Andújar celebra uno de sus goles en Córdoba. ANDY CÉSPEDES

Un sueño logrado en el año más atípico

El Cartagena consigue su ansiado ascenso en un curso marcado por la pandemia mundial, en el que cambió de entrenador siendo primero y que acabó líder gracias a un exjugador del Majadahonda

Martes, 21 de julio 2020, 00:59

Hace ocho años, el Cartagena plegó sus alas y descendió en picado del cielo al infierno de Segunda B. Desde entonces, han sido numerosos los ... intentos por despegar. Una veces se topó con un motor averiado, otras planeó entre las nubes sin rumbo y desde la llegada de Paco Belmonte y Manuel Sánchez Breis, en 2015, siempre ha rozado la puerta del fútbol profesional con la punta de los dedos. Durante esta dura travesía hubo giros inesperados, una montaña rusa de emociones y desenlaces casi siempre trágicos. De una u otra manera, siempre se le ha negado el premio.

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Ha tenido que paralizarse el mundo entero por una pandemia para que la moneda caiga de una vez en el lado albinegro. Cancelación de liga regular en marzo, cuatro meses de tensa espera y una final a 90 minutos contra el Atlético Baleares en la que, por fin, las lágrimas de desolación se convierten en lloros de alegría. El coronavirus ha rizado el rizo de una temporada realmente atípica en el fútbol español. En el caso del Cartagena, un curso repleto de particularidades, casualidades y coincidencias que han sido el caldo de cultivo definitivo. Una compensación a tanta insistencia.

El club dio un giro de 180 grados: hizo 'limpieza' con 18 fichajes de perfil veterano y apostó en gran parte por un juego férreo

La revolución de la plantilla

La Covid-19 ha marcado una temporada 2019/20 que ya de por sí arrancó de una manera diferente. A diferencia de otros principios de verano, por primera vez se llegó plantear la continuidad del entrenador, Gustavo Munúa, días después de perder en las semifinales contra la Ponferradina. Al final se optó por darle carrete al uruguayo.

Banquillo al margen, por primera vez la directiva albinegra hizo una reforma integral en la plantilla, a pesar de haber acariciado el ascenso. Era algo inusual desde que Belmonte y Breis llegaron en abril de 2015. Nadie podía atisbar un giro así y futbolistas ya iconos como Aketxe, Moisés, Óscar Ramírez y Jesús Álvaro, pilares sobre los que se había levantado un proyecto 'tieso' con Sporto Gol Man, hicieron las maletas. En total, cambiaron de aires hasta 18 futbolistas. Aguantaron 5 (Ayala, Cordero, Santi Jara, Elady y Carrillo) y llegaron otros 18. Curiosamente, prácticamente todas las caras nuevas con un perfil similar: futbolistas veteranos, guerrilleros, con mili y curtidos en mil batallas de ascensos similares al que aspiraba el club.

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Los jugadores celebran el gol de Caballero ante el Sanluqueño que desatascó el partido. Antonio Gil / AGM

Un verano distinto

Con ese perfil atípico en la plantilla se alistó el Efesé a su octavo intento consecutivo por subir a Segunda. Con eso fue a la guerra, no sin antes lidiar con una situación también inusual en temporadas anteriores: mantener en el barco a su máxima estrella, el atacante Elady y autor de 21 goles la campaña anterior. Con esa situación tan peculiar también lidió el club durante un verano movido, fuegos cruzados de ambas partes y cuantías desorbitadas que finalmente quedaron en papel mojado y con el jienense, comprometido y listo para sumar en la batalla. Tiene contrato en vigor y podrá cumplir su sueño de debutar en el fútbol profesional, pues aportó en los momentos difíciles y acumuló 7 dianas y asistencias vitales.

El cambio de modelo

La temporada del ascenso también será recordada por consolidarse durante buena parte con un evidente cambio en la filosofía de juego. El Cartagena abandonó su estilo al toque, iniciado por Víctor Fernández y continuado por Monteagudo y Munúa, por otro más certero, férreo y menos exhibicionista a los mostrados en años anteriores. Otro giro de 180 grados sobre el que se consolidó gran parte del ascenso.

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Un claro ejemplo de esa robustez exhibida quedará para siempre escrita en la historia del Efesé. Son sus estadísticas, pues le sacó el máximo partido a sus goles a favor: a falta de un 'pichichi', el equipo ganó más de la mitad de sus partidos (15 de 28) y tan solo en cuatro lo hizo por dos goles de diferencia. No en vano, Marc Martínez apareció casi siempre entre los mejores porteros de las tres primeras categorías del fútbol español: tan solo recogió la pelota de su portería en 19 ocasiones.

