunca reciclados. En la Región de Murcia no hay datos por municipios porque los colchones se registran en el epígrafe de objetos voluminosos, con otros objetos de mobiliario.
El compromiso ambiental de Wonderflip va más allá del autorreciclaje y del empleo de materias primas de origen sostenible: por cada colchón vendido, la empresa se compromete a restaurar 65 m2 de bosque autóctono a través de programas de conservación desarrollados por WWF. La cifra es una aproximación a la huella ecológica que genera cada colchón. Más adelante será posible que cada cliente elija el proyecto ambiental al que contribuye con su compra.
El bonito 'showroom' de Wonderflip en Orihuela, un acogedor bosque de cartón, es obra de la empresa murciana Cartonlab.