Los puertos de Cartagena y Escombreras atraen una decena de proyectos de hidrógeno verde

Aunque era un objetivo ya conocido, la guerra de Ucrania puso de manifiesto la importancia de la descarbonización y la necesidad de independencia energética en Europa. Las empresas aceleraron sus proyectos con los que ganar en eficiencia y sostenibilidad, en los que el hidrógeno verde y los gases renovables se perfilan como vectores de la tan ansiada transición energética. Ejemplo de ello son dos proyectos en fase final, uno de Repsol, Enagás y Engie, y un segundo ubicado en Escombreras, así como otros en marcha, que buscan convertir el entorno en el 'valle del hidrógeno'. Así lo afirmó Eduardo de San Nicolás, presidente de la Asociación Sectorial del Hidrógeno Verde de la Región, en el III Encuentro de Hidrógeno y Gases Renovables, organizado por LA VERDAD y presentado por Gregorio Mármol, delegado de la edición de Cartagena del periódico.

El objetivo es cambiar el hidrógeno gris por verde, por lo que son «proyectos que necesitan tiempo, desarrollo y ayuda en forma de subvenciones, porque el hidrógeno verde está muy verde», aseguró Eduardo. Como primer puerto español en materia energética, el de Cartagena reúne todos los condicionantes para que el hidrógeno verde sea una realidad. Así lo aseguró Fermín Rol Rol, de la Autoridad Portuaria de Cartagena, quien destacó el papel estratégico del puerto desde que en los años 50 se asentaran las primeras grandes industrias nacionales. «Fue la lanzadera para que el puerto se poblara de empresas y seguimos creciendo porque tenemos siete compañías muy interesadas en instalarse por las buenas condiciones», explicó Rol, consciente de un problema de suelo que les ha llevado a expandirse a Escombreras.

Todas ellas coinciden en una idea: «El hidrógeno como vector necesario para la descarbonización, donde las renovables son parte de la solución», la misma visión que mantiene Tomás Gómez-Acebo, director de la Cátedra de Transición Energética de la Fundación Respol de la Universidad de Navarra. En un escenario energético centrado en el hidrógeno, los grandes retos son sustituir el gris por verde, incrementar la generación eléctrica, porque primero hay que producir electricidad para transformarla en hidrógeno, y salvar las dificultades técnicas en relación al transporte, almacenamiento y seguridad. Además entra en juego la cuestión social, ya que «hay que aprender a convivir con parques solares o eólicos y torres de electricidad». Con ello se daría lugar a un nuevo paradigma energético que utilizaría el hidrógeno para tres nichos: «Procesos de alta temperatura, transporte comercial y almacén y transporte de energía».

El hidrógeno verde comienza a ser una realidad, pero José Miguel Morales, director de la oficina local de CT Ingenieros, recalcó que «antes tienen que llegar los gases renovables». Para él, la clave en todo el proceso está en la colaboración: «Hay empresas de ingeniería enormes, pero ninguna es capaz de abordar proyectos de esta envergadura por sí sola». Si se consigue el apoyo, «Cartagena está muy preparada en cuanto a ingeniería», pero sigue teniendo el problema de la industrialización tras haber perdido tejido. «Tenemos que recuperarlo para alcanzar la eficiencia energética», expuso Morales.

En la cooperación incide igualmente Adrián Devesa, coordinador de Estrategia, Comunicación y Asuntos Regulatorios de Enagás, empresa que trabaja desde 2019 en un ecosistema colaborativo entre el ámbito público y privado para escalar a proyectos más grandes, como los que llevan a cabo con Repsol. «Empezamos a colaborar de forma proactiva con proyectos en distintos valles y con la Administración, porque estaba todo por hacer», recordó Devesa, que ha visto la evolución de un sector en el que «España es un buen competidor dentro del mercado europeo porque tiene un precio de la mitad en cuanto a países del norte».

Hablar del coste es para Ana María Martínez, gerente de Estrategia Comercial de Hidrógeno y Biometano en Repsol, uno de los problemas a los que se enfrenta el hidrógeno renovable, por lo que se necesitan subvenciones para seguir creciendo en el proceso de descarbonización. Martínez indicó que se requiere trabajar en infraestructuras para el desarrollo del hidrógeno, porque la meta es cumplir el objetivo que se marcó Repsol para ser cero emisiones netas en 2050, lo que empieza a perfilarse con sus varios proyectos en Bilbao, Tarragona y Cartagena respaldados por Europa. Además, sobre la situación particular de la Región de Murcia puntualizó que «tiene una oportunidad para generar desarrollo social y económico, promoviendo el empleo de calidad y el impulso al tejido industrial».