La 'muralla' de Europa

El cancerbero catalán capitaneó aquel 'muro de Europa': transcurridas nueve jornadas, el conjunto albinegro solo había encajado dos goles. Esos registros elevaron a la retaguardia albinegra como la segunda mejor de las tres primeras categorías de las cinco grandes ligas europeas. Por si fuera poco, batió un histórico récord de imbatibilidad en la entidad albinegra: resistió 872 minutos sin recibir ni un solo gol, un número por encima de los que lograron Joao Costa, Limones y el héroe de Alcoy Rubén Martínez. Además, el equipo fue uno de los mejores visitantes del fútbol europeo. En noviembre llevaba 19 de 21 puntos posibles, unos guarismos solo superados por el Inter de Milán. Casi nada.

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El abulense Borja Jiménez da instrucciones desde la banda. Antonio Gil / AGM

Munúa por Borja

Esta plantilla del Cartagena pasará a la historia no solo por haber logrado el ascenso, sino por lograrlo con particularidades inusuales en el mundo del fútbol. En plena recta final de la primera vuelta, con el parón navideño a la vuelta de la esquina, los futbolistas supieron afrontar con bastante madurez la marcha de Munúa. El uruguayo fue reclutado por Nacional de Montevideo. No es habitual, mucho menos cuando todo encajaba a la perfección y el Cartagena era líder. Los jugadores lo entendieron y, aunque les costó un tiempo adaptarse, se levantaron.

El grupo supo afrontar el cambio y adaptarse lo más rápido posible a una filosofía distinta con Borja Jiménez, cuestionado al principio por los continuos cambios en el sistema. En apenas dos meses en el cargo, antes de 'estallar' la pandemia, el abulense mantuvo a flote el trabajo de Munúa, logró el cuarto campeonato de invierno consecutivo (con 41 puntos, el récord) y alcanzó un exquisito nivel futbolístico. El Efesé fue el equipo que durante más tiempo ocupó el primer puesto y demostró su regularidad, en el 75% de la competición que se pudo disputar.

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El invierno sí da frutos

Por primera vez, esta temporada todo salió a pedir de boca. Incluso el mercado de invierno aportó la gasolina esperada, cuando anteriormente nunca fue un periodo especialmente benévolo. Llegaron tres futbolistas y todos han sido importantes y, cada uno a su manera, ha aportado su granito de arena en el ascenso al fútbol profesional. Johannesson fue de menos a más en el lateral derecho, con ese punto ofensivo tan característico; Berto Cayarga se alistó desde el minuto uno en el 'once' inicial, recital tras recital y con variadas asistencias de propina.

Pero ante todo, el mercado de invierno demostró que, por desconocidos que sean los nombres, la comisión deportiva albinegra dio en el clavo obteniendo la cesión de Vinicius Tanque. Cayó de pie el brasileño, hasta hacerse con la titularidad. Su sensación de peligro y sus dos goles, especialmente el de su estreno contra el Linense, jamás se olvidarán. Estará aquí hasta 2022.

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Vinicius Tanque, una de las grandes sensaciones, celebra su gol al Linense. Antonio Gil / AGM

La tan atípica temporada del ascenso, desde luego, no solo será recordada por todos estos aspectos anteriormente mencionados. Será el ascenso del apoyo masivo del tejido empresarial, con 160 firmas en el club de empresas; el del aún más remozado estadio Cartagonova; el de la recuperada y efectiva grada de animación; el del la ayuda a los damnificados por la DANA y el ejemplar aplauso a Piqué; el de la histórica compra de Carrasquilla al Tauro por 300.000 euros, algo inédito en la Segunda B; el de un mundialista como Jorge Fucile defendiendo la elástica albinegra...

Córdoba, tierra santa

Pero ante todo, porque todas las circunstancias quisieron alinearse de una manera muy curiosa, como si se cerrara al fin un círculo vicioso de mala suerte: 21 años después del escocido 'Cordobazo', y 8 del descenso a Segunda B, el Efesé convirtió Córdoba y El Arcángel en una tierra santa y que será recordada, esta vez para bien. Allí, el Cartagena ganó el último partido antes de la pandemia (0-2), para recuperar el liderato. Ese éxito dejó a los albinegros a solo 90 minutos de Segunda. Los goles fueron del central David Andújar, que fue uno de los verdugos albinegros contra el Majadahonda. En la madrugada del domingo en Málaga, tras mucho tiempo esperando, solo había que poner la puntilla. Y se puso.

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