Ricardo Pérez López: «El producto fresco ayuda a los supermercados a captar clientes»
«Los españoles nos gastamos uno de cada diez euros en frutas y verduras», indica el asesor, que estará el viernes en la asamblea de Proexport
Directivo en una de las empresas que asesora a más marcas y distribuidores en todo el mundo, Ricardo Pérez llega a la Región esta semana ... para ofrecer una charla sobre consumo y oportunidades de crecimiento en el sector agrario en la asamblea general de la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas (Proexport), el próximo 7 de junio.
–¿Dónde está la oportunidad de la fruta y la verdura?
–La oportunidad que vemos es que la gran distribución, es decir, hipermercados y supermercados, está utilizando el producto fresco para captar clientes y ganar volumen. Y esto está afectando directamente al canal especialista. Es decir, la oportunidad está en el 'retail', en el súper y en el hipermercado, porque el retail lo está apoyando y está apostando por ello como una palanca clave de crecimiento de venta de sus productos. El consumidor que entra en la tienda acaba comprando mucho más producto de este tipo.
–¿De qué cifras de ventas hablamos?
–El producto fresco en estos comercios representa el 30% de las ventas a nivel nacional. Uno de cada diez euros nos lo gastamos en frutas y verduras, y un tercio de nuestro presupuesto lo invertimos en producto fresco.
–¿Qué explicación tienen estos datos si los encajamos en el problema de la inflación?
–El gasto de los consumidores tiene una tendencia positiva pero estamos viendo que, después de la guerra de Ucrania, todo lo que son crecimientos de precio han sido muy importantes en prácticamente todas las categorías. El valor de la carne ha crecido casi un 5% y el de la charcutería un 8%. En producto fresco, el segmento de valor que más ha aumentado son las verduras, cuyo precio se ha encarecido un 8,5%.
«La gran mayoría buscamos estrategias de supervivencia y hacer un consumo más consciente»
–Y, sin embargo, no parece que afecte al consumo.
–Hay que tener en cuenta que España es el único país, dentro de las grandes potencias europeas, que a nivel de productos de gran consumo está creciendo en volumen de unidades un 3,2%. La evolución de la demanda a nivel europeo es tan solo un 0,1%. En España estamos incrementando el nivel de compra de todos los productos de gran consumo mientras los países vecinos o pierden un 1,6% como Francia o se quedan planos como Alemania.
–¿Y ahora mismo qué está pasando con los precios?
–Vemos que los precios ya no crecen. En abril hemos visto ya una evolución de -0,2%. Pero eso no significa que los precios estén decreciendo. Lo que significa es que los precios han dejado de crecer porque veníamos de un crecimiento del 10% y 12%.
–¿Cómo salva el consumidor la inflación?
–Lo que hacemos la gran mayoría es buscar estrategias de supervivencia y hacer un consumo más consciente. ¿Para qué? Para intentar abaratar el gasto que hacemos en productos de gran consumo para nuestra cesta de la compra. Pueden ir a productos más básicos dentro de la misma categoría o dejar de comprar un producto concreto para apostar por otro más barato de otras categorías. España es el país con más marca de distribución (marca blanca) a nivel europeo; estamos casi superando ya el 50% en facturación hacia la marca de distribución. Es una barbaridad.
–¿Y qué pasa con los productos agrícolas transformados?
–Sí que es verdad que en la distribución cada vez se ve más este tipo de producto. Cubre muy bien un cierto perfil de consumidor que está dispuesto a tener el producto fresco más accesible, y pagar una prima de precio por ello. Al consumidor le ofreces un producto más asequible a un precio mayor y que te da más rendimiento. Es decir, te genera un precio medio más alto y, por lo tanto, un valor más alto del producto. Pero cuidado con las subidas de precio, porque estamos hablando de productos muy necesarios para el consumidor. Es decir, la fruta y la verdura son productos básicos. Cualquier subida de precio exagerada puede tener impactos muy importantes en el producto.
–Póngame un ejemplo.
–Hay productos, sobre todo la fruta, donde el crecimiento del precio ha supuesto una caída en venta directa. La sandía ha decrecido en volumen de ventas un 26% en dos años, y las setas un 12%. Se vende un cuarto menos de sandías. Las frutas tropicales también han decrecido en ventas, al igual que el melocotón. Hay que ir intentando contener. En dos años, el precio medio global de las frutas ha crecido un 14%. Con el aceite ha pasado algo similar: sube el precio, pues se busca el más barato, que es el de girasol. Es la vuelta al producto básico en vez de apostar por el aceite de oliva virgen extra.
«Ojalá hubiera una vinculación en España del origen nacional del producto»
–Parece que la única manera de que baje de precio un producto es dejar de comprarlo, ¿no?
–Es una buena pregunta. No sé si eso es lo que puede provocar que al final un precio caiga o no. Lo que está claro es que si un producto se deja de comprar, va a haber un exceso de oferta. Por tanto, el producto va a tener que bajar el precio, y más en el caso de los productos que o se venden o se mueren.
–Venimos de unos meses calientes en el campo, con protestas y reivindicaciones centradas, entre otras cosas, en favorecer el producto nacional frente al importado de terceros países. ¿Esa carga mediática ha tenido un efecto real en las decisiones que toma el consumidor?
–En el caso de la fruta y la verdura, creo que es más complejo y tiene más que ver con la evolución del precio del producto y la sensibilidad que el consumidor tenga a la hora de escoger y pagar. Ojalá hubiera una vinculación en España del origen nacional del producto y eso hiciera que incrementara el consumo de algunos alimentos. Creo que hay trabajo por hacer. Deberíamos ser más americanos en esto.
–¿Qué podría recomendar a las empresas exportadoras y los productores de la Región?
–Teniendo en cuenta que la gran distribución es la que cada vez maneja más parte del pastel y de venta de las frutas y hortalizas, hay que seguir muy bien la venta que hacen y conocer cómo están evolucionando los precios. El productor tiene que ser consciente de si su producto se está vendiendo a más o menos precio. Y en una negociación intermedia, creo que el producto fresco tiene que empezar a captar estrategias que ha hecho ya el resto de la alimentación. Me refiero a la promoción, porque el consumidor puede optar por la marca blanca o por los productos en promoción. Esto lo están haciendo muy bien algunos supermercados. Hay que hacer un poco de trabajo de promoción para enmascarar esa bajada de precio.
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