Desde la Comunidad destacaron su apuesta por apoyar los proyectos de hidrógeno, «una industria que viene y necesita mucha ayuda». Lo aseguró el director de Energía y Actividad Industrial y Minera de la Región, Federico Miralles, quien declaró que «la energía renovable es clave, porque el hidrógeno necesita mucha energía, y también lo es la infraestructura eléctrica, que juega un papel clave en la planificación energética». Para ello, Miralles subrayó que desde el Gobierno regional «se hace una gran inversión en energía eólica».

En las necesidades energéticas incidió también el consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, que reclamó mayores inversiones en la alta tensión, «la columna vertebral de la energía». Para él, la transición renovable supone «un cambio de modelo energético que tiene que pasar por la producción de hidrógeno verde». Coincidió en la importancia del trabajo conjunto de administraciones y empresas, así como en el potencial de una Región con 3.380 horas de sol, «capaz de asentar hasta 40 plantas de biometano, aprovechando solo los residuos de la industria agrícola y ganadera».

Como presidente de Ahmur, Eduardo de San Nicolás presentó el informe en el que se analiza el potencial de la Región para desarrollar el mercado del hidrógeno renovable y «el objetivo de que la Comunidad sea capaz de generar hidrógeno competitivo». Su estimación fue situar el coste en un rango de 1,5 a 3 dólares para 1 kg de hidrógeno gris y entre 4,5 y 12 en el caso del verde.

A partir de ahí utilizaron una metodología basada en cuatro ítems para elaborar el informe. El primero es un potencial teórico que estudia los recursos renovables disponibles; de ahí se evalúa el potencial técnico, qué parte puede aprovecharse mediante parques eólicos y fotovoltaicos. El siguiente paso es el económico, según el coste de producción de hidrógeno que en la Región es de los más baratos de España. Por último, un potencial de mercado que asegura la demanda de este hidrógeno. Este análisis demuestra que «en el Valle de Escombreras y el Puerto de Cartagena, por su concentración industrial, lo tenemos todo para ser clave en el proceso de descarbonización».

La fotografía que se trazó durante el encuentro acerca de la situación del hidrógeno y energías renovables en la actualidad quedó bien definida con el testimonio de Jesús Ruiz de Pascual, responsable del Laboratorio de Vehículos del Centro Nacional del Hidrógeno. Su institución, centrada en promover e impulsar las tecnologías del hidrógeno verde, ejerce su labor en cinco sectores: realizar investigaciones, experimentar y validar prototipos, desarrollar y escalar procesos, implementar I+D+i y ofrecer servicios a terceros. En este sentido, el trabajo del Centro está orientado a la «producción, almacenamiento, transformación, aplicaciones e implantación de tecnologías», según explicó Ruiz.

Esas líneas estratégicas son la guía para la creación de proyectos relevantes como los que presentó en su ponencia, trabajos en fase final cuya conclusión es que «el hidrógeno es viable en su uso». Ejemplo de ello son 'Arenha', cuyo objetivo es demostrar la viabilidad del amoniaco como transporte del hidrógeno, 'Fch2Rail', para hacer un 'powerpack' híbrido de pilas de comustible aplicable a aplicaciones ferroviarias, o 'Green Hysland', que busca contemplar la producción de hidrógeno a partir de energía solar y suministro a los usuarios finales en Mallorca.

En muchos de los proyectos del Centro ha participado también Francisco Montalbán como director del Clúster Andaluz del Hidrógeno. El cartagenero de origen está al frente de un conglomerado de empresas dedicado a la tecnología basada en el hidrógeno que se encuentra «en busca de negocio». «El objetivo es descarbonizar, ser independientes y no depender del petróleo o gas de otros países. Hay que aprovechar nuestra infraestructura y avance tecnológico, que es superior a los demás», afirma.

Para ello, la asociación, que cuenta con socios de todo tipo, trabaja en el ámbito de la normativa, para crear una hoja de ruta con la que desarrollar proyectos, la tecnología, financiación y formación, además de la colaboración y las relaciones internacionales, como las de Japón y México. Sus iniciativas van encaminadas a una idea en la que se mantiene férreo: «No podemos perder este tren. Si no lo hacemos nosotros, otro lo hará».

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