El Mediterráneo sabe a vino
Bodegas Undersea presenta Sulibella, un vino submarino que a partir del próximo mes comenzará a madurarse en la costa cartagenera, 'democratizando' este procedimiento para que cualquier bodega pueda contar con sus propias referencias
Lydia Martín
Jueves, 18 de abril 2024, 01:13
Imagina que lo mejor de la tierra y el mar tuvieran espacio dentro de una copa de vino; que la serenidad y el carácter del Mediterráneo consiguieran el perfecto equilibrio con la sabiduría que se aplica en el viñedo para crear un caldo único, cosechado y criado en superficie con un toque final de maduración submarina. Esa es la esencia de SuliBella- El Legado, la propuesta con la que Bodegas Undersea crea magia en el fondo del mar, permitiendo que emerja hasta el paladar de aquellos que buscan una experiencia diferente.
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Todo comienza con un proceso tradicional de elaboración del vino, una cosecha de 2019 con una combinación 92% Monastrell, 4% Cabernet Sauvignon y 4% Syrah, que durante 16 meses permanece en barrica de roble, gracias a la colaboración con bodegas Viña Elena. De ahí, los vinos se sellan para evitar que el corcho filtre el agua salada y se sumerge en un santuario único en la costa aguileña. A 33 metros de profundidad, cada botella se enriquece con los misterios del abismo marino, haciendo que las condiciones del medio le otorguen unas características únicas. Tras seis meses de maduración, con una revisión constante por parte de profesionales especializados, las botellas vuelven a la superficie tras haber capturado de forma única la esencia del mar.
Son «la ausencia de luz, la temperatura constante, el movimiento de las mareas, las microvibraciones provocadas por las ondas de sonido del agua los que hacen que el vino evolucione de manera diferente», tal y como indica el CEO de Bodegas Undersea, Gregorio Ayllón, que comparte este proyecto con sus socios Mar Mateo y Juan Antonio Fernández. El resultado tras el envejecimiento submarino es un vino redondo que afina los matices de la Monastrell para producir una sensación suave en boca y paladar. «Es tan agradable que te gusta y quieres más», añade el CEO. Pero no todo es sabor, ya que las propias botellas son piezas únicas en las que se puede observar la acción de la vida submarina durante su tiempo de inmersión.
La Bodega inicia ahora su andadura a escasos metros de la costa cartagenera, a la altura del Puerto de Escombreras, lo que le permitirá pasar de 500 metros cuadrados de bodega a 30.000, y una capacidad para 5 ó 6 millones de botellas. El objetivo no es solo madurar blancos, tintos y rosados bajo la marca Sulibella, sino también «democratizar la elaboración de vinos submarinos para que cualquier bodega pueda tenerlos dentro de sus referencias», indica. La primera producción estará lista a finales de año.
La puesta de largo de esta nueva etapa tuvo lugar el pasado sábado en el Espacio Alviento, en una experiencia de cata organizada por la empresa junto al diario LA VERDAD. Así, con vistas al Mediterráneo, el encuentro entre «el Dios Baco y Neptuno», tal y como lo definió el moderador del evento, el periodista gastronómico Pachi Larrosa, permitió que esta iniciativa pionera en la Región de Murcia llegara hasta los paladares de los asistentes, representantes de bodegas de dentro y fuera de la Región y restaurantes, así como sumilleres y enólogos y autoridades de la zona.
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Guiados por los sumilleres Alexandre Aubín y Andrés Vivancos, la cata permitió disfrutar en primer lugar de un vino blanco, al que han llamado De Brisa, un 100% Chardonnay procedente de La Mancha que impacta a la vista por su color dorado. Este vino joven, que se acompañó con unos salazones, se caracteriza por su poca acidez, ya que su estancia submarina durante tres meses ha conseguido que los componentes encajen a la perfección. Su graduación es de 12,5º. «Es un vino que se bebe muy bien, que es fresco y agradable», comentaba Sergio González; una sensación que compartió Juan Diego Fernández, que además de destacar su sabor, incidió en que es «un vino muy primaveral, acorde para esta estación», vaticinando que se trata de una propuesta «con mucho futuro».
El mar suaviza estas referencias, y los asistentes pudieron comprobarlo también en el SuliBella, cuya graduación (14,5%, dos más que el blanco) apenas se percibe en boca. Su color rojo rubí y sus aromas de monte bajo y especiado anticipan un vino que en términos gastronómicos se definiría como 'un buen mar y montaña'. «Consigue suavidad sin perder el cuerpo de la uva Monastrell, porque se nota que la uva es jumillana», indicaba Álvaro López, bodeguero de Bodegas Madrid Romero, que destacó las «buenas sensaciones» de ambas referencias. «Conociendo los vinos de Jumilla y la Monastrell, es una manera de redondear el vino y dar unos matices muy interesantes», afirmó José Miguel Cegarra, CEO de Montiel, que subrayó el carácter innovador de la propuesta y su capacidad para unir el mar con los vinos de Jumilla.
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«Cuando los pruebas te das cuenta de cómo va evolucionando en boca y es muy reconocible esa redondez que da la inmersión en el agua», señaló Lourdes Jiménez de Orenes Grupo, que calificó la cata como «una experiencia de 10 y unos vinos sorprendentes y recomendables». «Es una experiencia muy novedosa que aporta valor al destino para hacerlo más atractivo. Es un aliciente más para Cartagena», añadió Elena Ramos desde el Auditorio y Palacio de Congresos El Batel.
Innovación y sostenibilidad
La idea de crear estos vinos comenzó hace 12 años en las playas de Mazarrón y Águilas, donde sus creadores colocaban fondeos ecológicos y arrecifes artificiales en sus trabajos como buzos profesionales con el fin de generar biodiversidad en el fondo marino. «Vimos que podría ser ideal unir la regeneración de espacios degradados con vinos submarinos», recuerda. Así, fueron haciendo pruebas, probando variedades y diferentes profundidades hasta conseguir sacar el caldo perfecto.
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La primera intención fue la sostenibilidad como amantes del mar. Por eso, en el perímetro de la bodega han creado un arrecife artificial para que colonicen las especies marinas y los filtradores, limpiando las aguas colindantes. «Lo principal para generar vida es darle una estructura, haciendo además de barrera contra la contaminación, porque estos filtradores mejoran la calidad del agua y la biodiversidad», indica Gregorio Ayllón.
Foco turístico
El lanzamiento de SuliBella, que rinde homenaje «a quién siempre te sacará a flote de las profundidades del silencio y la oscuridad», se completa con las 'UnderseaExperiences', una opción turística que ofrece tanto catas en AlViento destinadas a cruceristas -que han comenzado esta semana-, como salidas en una embarcación para ir a la bodega y ver el trabajo de los buceadores, incluyendo una cata en pleno mar.
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«No es que seamos pioneros en esto, pero estamos en constante investigación para sacar un producto que hemos conseguido que tenga muy buena aceptación», concluye Ayllón. Los vinos se pueden conseguir a través de su web www.bodegasundersea.es
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