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Alimentos sin gluten: ¿necesidad o moda?

Con tanto estímulo comercial «nos están haciendo creer que son recomendados, incluso entre las personas que no tienen ningún problema con él, y eso no es cierto»

Jueves, 1 de diciembre 2022, 01:12

Más o menos entre un 5% y un 8% de la población tiene problemas al consumir alimentos con gluten o, directamente, su organismo no los ... tolera. Más allá de estas cifras, lo que hay es mucho 'marketing' por parte de una porción de la industria que trata de incrementar las ventas de unos productos más caros y que, por tanto, les resulta más rentable de colocar en las estanterías de los supermercados. Este es el resumen corto. Ahora vamos con una explicación más detenida.

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Nuestro catedrático de bioquímica y biología molecular apunta que, aproximadamente, el 1,4% de la población mundial es celíaca (en Europa la media se reduce a alrededor del 1%), de modo que no puede consumir alimentos que contengan la fracción proteínica que denominados gluten, y que forma parte del trigo (todas las especies del género 'Triticum', como el trigo duro, el trigo espelta y el trigo khorasan); el centeno y la cebada, incluidas sus variedades híbridas como el triticale (cruce de trigo y centeno) o el tritordeum (cruce de trigo y cebada), y sus correspondientes derivados. También deben prevenirse ante la avena que, aunque rigurosamente no contiene gluten de forma natural, es posible que se contamine con trigo, centeno o cebada.

Si eres celíaco, por tanto, el gluten es mejor no verlo ni en pintura, a riesgo de acabar con el intestino dañado y consecuencias en cualquier otro órgano o tejido del cuerpo, entre otras derivaciones graves. Sin llegar a ese grado, que es muy serio, también es posible adolecer de una sensibilidad no celíaca a la proteína que aconseje retirar su presencia en la dieta para mejorar la salud. Esto le ocurre a una horquilla de población que se calcula entre un 3% y un 7% del total. Tampoco es recomendable para quienes padecen dermatitis herpetiforme, que en algunos casos está vinculada a la celiaquía, o que sufran ataxia por gluten.

Dejando fuera todo esto, lo que nos queda es ante todo un excesivo padecimiento de mercadotecnia, que es una dolencia tan actual como poco médica. Lo explica con severidad José Manuel López Nicolás al ser preguntado por qué tantas personas que no presentan ninguna de estas patologías han optado por consumir alimentos pensados para celíacos: «Debido a las campañas de 'marketing' tan agresivas de un sector de la industria alimentaria, que han disparado considerablemente la venta de los productos 'sin gluten'», responde. Con tanto estímulo comercial, precisa, «nos están haciéndo creer que son recomendados incluso entre las personas que no tienen ningún problema con él, y eso no es cierto».

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GUÍA RÁPIDA PARA CELÍACOS

  • Cuidado con los demás alimentos Si eres celíaco o tienes algún tipo de sensibilidad al gluten lo recomendable es leer bien las etiquetas de los alimentos. El peligro también puede acechar en comestibles tan poco sospechosos como los productos cárnicos, los quesos, los patés, las conservas o los cafés, entre otros. El gluten se les añade en ocasiones para otorgarles propiedades viscoelásticas, para favorecer la mezcla de ingredientes que presentan y dar estructura y estabilidad, ya que actúa como agente aglutinante, emulgente y gelificante.

  • La vía transgénica Es tan controvertido como irracional no aprovecharse de los avances en la modificación genética, nos advierte el experto. Y el del gluten es un ejemplo claro. Ya están en desarrollo, y algunas se comercializan, variedades de trigo transgénico para celíacos, que se han modificado genéticamente para eliminar la mayor parte de las gliadinas, glucoproteínas que junto a la glutenina forman la fracción proteínica maldita para los celíacos. De momento, «debido a presiones absurdas», no se venden aún en España.

  • Alternativas saludables Si nos diagnostican, no hay que lanzarse sobre los ultraprocesados libres de gluten. Mejor una dieta basada en frescos como verdura, frutas, hortalizas, legumbres, huevo, carne, pescado, marisco y otros cereales sin gluten, como el arroz o el maíz.

Se trata de lo que el experto califica de «absurda moda de los alimentos 'sin'». En ciertos casos sí resultan recomendables productos con este prefijo (sin azúcar añadido o sin alcohol, por ejemplo), aclara López Nicolás, «pero en muchos otros son absurdos, ya que los ingredientes a los que aluden no conllevan riesgo (sin conservantes, sin colorantes, sin transgénicos)».

«No tiene sentido»

En resumen: «Si no nos han diagnosticado ningún problema de salud asociado al gluten, no tiene sentido que compremos alimentos etiquetados como 'sin gluten'». Es más, incluso puede acabar perjudicándonos. Algunos alimentos saludables se elaboran con un extra de azúcar, sal y grasas o saludables para tratar de suplir las características organolépticas (sabor y textura) que les proporcionaba el gluten que se les ha eliminado. De ese modo pasan a convertirse en alimentos ultraprocesados nada saludables.

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Por cierto, si suprimimos el gluten de un alimento previamente ya considerado como un artículo ultraprocesado (dulces, bollería, platos precocinados, etc.) seguimos teniendo un producto perjudicial para la salud, por mucha etiqueta 'sin gluten' que le acompañe. Ante todo, se trata de conseguir mantener una alimentación sana.

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