CT, ingeniería avanzada para alcanzar la soberanía tecnológica en sectores vitales

CT, empresa de ingeniería especializada en proporcionar servicios innovadores y soluciones tecnológicas que ayuden a sus clientes a ser más efectivos y competitivos, está impulsada actualmente por más de 2.000 ingenieros repartidos en siete países. Entre los servicios que ofrece la compañía están los dirigidos a seguridad y defensa, cada vez más avanzados, pues las amenazas evolucionan a diario en ambos campos, desde ciberataques hasta sistemas autónomos que operan en entornos cada vez más imprevisibles. Por eso, innovar ya no es una opción, es una obligación.

«Innovar permite adelantarse, estar a la cabeza del desarrollo tecnológico, y hay que hacerlo de forma ágil», se asegura desde la dirección de CT, que entiende que «innovar ayuda a aumentar la soberanía tecnológica, cada vez más necesaria, para atender de forma adecuada y autónoma las áreas críticas para la seguridad nacional».

Precisamente la aportación de CT consiste en hacer que esa innovación llegue a los sistemas reales, que funcione en condiciones reales, y que esté al servicio tanto de las fuerzas armadas como de la sociedad. Porque «invertir en innovación en defensa es también invertir en una industria más fuerte, en una sociedad más preparada y en una Europa más autónoma», aseguran.

CT Ingenieros destaca por aportar conocimiento técnico, capacidad de integración y experiencia en sectores estratégicos como el naval, el aeronáutico, el espacial y el terrestre. Su valor diferencial reside en acompañar todo el ciclo de vida de los sistemas: desde el diseño inicial y la ingeniería de sistemas, hasta la digitalización, la simulación y el soporte en operación.

«Nos sentimos cómodos en entornos complejos y exigentes, tanto en programas de nueva generación como en modernizaciones», confirman, añadiendo en este sentido que «trabajar también en sectores civiles como la aeronáutica comercial nos da una visión más amplia y transversal que nos permite aplicar soluciones duales e innovadoras en ambos mundos. Esa combinación de rigor técnico y flexibilidad operativa es una de nuestras grandes fortalezas».

La experiencia, la calidad y el compromiso por avanzar han permitido que CT esté presente en todos los ámbitos y en todos los programas más relevantes para la defensa nacional y europea, aportando capacidades concretas, ingeniería, digitalización o inteligencia artificial en proyectos que marcarán el rumbo de los próximos años.

En el ámbito naval, por ejemplo, CT trabaja junto a Navantia en la fragata F110, donde desarrolla su gemelo digital, una pieza clave para gestionar el ciclo de vida del buque con mayor eficiencia.

En aeronáutica, participa en plataformas como el Eurofighter o el A400M con tareas de ingeniería, soporte técnico y evolución tecnológica. Y está dentro del FCAS, el futuro sistema de combate aéreo europeo. Aquí contribuye en el diseño de subsistemas y estudios de viabilidad: es un proyecto complejo, pero estratégico para Europa.

En tierra, su trabajo en el VCZAP Castor o en el VCR 8x8 Dragón ha permitido a CT aplicar ingeniería de sistemas, diseño estructural y soporte logístico a un vehículo esencial para el Ejército de Tierra.

Respecto a las líneas de desarrollo, la simulación es uno de los campos donde más valor añadido aporta la compañía. Trabaja en desarrollos de entornos de simulación federados, diseñando entornos inmersivos, aplicados en proyectos de mejora de formación, e integrando simulaciones de distintos sistemas, como aeronaves o sistemas de defensa antiaérea, en capas comunes, en las que pueden interoperar, mejorando la formación y preparación de las tripulaciones.

Una segunda línea clave de desarrollo es la de aplicación de IA en logística prescriptiva. Desde el año 2022, CT coordina el proyecto KOIOS, financiado por el Fondo Europeo de Defensa. Agrupa a 14 entidades de ocho países para desarrollar una inteligencia artificial explicable, resiliente y energéticamente eficiente. Su aplicación va mucho más allá del uso militar: puede aplicarse a ciberseguridad, emergencias o incluso industria crítica.

Uno de los proyectos más relevantes en los que ha estado implicada la compañía en los últimos años es el del submarino S-80. El equipo de CT ha participado en tareas de ingeniería de detalle, soporte documental y mantenimiento. Este programa, que comenzó con grandes retos tecnológicos, ha acabado por consolidarse como una referencia internacional gracias a su sistema de propulsión independiente del aire (AIP), un hito en el ámbito naval.

Otro caso significativo es el del A400M, estando presentes desde sus primeras fases de industrialización. Con el tiempo, su trabajo ha evolucionado hacia el soporte en servicio, incorporando herramientas digitales para avanzar hacia el mantenimiento predictivo y una gestión optimizada del ciclo de vida.

CT también ha apostado por la digitalización de procesos industriales en defensa, aplicando metodologías de ingeniería concurrente y desarrollando soluciones de realidad aumentada. Estas tecnologías están teniendo un impacto directo en el mantenimiento y la formación, dos ámbitos donde la innovación ofrece resultados tangibles y medibles.

Si bien es verdad que en la mayoría de los proyectos CT actúa como socio tecnológico especializado con grandes integradores (Navantia, Airbus, Indra...), también es cierto que desarrolla proyectos propios, en colaboración directa con el Ministerio de Defensa.

En sus proyectos trabaja con startups y pymes innovadoras, especialmente en ámbitos como la inteligencia artificial, la realidad aumentada o la digitalización. «Nuestro enfoque es sumar capacidades, sabemos que los desafíos actuales requieren colaboración, y por eso nos integramos con facilidad en ecosistemas tecnológicos diversos, en España y en Europa», aseguran desde CT.

CT insiste en que la inversión en defensa tiene, además, un efecto directo y transversal sobre la economía. Genera empleo cualificado, fortalece la industria y muchas veces da lugar a tecnologías que se acaban trasladando a otros sectores como la energía, el transporte o incluso la medicina.

Por ejemplo, los entornos de simulación y realidad aumentada que usa CT en entrenamiento militar ya se están aplicando en aviación comercial, formación médica o procesos industriales complejos. Reproducen escenarios reales con una precisión impensable hace años.

Lo mismo ocurre con el mantenimiento predictivo o la digitalización del ciclo de vida. La tecnología que se aplica en plataformas como el A400M o el VCR 8x8 está ayudando a optimizar recursos en sectores como el ferroviario o el energético.

Y luego están los desarrollos más disruptivos, como la inteligencia artificial explicable y frugal de KOIOS. Pensada para situaciones con escasez de datos, tiene aplicaciones claras en ciberseguridad, respuesta ante emergencias o industria 4.0. «Tecnologías así no entienden de fronteras entre lo militar y lo civil: se diseñan para resolver problemas complejos, allá donde estén, por eso el beneficio siempre llega mucho más lejos de lo que marcan las especificaciones del programa», afirman.

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