La producción murciana de calzado y cuero cae a casi la mitad en un año

La actividad de las 177 factorías de calzado y cuero de la Región cayó un 25,9% entre enero y mayo, de acuerdo con el último Índice de Producción Industrial que maneja la Consejería de Economía. Con ello se acumula un derrumbe interanual del 48,4%, solo superado por el registrado en diciembre de 2020 a raíz de la semiparálisis económica del primer estado de alarma (–54,3%).

La caída de la demanda nacional a raíz de la inflación, la dificultad del relevo generacional en las plantillas y la renovada presión china son las causas de tal retroceso, informan las organizaciones del sector. A estas alturas, esta industria murciana funciona por debajo del nivel de 2015 (96,9%).

Ya el pasado año se dieron señales de alarma en el propio mercado regional. Así, las familias murcianas dedicaron 170 millones de euros a la adquisición de calzado y artículos de piel, de acuerdo con la última Encuesta de Presupuestos Familiares. Es un 4,7% menos respecto a 2021 y un 16,2% en relación a 2019. Salvando el caso excepcional de 2020 (135,6 millones) hay que retroceder hasta 2010 (163 millones) y 2011 (166 millones), en lo peor de la anterior crisis financiera, para encontrar un consumo regional tan bajo en lo que va de siglo. El récord se sitúa en los 254 millones de 2006.

A nivel nacional, la demanda también continúa lejos del nivel precovid: 5.624 millones de 2022 frente a los 6.670 de 2019.

Así, la facturación de las 143 fábricas murcianas de calzado y las 34 factorías de curtidos y artículos de piel se quedó en 143,2 millones el pasado ejercicio, tras una contracción del 15,6%. Su hito fue en 2002, con 231,2 millones.

Otro problema para la industria es la captación de jóvenes para renovar plantillas, cuya media de edad está en 47,4 años, según el INE. La Federación de Industrias del Calzado en España (FICE) lanzó el pasado mes una campaña nacional desde redes sociales orientada a la 'Generación Z', bajo el lema 'Your independence'.

La presidenta de FICE, Rosana Perán, insiste en que la fabricación de calzado representa una oportunidad para jóvenes que desean formarse y desarrollar una carrera profesional: «Es buen sector para caminar hacia una independencia económica. No renuncia a sus raíces y está inmerso en un proceso de digitalización y transformación».

Por su parte, la asociación regional Calzia promueve cursos de capacitación para jóvenes. Cuenta con instalaciones formativas en su sede del polígono Cavila y una aula-taller en el Centro Municipal de Empleo de Caravaca.

¿Y qué pasa fuera? Retroceso. La industria del calzado y cuero facturó entre enero y mayo 65,8 millones, un 6% menos que en el mismo periodo de 2022, según el Instituto de Comercio Exterior. En sí no es un gran varapalo, puesto que en el pasado ejercicio se logró el récord, con 156,6 millones. El ritmo de ventas se mantiene por encima del nivel prepandemia.

El mercado internacional sigue siendo válvula de escape. Murcia se encuentra en el 'top 10' de provincias exportadoras, por detrás de Alicante, Barcelona, Madrid, La Coruña, La Rioja, Valencia y Zaragoza. Por otra parte, los clientes de los exportadores murcianos son de primer nivel: Francia, Italia, Portugal, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Holanda.

El problema reside en China. Entre enero y mayo introdujo productos en la Región por valor de 27,8 millones. En todo el pasado ejercicio fueron 78,8. Casi la mitad de lo que Murcia gana en el exterior con esta industria lo dedica a gastar en los mismos productos del gigante asiático.

No es lo peor. La importación española de calzado y artículos de piel chinos se disparó el año pasado un 59,5%, hasta sumar 2.194 millones, saturando el mercado nacional cuando ya se estaba retrayendo el consumo. Durante los primeros cinco meses de este año fueron 847,2 millones (+7%).

El 'rodillo chino' ya golpeó entre 2008 y 2012. Obligó a las firmas murcianas a mejorar en innovación y diseño –siguiendo el modelo italiano–, lo que se tradujo en su expansión internacional.

Pero, además de China, la inflación prosigue con su impacto sobre la demanda. Los precios de calzado de hombre y mujer crecieron en el país un 3,5% durante junio y los de niño, un 2,6%, según el IPC. Al menos ya se está lejos de los picos de agosto del año pasado, cuando se llegó al 7,4% en los modelos para caballero y al 9,8% para los infantiles, frente al 4,1% para los de señora. Los encarecimientos se han moderado desde hace cuatro meses, aunque aún se mantienen elevados.