«Cambio climático y Covid-19 están conectados»
Francisca Giménez Casalduero, bióloga marina y catedrática de la Universidad de Alicante, reflexiona sobre la relación con la naturaleza después de la pandemia
Nuestra relación con la naturaleza no puede ser la misma después de la pandemia del coronavirus, en opinión de la bióloga marina Francisca Giménez Casalduero. Para esta profesora lorquina, catedrática de la Universidad de Alicante (Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada), «existe una analogía entre la Covid-19 y el cambio climático, de alguna manera están conectados: el origen en ambos casos es resultado de la sobreexplotación de los ecosistemas y, de igual manera, la solución depende de la implicación social y colaborativa entre ciudadanos comprometidos que exigen la coordinación entre los Estados en busca de respuestas globales».
Una de las lecciones de la era postcoronavirus, según el criterio de esta experta en ecosistemas marinos, es la necesidad de una gestión más respetuosa y responsable de los recursos naturales: «La ciencia lleva años advirtiendo de que los dramáticos cambios en el medio ambiente por el abuso de los ecosistemas están detrás de las causas de la pandemia. Los asentamientos humanos cada vez mayores, unido a la deforestación, han hecho que se invada el hábitat de animales silvestres, acercando, a modo de ejemplo, las colonias tradicionales de murciélagos y favoreciendo la zoonosis a las poblaciones».
Por lo tanto, continúa, «la lucha en la interpretación de las causas de la pandemia marcará el camino de nuestras futuras relaciones entre los ciudadanos y la naturaleza. Identificar las causas últimas, o sea la destrucción de los ecosistemas, nos ayudará a restaurar y prevenir futuros dramas».
La investigadora de la UA considera que «una verdadera solución a la pandemia irá de la mano de la búsqueda de soluciones al cambio climático. La cooperación, la apuesta por lo local, la búsqueda de soluciones basadas en la naturaleza, la existencia de sistemas de redes ecológicas y económicas, la agricultura sostenible y local, son las lecciones que debemos aprender. El remedio a esta y otras posibles pandemias pasa por la solución a los graves problemas ambientales que nos afectan, desde el cambio climático a la degradación del Mar Menor. Ha sido necesaria su degradación para valorar la magnitud de su importancia; la pérdida de nuestra libertad, para valorar el abrazo, la ciencia, la sanidad, el aire limpio o los atardeceres rojos», argumenta por último Giménez Casalduero.