Imagen de archivo del pantano de Santomera en julio de 2015, durante un periodo se sequía. NACHO GARCÍA

El cambio climático amenaza a la Región con una subida de las temperaturas máximas de hasta 6,4ºC

El Ministerio publica el estudio más completo sobre calentamiento global, que confirma menos lluvias y más huracanes mediterráneos

Miércoles, 3 de febrero 2021, 11:07

Pasaremos más calor, dispondremos de menos agua y de peor calidad, también sufriremos más lluvias torrenciales y huracanes mediterráneos, y nuestra salud y economía sufrirán los estragos del calentamiento global a lo largo del siglo XXI si no se produce una reducción drástica en las emisiones de CO2 a la atmósfera. El estudio que acaba de hacer público el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 'Informe de impactos y riesgos derivados del cambio climático en España', no desvela amenazas que no se supieran ya, pero sí confirma los diagnósticos anteriores y afina los datos que cuantifican los estragos de la emergencia medioambiental. La Región de Murcia (donde en el inicio de febrero se han rozado los 30ºC) será el territorio más afectado de España, junto con Baleares y Canarias, con un aumento de hasta 6,4ºC en la escala anual de temperatura máxima en el peor de los escenarios.

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En plena tercera oleada de Covid-19 y después de que la ciencia haya advertido de que cuidar la naturaleza es básico para evitar futuras pandemias, el estudio más completo realizado hasta el momento sobre cambio climático dibuja un futuro muy complicado para la mitad sur de la península, y especialmente para el Levante y la cuenca del Segura, las zonas donde más subirán las temperaturas y más dañinas serán las lluvias torrenciales, y donde además habrá que acostumbrarse a las DANA (depresión aislada en niveles altos) y los ciclones mediterráneos, conocidos como 'medicanes'. Un cambio esperado en el régimen de vientos hará que sople más fuerte en verano y baje su velocidad en otoño.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha presentado este miércoles un documento coordinado por la Oficina Española del Cambio Climático, en colaboración con el Basque Centre for Climate Change y en el marco del proyecto Life SHARA, que analiza las consecuencias del calentamiento global, que en los próximos ochenta años deparará una subida de las temperaturas máximas de entre 2ºC y 6,4ºC, dependiendo del nivel de reducción de emisiones de CO2. Los mayores aumentos se producirán en verano, con promedios superiores a 5ºC, con el mayor incremento de noches cálidas en la Región de Murcia. Del mismo modo, se prevé un aumento de las mínimas de hasta 5,5ºC, en el peor de los casos, valor que podría subir hasta los 6,8ºC en verano.

Acuíferos contaminados

El régimen de lluvias también variará, con menos precipitaciones en la cuenca mediterránea y reducción de caudal en los ríos y una menor recarga de unos acuíferos ya sobreexplotados. Las aguas subterráneas serán de menor calidad, advierte el informe, porque los contaminantes (químicos farmacéuticos y nitratos agrícolas principalmente) se concentrarán y además se producirá una intrusión marina en el frente costero que salinizará los sistemas hidrogeológicos.

Las sequías serán más acentuadas y prolongadas, con episodios de entre 15 y 50 días más largos que la media actual. Este panorama de más calor y evapotranspiración, combinado con las episódicas lluvias torrenciales, acentuará la erosión. También el área mediterránea de la península, con la Región de Murcia en el epicentro de esta franja caliente, será la que más acuse la carestía de recursos hídricos y pérdida de humedad en España. Otros fenómenos extremos como las inundaciones y los incendios acentuarán el riesgo de desertificación.

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El aumento del nivel del mar y los daños que producirá en infraestructuras y edificaciones en primera línea de costa es una consecuencia asociada al cambio climático que también se advierte en el estudio, además de los daños que tendrán que soportar previsiblemente infraestructuras y redes de transporte por fenómenos climáticos extremos «como las precipitaciones torrenciales; aunque también se pueden experimentar impactos positivos si disminuyen las nevadas y heladas», señalan los expertos del Ministerio. Carreteras, vías de tren, catenarias y puertos están sobre aviso.

La vendimia se adelanta

Sectores económicos como la agricultura sufrirán las consecuencias de un clima cada vez más extremo: no solo habrá menos agua para el regadío, sino que ya se advierten cambios en algunos cultivos. La floración de los frutales se adelanta, así como la maduración de la uva, y los cítricos acusan la falta de frío. Asimismo, se espera una reducción en las cosechas de secano, tanto herbáceos como leñosos. La modalidad ganadera más afectada será la extensiva, con un mayor valor añadido, por la falta de pastos.

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También tendrá que adaptarse el turismo: «La subida de las temperaturas en las provincias costeras de Mediterráneo, especialmente en el sur, puede disminuir la predisposición de los turistas a visitar estos destinos. Aunque esto también podría provocar que la temporada alta de los destinos de sol y playa españoles se desplazara fuera de los meses de julio y agosto tradicionales», indica el informe. «La incidencia de eventos extremos en las costas puede también incidir negativamente en el turismo de playa y deportes acuáticos. El turismo relacionado con los deportes de invierno es el que se está viendo ya más afectado, especialmente en el caso de las estaciones de esquí a cotas más bajas por la falta de nieve, situación que es previsible que se agrave incluso con escenarios climáticos más moderados», señala la memoria científica.

Golpes de calor y ahogamientos

«El cambio climático en España representa una amenaza para la salud humana, con impactos directos e indirectos. Entre los primeros, son especialmente relevantes los riesgos asociados a las temperaturas excesivas y a las inundaciones», alerta el 'Informe de impactos y riesgos derivados del cambio climático en España', que se refiere a muertes por golpes de calor y ahogamiento, además de lesiones, morbilidad y mortalidad por causas cardiovasculares y respiratorias, estrés térmico y agravamiento de enfermedades crónicas. «El cambio climático también afecta a la salud humana indirectamente a través de la sinergia con la contaminación medioambiental (aire, polen o radiaciones ultravioletas), impactando sobre los ecosistemas y sobre los sistemas sociales». El calentamiento global se revela por lo tanto como un factor que aumentará la pobreza y la desigualdad social, y que favorecerá la expansión de las enfermedades tropicales, que ya están causando afecciones sanitarias.

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