Un baño de optimismo para la hostelería regional
Futuro. ·
El sector prevé superar este verano la facturación registrada la pasada temporada y solucionar el déficit de personal cualificadoEFQ.
Viernes, 28 de julio 2023
La hostelería de la Región de Murcia se caracteriza por su resiliencia, es decir, la capacidad de afrontar las adversidades, tal y como demuestran a diario abriendo sus negocios y ofreciendo su mejor versión a los clientes. También por ser un motor económico, al generar miles de empleos directos e indirectos, tanto en núcleos urbanos como en zonas rurales, del interior o la costa. Se trata, sin duda, de un sector potente, dinámico y en continua evolución, de ahí que sea un punto de encuentro entre familiares y amigos e incluso todo un reclamo turístico.
Los hosteleros, que, como diría el dicho, 'están hechos de otras pasta', afrontan cada jornada laboral con el empeño y la ilusión de que su clientela tenga una estancia agradable. Porque los bares y restaurantes son punto de socialización y esparcimiento por antonomasia, así como un termómetro de la situación económica del país y fuente de inspiración de películas, novelas y canciones. De hecho, en España hay un bar por cada 175 habitantes y no existen municipios de más de 500 habitantes que no tengan este servicio.
Pese a los contratiempos sufridos en el último tiempo, como la inflación, la crisis energética y los coletazos de la pandemia, el sector está resistiéndolos y afrontando la temporada de verano. Precisamente, la hostelería aprovecha la época estival para asegurarse un colchón económico, por la incertidumbre de lo que pueda acontecer. Esta previsión casa con las buenas perspectivas que se barajan para estos meses, en los que se palpa en el ambiente las ganas de la ciudadanía de disfrutar, que parecen inalterables.
El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (HoyTú), Jesús Jiménez, confía en que el volumen de ventas de esta temporada superará al del pasado año, que fue «muy bueno». En concreto, la patronal Hostelería de España estima en un 10% la subida de la facturación con respecto al mismo periodo de 2022. «Va a ser un buen verano», augura Jiménez con convicción. Aun así, el sector tiene el reto de alcanzar las cifras registradas en 2019, el año prepandemia, cuando la rentabilidad de las empresas estaba un 5,9% por encima.
Con la brisa marinera
Se nota, como viene siendo habitual en este periodo, que la restauración ubicada en la costa vive un momento dulce, al concentrar buena parte de la demanda. De hecho, las reservas para comer o cenar estas semanas rozan el completo en la mayoría de locales, lo que refleja el 'apetito' de los veraneantes nacionales e internacionales. Al respecto, queda demostrado que los turistas extranjeros no pertenecen a la 'cofradía del puño cerrado', ya que el pasado año gastaron un total de 1.004,1 millones de euros, o lo que es lo mismo, 99 euros diarios por persona, según las estadísticas Egatur y Frontur del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y sus viajes se alargaron 12,3 días de media.
Aunque cueste creerlo, las terrazas de bares y restaurantes pueden lucir, a veces, una imagen desértica. Así se pudo constatar durante las últimas olas de calor, que 'obligaron' a los clientes a refugiarse en el interior en busca del aire acondicionado en las horas punta. Estos episodios, pese a que son puntuales, pasan factura al rendimiento de la actividad hostelera, como también ha ocurrido con la convocatoria de las elecciones generales del 23J, que ha condicionado las vacaciones de varias personas. «Restan consumo», agrega Jesús Jiménez, confiando en que «agosto no sufra vaivenes».
Falta personal
Según un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad, la campaña estival, que comenzó a mediados de junio, generará algo más de medio millón de contratos (507.090), un 2,3% más que en el mismo periodo del año anterior, cuando se rubricaron 495.694; los restaurantes ofertan el 14,9%, por detrás del sector hotelero, logístico y comercio. Sin embargo, la hostelería se enfrenta un verano más a uno de sus problemas endémicos, la falta de personal. Esta realidad estructural, justifica el presidente de HoyTú, se repite igualmente en otras actividades afectadas por los problemas de temporalidad o jornadas atípicas, como la construcción y el transporte.
Para el sector, la falta de mano de obra está motivada por los propios empleados, que aducen librar fines de semana, cogerse vacaciones en verano y no tener el turno partido, entre otras mejoras laborales. Estas reivindicaciones han tomado más fuerza a raíz de la crisis del coronavirus, ya que muchos trabajadores buscan una mayor calidad de vida. «El sector se tiene que adaptar y hay voluntad por parte del empresario, que no es un monolito», afirma Jiménez, para a continuación apostillar que «esta transformación no se consigue de la noche a la mañana al tratarse de una situación reciente».
Festival económico
La celebración de festivales arroja un rayo de luz a la economía y al turismo de la Región de Murcia, porque atrae a numerosos visitantes durante todo el año y genera ingresos. Para este 2023, las previsiones apuntan a que se alcanzarán los 358.895 asistentes en los 137 días de espectáculos en los eventos organizados por promotores privados, con un impacto de 43,1 millones de euros. Esta estimación supera las cifras alcanzadas en 2019, cuando más de 210.000 personas (el 15% del turismo total) acudieron a festivales en la Comunidad, un dato que repercute directamente en pernoctaciones en los municipios donde se celebran (que ascendieron a 420.000 pernoctaciones) y propiciaron unos ingresos derivados de 24.360.000 euros. «Los festivales ayudan a crear destino y son un polo de atracción y de comunicación», añade el presidente de HoyTú, quien menciona 'La Mar de Músicas' como caso de éxito.
Jiménez lo dice alto y claro. Está convencido de que la Región de Murcia tiene una oportunidad única de convertirse en una potencia turística. Y para que eso ocurra, tanto las administraciones públicas como las empresas tienen la obligación de realizar todos los esfuerzos necesarios para hacer de este sector el motor de la economía regional. El primer paso, revalorizando la figura del profesional de la hostelería y diluyendo el viejo mantra de que cualquier persona puede dedicarse a este oficio simplemente por ponerse detrás de una barra o tomar comandas.