«La desescalada está siendo más dura que el confinamiento»

La psicología analiza procesos mentales, comportamientos y percepciones y establece una relación con lo que nos rodea. Durante el pasado confinamiento, la psicología se convirtió en un servicio esencial para muchos ciudadanos, necesitados de alivio, consejo y un hombro virtual sobre el que expresar miedos y temores o llorar la pena por la muerte de un ser querido, algo que se hizo especialmente complicado al verse trastocado el proceso de duelo tal y como se conocía.

«Es muy duro que una familia no pueda despedirse de un ser querido. La desolación es tremenda y se han visto muchos casos estos días», asegura la psicóloga María José Cegarra, que ha tenido que atender casos de este tipo que no olvidará nunca.

Todo ha sido nuevo, desde las consultas a nivel telemático, que «nunca tendrán el mismo efecto que una presencial», asegura con rotundidad la psicóloga, a la naturaleza de los casos expuestos por ocurrir en unas circunstancias excepcionales. «Por suerte, la profesión se ha apoyado y ha compartido experiencias y conocimientos, reflexionando por anticipado a lo que nos podíamos encontrar», relata.

«El confinamiento fue duro por la incertidumbre, pero nos adaptamos muy bien porque estábamos en nuestra casa, que nos aporta seguridad», explica María José Cegarra. Sin embargo, «el desconfinamiento está siendo más duro. Enfrentarse a algo desconocido puede provocar ansiedad y mucha gente nos llama diciendo que siente pánico a salir a la calle. Esto demuestra que los cambios en la rutina y la realidad que percibimos pueden ser muy duros. Ahora toca aprender a convivir con el virus».