José Esteban Yepes: «Ojalá mi destino sea volver a cruzarme en el camino del Cartagena en Segunda»

–¿Cómo ha llevado el confinamiento y la vuelta al trabajo?

–Me fui de Cartagena muy rápido, en pleno verano de 2018, y mi familia se quedó allí. No me dio tiempo a hacer nada. Para esta temporada, mi mujer, que es profesora, pidió un traslado y estamos aquí todos. Paso los fines de semana fuera de casa y al menos este tiempo ha servido para estar en familia. Todos los que nos dedicamos al fútbol, nos gusta que las temporadas terminen en el verde. Por desgracia hemos tenido que esperar demasiado. Ahora, ya solo el hecho de ir a la ciudad deportiva y entrenar en grupo te da mucha energía para el reinicio de la competición y volver a disfrutar.

–Esta semana, el presidente de Las Palmas dijo que el partido del día 13 contra el Girona se jugará a puerta abierta.

–Ha salido en varios medios. Habrán pedido todos los permisos y no sé qué opinará el Consejo Superior de Deportes al respecto. Los protagonistas son los jugadores, pero el fútbol es el público. Ves la liga alemana y no es lo mismo. A nivel social, queda mucho por pelear. Nosotros, en la ciudad deportiva, ni desayunamos ni podemos comer juntos, como hacíamos antes.

– «El Cartagena siempre estará en mi corazón. Hasta pronto». Esas fueron sus palabras de despedida, en julio de 2018. Termina contrato esta temporada. ¿Volverá al Efesé?

–La noticia de Las Palmas surgió muy rápida. Belmonte y Breis siempre se han portado muy bien conmigo y sabían que anteriormente siempre había recibido ofertas de equipos extranjeros. Siempre las descarté porque estaba muy a gusto en mi ciudad, con el club de mi tierra y en el que me crié. Había una buena oferta de Las Palmas y no pusieron ningún impedimento en que yo me marchara. Tengo que respetar a David Lastra y su gran trabajo. En un futuro, nunca se sabe. Ojalá el Efesé ascienda y podamos cruzar nuestros destinos otra vez.

–Pasó seis años como entrenador de porteros en el Cartagena, desde el regreso a Segunda B. ¿Con qué se queda?

–Me tocó vivir la primera temporada después del descenso, con la dificultad de ilusionar a la afición después del varapalo de tres temporadas en el fútbol profesional. Parecía que todo se iba al traste. Yo me quedo con la agónica salvación en Las Palmas, porque todo lo que vino después ha sido bueno y a 30 segundos de ascender. Belmonte y Breis se han portado de diez y han hecho todos los pagos a Seguridad Social y Hacienda para cimentar las bases. Es un club modélico y han puesto al equipo en el mapa. Antes nadie quería ir por allí.

–Siempre ha mostrado su cariño al club, pero en la etapa de Sporto Gol Man tuvo que ponerse serio.

–Me tocó hacer de portavoz del club, dar una rueda de prensa, tras ganar un partido contra el Linense. Dije una y no más. Me enfrenté a los que mandaban en ese momento, pero es que no era lógico que un entrenador de porteros diera una rueda de prensa después de un partido. Me parecía ilógico, pero es que esa temporada fue muy extraña en general. Afortunadamente, eso ya pasó y se han puesto cimientos hasta en las bases. El Cartagena no era un equipo atractivo para los chavales. Eso ya cambió y sienten el escudo.

–¿Qué virtudes podría copiar Las Palmas del Cartagena, y viceversa?

–La gestión de Las Palmas es impecable. Es un club con muchísimos empleados, una estructura muy grande. En cuanto a eso, hay matices muy parecidos. Sí es cierto que la cantera la tienen muy evolucionada, con equipos juveniles en todas las categorías y una residencia para los niños. Este año se inauguró una ciudad deportiva espectacular, a la altura de un equipo profesional que ha estado en Primera. A Cartagena le falta esa instalación, por más que se utilicen otros campos. Eso, que tanto demanda el fútbol cartagenero, sería la guinda para entrenar en las mejores condiciones.

–¿Qué aspectos le chirrían del 'playoff' exprés de Segunda B?

–Los protocolos son muy estrictos para los clubes no profesionales. A nosotros nos desinfectan los coches cuando terminamos de entrenar, guardamos distancias y hay que cumplir unas medidas de desinfección muy fuertes. Un inspector de la Liga está con nosotros y supervisa que todo se haga bien. Nosotros, en las primeras fases de entrenamiento, incluso cometimos mínimas infracciones, como dirigir a los porteros a tres y no a cuatro metros. No es fácil. Cada vez que cambiamos de fase, nos hacen test. Llevar eso al fútbol no profesional me parece complicado, pero supongo que al final se jugará con las medidas pertinentes.

– ¿Se queda con algún guardameta?

– He convivido con ellos en el día a día, desde Víctor, René, Molina, Savu, Pau y Marcos hasta Manzanares. Todos me hicieron evolucionar y este año los datos de Marc son brutales. También el trabajo de Esteve y de Fran, al que recomendé. Es bueno trabajar desde las bases para que en un futuro sea un cartagenero el que ocupe la portería albinegra. Me encantaría ver eso algún día.

– Coincidió con Paco Gómez, con Sporto Gol Man y con Belmonte y Breis. ¿Qué destacaría de cada uno?

–Para mí, los únicos que han marcado un antes y un después han sido estos últimos. Desde involucrar a los empresarios hasta matarse a trabajar por las bases. Los que somos cartageneros, esa gestión no la hemos visto jamás. Han logrado una afición incondicional de 7.000 personas en Segunda B. Antes, el crío que llevaba el chándal del Cartagena era como si llevara el del Real Madrid. Ese sentimiento ha vuelto otra vez, como en mis tiempos. El cartagenero quiere jugar aquí.