Las puntillas de Camuñas, aventura en Jumilla

Fran es hijo de otro gran experto, Jesús González, viticultor, enólogo y bodeguero de Jumilla que creció y se crió en el mundo del vino, rodeado de viñas y uvas. Sus abuelos ya elaboraban vino para su propio consumo y él se dedicó, durante mucho tiempo, a cultivar sus viñas y a vender la uva hasta que Jesús decidió volcarse por completo en su propio proyecto personal y creó una pequeña bodega en el año 2015, en la zona norte de Jumilla. Bautizaron esta bodega con el nombre de El Lagar De Las Puntillas al encontrarse en el paraje conocido como Las Puntillas. La finca guarda mucha historia vinícola, ya que el viejo caserío familiar, conocido como Casa de las Puntillas, albergaba la antigua bodega de la finca.

Fran y Jesús me hablaron especialmente de uno de sus vinos, Las Puntillas de Camuñas. Los viñedos que se utilizan para su elaboración se encuentran a unos 750 metros de altitud y tienen una edad media de setenta años. Camuñas presenta uno de los grandes coupages de la Región de Murcia. En él encontramos uvas Monastrell, Cabernet Sauvignon y Syrah, aunque la predominante es la Monastrell, con una crianza de veinte meses en barricas de roble francés.

Pero, en aquella aventura, mi compañero me dejó con la miel en los labios y no pude probar el vino. Al ser una pequeña producción no quedaban botellas, y la añada que hoy en día está en el mercado en aquel momento necesitaba más tiempo de maduración para alcanzar todo su potencial. Los mejores descubrimientos son los que requieren más paciencia y se hacen de rogar un poco. Por fin, al cabo de un año, han llegado hasta mis manos algunas de aquellas ansiadas botellas que me habían sido prometidas y he podido saborear la esencia de esta bodega. Y solo puedo decir que la espera ha merecido la pena.

Las notas afrutadas y balsámicos de la Monastrell, junto a las notas terrosas de la Cavernet Sauvignon y la profundidad de la Syrah dan como resultado final un vino serio y elegante, merecedor de las mejores mesas. En este vino encontramos juventud, siendo un 2016, con taninos suaves, predominando las notas frutales y especias. Un gran aliado para los banquetes que nos esperan estos días.

Una buena aventura que dio como resultado final el descubrimiento de un gran amigo como Fran y un gran vino que anima a seguir bebiendo para disfrutarlo.