Manzanares: «Formar parte de la historia de Murcia supone un orgullo»

Con la sala Miguel Ángel Clares del Auditorio y Palacio de Congresos de la Región de Murcia Víctor Villegas prácticamente llena se celebró el pregón organizado por el Real Club Taurino de Murcia y que sirve de prólogo para anunciar los festejos taurinos de septiembre y los actos culturales que, en torno a la feria, tendrán lugar en Murcia.

En esta ocasión, el encargado de realizar el pregón fue el matador de toros alicantino José María Manzanares. José María Dols Samper quiso empezar su pregón expresando su felicidad por estar en Murcia, tierra que le enseñó a querer su padre: «Mi padre y yo hemos tenido una vinculación estrecha con Murcia, un compromiso sincero con la Región de Murcia, no solo en la plaza, sino con su sociedad», afirmó el torero, quien, en uno de los momentos más aplaudidos del pregón, recordó el orgullo que sentía su padre de llevar sangre murciana, pues su madre (abuela del actual Manzanares) era natural de Jumilla, para declarar respecto a su persona que «formar parte de la historia de Murcia es un orgullo».

Entrando en lo que será la semana de toros de la Feria de Murcia, puso en valor la colaboración del Ayuntamiento y el Real Club Taurino de Murcia para celebrar el ciclo 'Feria y toros', en el que tendrán su homenaje dos compañeros de su padre admirados por el pregonero, Ortega Cano y el Niño de la Capea.

Reivindicó el valor del toreo en estos tiempos que identificó como difíciles, por los ataques políticos, y en los que, según el diestro, parece que a todos les tiene que gustar lo mismo y lo demás hay que eliminarlo. «La tauromaquia es una arte universal y así debería ser tratado», advirtiendo que a los taurinos que «debemos estar atentos».

En ese escenario destacó la normalidad con la que se trata el toreo en la Región de Murcia, en todos los aspectos y «desde el presidente de la Comunidad hasta el último aficionado», para continuar dando las gracias a los murcianos por el respeto a las costumbres y por acudir en masa a la Condomina, una plaza a la que le dan un colorido y una alegría especial. Una plaza que Manzanares definió como «monumental», con unas dependencias que le parecen enormes comparadas con otros cosos. Plaza en la que puso énfasis en su combinación de estilos, de distintas épocas, que combina muy bien con los carteles de su feria, apartado en el que tuvo palabras de reconocimiento para Ángel Bernal y anteriores empresarios. Respecto a la Feria abogó porque siga siendo como es: «Venir a Murcia llena de alegría a los toreros. El cariño y respeto que Murcia da a los toreros ayuda a que, como artistas, den lo mejor».

Cómo no, habló de su padre, de su trayectoria en Murcia, donde dejó una huella imborrable y brilló con luz propia. Habló de la faena de 1974 a un toro de Baltasar Iban y repasó otras tardes hasta la del indulto al toro de Juan Pedro, que el pregonero vivió, siendo un niño, en primera persona. «La relación de mi padre con Murcia era muy especial, siempre fue feliz aquí y me transmitió que amaba a Murcia con locura». Un sentimiento heredado al afirmar que «no tengo otro sentimiento que no sea amor hacia vosotros, los murcianos, siempre alegres, y positivos. Una Región que desprende luz».

Sentida fue la presentación del pregonero por parte del también matador de toros,Pepín Liria, de admiración y cariño a la familia Manzanares. Finalizado el pregón el alcalde José Ballesta, el portavoz del Gobierno regional, Marcos Ortuño, y el presidente del Real Club Taurino, Alfonso Avilés, obsequiaron al torero alicantino con un retrato.

Puso fin al acto el alcalde en una intervención improvisada, en la que conectó la universidad y la tauromaquia a través de la palabra maestro. Los maestros influyen sobre la eternidad y son aquellos que nos han enseñado, aseveró, para acabar con un «¡viva la libertad!». Abrió el acto y lo cerró brillantemente el dúo musical compuesto por la guitarrista Mercedes Luján y el percusionista Pepe Abellán.

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