El último órdago de Belmonte
Ni una sola respuesta dio el presidente albinegro, quien no tuvo la cortesía de contestar las preguntas de los periodistas
Nos quedamos sin respuestas. Y teníamos muchas preguntas. ¿Qué cantidad ha recibido el Cartagena por los traspasos de Cedric y Jairo? ¿Por qué no se ... ha reforzado la defensa en este mercado tras encajar 42 goles? ¿Por qué no se reconstruyó la plantilla hace un mes? ¿Por qué el equipo hecho para ganar muchos partidos ha perdido 18 de los 25 que ha disputado? ¿Por qué siempre se dijo que el club era de Paco Belmonte y que el dinero de una venta sería para Paco Belmonte y, sin embargo, ahora resulta que hay que entregar de manera obligatoria 8 millones de euros a Duino Inversiones para poder venderlo? ¿Por qué hace un año Salvador Bernal aseguró a LA VERDAD que el 80% de la segunda fase de la ciudad deportiva estaba montada y acabada en las instalaciones de Talasur y que solo faltaba un permiso del Ayuntamiento para colocarla en la ciudad deportiva? ¿Y por qué, teniendo ese permiso, no se ha instalado? ¿Tiene esto algo que ver con la salida de Bernal como vicepresidente del club?
Teníamos más preguntas. Y todas se quedaron por hacer. ¿Por qué no se abordó hace tiempo una solución definitiva al evidente desajuste en el asunto de la propiedad del club? ¿Cómo puede ser que diez años después el dueño de la SAD siga siendo Fernando Carreño, a quien nadie hubiera conocido si ayer se hubiera presentado en el estadio? ¿Por qué todos los intentos para vender el Cartagena han fracasado? ¿Por qué se vendió a Escandell, Marc Martínez, Isak Jansson y Calero y el tope salarial, en vez de subir, bajó más? ¿Por qué el 1 de octubre se pusieron las acciones del club a nombre de Enrique Martí en el CSD? ¿Hay posibilidades reales de que Miguel Ángel Jiménez Bosque llegue a las cantidades exigidas para hacerse con el Cartagena en un contexto de descenso virtual a Primera RFEF? ¿Sería positivo para el proyecto que Paco Belmonte siguiera gestionando el club el próximo curso en un escenario como el actual? ¿Ha solicitado formalmente el club a Urbanismo licencia para organizar conciertos en el Espacio Business? ¿Por qué llevamos seis meses sin poder entrevistar a los jugadores del Cartagena?
Ni una sola respuesta dio el presidente albinegro, quien contó al principio de su comparecencia que el otro día estuvo media hora dando explicaciones a cinco encapuchados con los que se topó en la puerta de su garaje y, sin embargo, ayer no tuvo ni diez minutos de cortesía con los periodistas, dejando así sin resolver todas las dudas que existen sobre lo sucedido en el club en el último año y medio. Los 9.000 abonados del Cartagena, los mismos que el pasado verano sacaron su carné pese a una subida del 30% en el precio de los mismos y se están tragando una temporada incalificable, siguen a oscuras, rumiando su pena sin escuchar de boca de su presidente por qué el proyecto se va a pique.
Belmonte necesita a Jiménez Bosque para seguir en el club y el dueño de Jimbee necesita a Belmonte para presidir el Efesé
Lo dejó claro Belmonte, a su manera: «Esto es una SAD que no tiene que dar explicaciones a nadie fuera de su Consejo de Administración», soltó. Eso no es así. Y él lo sabe. Es un tipo inteligente y con mucha experiencia en este negocio. Por tanto, es consciente de que en el fútbol las cosas no funcionan como en el resto de ámbitos empresariales. Es más, en sus primeros años siempre le interesó mucho controlar el entorno y, tanto en público como en privado, destacó en bastantes ocasiones que el éxito de un proyecto en un club de fútbol solo es posible si los cimientos se edifican sobre un entorno amable y positivo. Lo tuvo y lo perdió. Por sus propios errores. Puede buscar todos los culpables que él quiera, pero toda la responsabilidad es suya.
También le salió el tiro por la culata a Belmonte cuando le dio una dentellada al Real Murcia. Ni tocaba ni venía a cuento. Son las cosas que tanto se celebraban antes, cuando el presidente del Efesé navegaba a favor de corriente. Pero este martes consiguió algo inaudito: poner de acuerdo a los aficionados granas y albinegros. A nadie le gustó esa referencia al conjunto grana, ni a un lado ni al otro del Puerto de la Cadena. Era completamente prescindible.
No dio explicaciones Belmonte en la que era su última oportunidad para darlas. Ya no habrá más. Es el final. Y él lo sabe. De hecho, anunció que no volverá a sentarse en el palco del Cartagonova y, de paso, le lanzó un último órdago a Miguel Ángel Jiménez Bosque, comiéndose el primer apellido y tildándolo de «amigo», como si los ocho años que han estado sin dirigirse la palabra nunca hubieran pasado. Se lo dejó claro. Le está esperando y las puertas del club siguen abiertas, de par en par, para él.
Lo suyo sería un matrimonio de conveniencia. Belmonte necesita a Jiménez Bosque para seguir en el club más allá del 30 de junio y el dueño de Jimbee necesita a Belmonte para cumplir su sueño de presidir el Cartagena. Y, además, hacerlo por mucho menos dinero del que imaginaba en un principio. Yo creo que ambos, por sus similares caracteres, son absolutamente incompatibles y que ese matrimonio duraría cinco minutos. Puede que esté equivocado y que ambos se entendieran, anteponiendo el bien común. Me parece, no obstante, que la cuerda se ha tensado tanto que muchos abonados no entenderían que Belmonte continuara en el club.
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