«Hoy jamás quitaría un menisco entero, pero antes no había otra alternativa»

Recibe a LA VERDAD en su residencia en La Manga, junto a Pilar Vicente, la mujer que conoció en el Hospital San Carlos. Desde entonces no se han separado. Tienen tres hijas: Marta, Isabel y Pilar. «Estoy muy descontento con mis paisanos, han conseguido cambiar un albaricoque o un melocotón que sabían a gloria, por otros que son más hermosos pero que no saben a nada, han empobrecido el sabor de la fruta», se queja el doctor Guillén antes de poner en marcha la grabadora.

Nos vamos haciendo hueco entre los libros de medicina y apuntes que hay en el salón. «Hemos estado en una conferencia donde estaba el jefe de servicios médicos de la NBA, además de varios médicos de los equipos que forman esta liga, estamos trabajando mucho en acortar los plazos de recuperación en las lesiones musculares», explica.

–¿No descansa ni en vacaciones?

–Para mí esto no es trabajo en sí, estar en mi tierra y poder disfrutar de la comida de aquí es lo mejor. Yo le digo a todo el mundo que la cocina murciana es la gran desconocida, hablar con amigos de aquí como José Luis Mendoza, muy buen amigo mío y gran defensor de esta tierra, es un placer. Estoy además en contacto con Tomás Fernández, que es mi mano derecha en CEMTRO y es el médico jefe en la expedición del equipo paralímpico español en Tokio. Es decir, esto es un no parar.

–¿Tiene muchos proyectos nuevos en marcha?

–Estamos trabajando mucho en la Fundación Pedro Guillén, en dos campos: la recuperación muscular donde tenemos una reunión el proximo día 7 de septiembre con FIFA , que están vivamente interesados y dónde estamos dando pasos agigantados. No es lo mismo recuperar que regenerar y en esas estamos.

–¿Todas estas investigaciones necesitan mucho dinero?

–Fíjese que yo creo que me he convertido en un 'pedigüeñero', estoy siempre buscando posibles patrocinadores. Se trata de llevar la investigación a un final con resultados óptimos, pero nos siguen faltando fondos y es por eso que siempre estamos moviéndonos. Aquí el Gobierno no interviene y hay que sacarlo por otro lado. Nosotros necesitamos unos diez millones de euros para que los resultados sean óptimos y eficaces.

–¿Cada vez que hay una lesión de un deportista de élite, muchos medios le buscan para que usted dé su opinión? ¿Por qué?

–El fútbol genera mucho y los periodistas quieren respuestas a todo. Recordaré toda mi vida en el Mundial de España lo que pasó en la final. Rummenigge se había lesionado en la semifinal y me trajeron al jugador a que lo examinara y yo les dije que no podía jugar la final. Enseguida se sucedieron todo tipo de informaciones, pero lo cierto es que el jugador estaba roto. Vino un médico alemán, le infiltraron y enseguida salió la noticia de que jugaba la final, yo advertí que no podía y de hecho en la primera carrera tuvo que ser cambiado, las roturas musculares son así y no hay varitas mágicas.

–¿Le llegan todos los días deportistas lesionados a su clínica?

–Todos los días doce, trece o catorce lesionados llegan a la clínica y pueden ser de la élite o deportistas normales. Llegan allí porque saben que vamos a trabajar eficientemente con la lesión.

–¿Quién es el último deportista que ha tratado en CEMTRO?

–Tenemos jugadores del Atlético de Madrid, Valladolid, Zaragoza... Pero una deportista de la que estoy muy orgulloso y que la hemos tratado en CEMTRO es Ana Peleteiro, que ha conseguido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos y que me satisface mucho nuestro trabajo. Ella ha visto que con su sacrificio han llegado resultados óptimos.

–¿Sigue sintiendo algo especial cuando recupera a un enfermo?

–Sí. Es como una palmada de Dios, es algo que no se puede expresar con palabras cuando ves a un deportista volver hacer su trabajo y lo más importante lo ves sano, eso no tiene palabras que lo describa.

–¿Cómo ha gestionado usted la crisis sanitaria del Covid?

–En la clínica tuvimos que hacer dos direcciones, la normal y la de los enfermos de COVID, pero más allá de todo esto que nadie podía imaginar. La vacuna que se ha conseguido ha sido una gran hazaña de todos, gobiernos, farmacéuticos, investigadores... Conseguir algo que frene esto es una victoria increíble, sobre todo por lo poco que se ha tardado.

–¿Cree que el tiempo llevará a la curación absoluta?

–Lo creo firmemente y trabajamos en eso. Tu ves un enfermo de diabetes y tiene la insulina, dieta y demás, pero no se cura, convive con su enfermedad, al igual que el cáncer. Lo que se pretende es que esas células que deciden actuar por su cuenta en una y otra enfermedad las podamos reconducir y así se produzca una curación total.

–¿Mirando hacia atrás qué no haría y qué haría hoy Pedro Guillén?

–Es complicado, yo hoy día no quitaría un menisco entero, haría una sutura o mil cosas, pero en su momento no había otra. Y sobre lo mejor, y que por suerte sigue pasándome todos los días, no hay nada mejor que la mirada agradecida del enfermo, devolver las capacidades que ha secuestrado la enfermedad es algo que te hace sentir especial.

–¿Qué le ha aportado a la sociedad que le hace sentirse especial?

–La creación de la clínica CEMTRO ha sido algo especial. Yo sentí que el aparato locomotor estaba un tanto abandonado y hemos conseguido unos avances impensables hace unos años.