¿La Seve del golf femenino?
La madrileña Blanca Fernández García-Poggio enamora al público de La Sella Open
María Jesús Peñas
Lunes, 22 de septiembre 2025
Este mismo lunes viaja a París para competir. Hace tan sólo unos días estaba en Zurich. Venía de Houston. Ella, su bolsa y las ganas de ir mejorando en este deporte, el golf, del que es profesional desde diciembre de 2024. El periodista del medio digital español especializado en golf (Ten-Golf) Alejandro Rodríguez, quien la estuvo siguiendo a pie de recorrido alicantino, la bautizó hace unos días como «la Seve del golf femenino» a tenor de su juego; de su capacidad de meterse en líos. «Porque le pega muy largo (…), así que cuando se desvía necesita otro tipo de golpe. Golpes por bajo, por alto (...) encontrar un hueco; golpes en los que se requieren creatividad e imaginación», analiza Rodríguez para LA VERDAD, al hablar de Blanca Fernández García-Poggio. Una madrileña a la que siempre se le dieron bien los deportes; siempre mostró mucha coordinación y habilidad. Y apostó por el golf, la debilidad de su padre, quien la inculcó el amor por los palos. Pero también le encanta el tenis. Y Carlitos Alcaraz le apasiona. Se lo encontró en la cola de la embajada pidiendo el visado para los Estados Unidos, justo después de ganar Roland Garros. Dos jóvenes con ganas de comerse el mundo.
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Esta semana, la del 15 al 21 de septiembre ha podido estar en España. Disfrutando de su familia y sus hermanas. Al menos de Gabi, con la que se lleva dos años, siendo Blanca la mayor. Y es que la mediana de los Fernández García-Poggio le ha llevado la bolsa durante la celebración de La Sella Open. Una oportunidad para Blanca de estar en familia (solo faltó Cayetana, la menor) en un entorno de golf. Un deporte que está muy presente en sus vidas. En casa siempre se está hablando de él, «incluso demasiado», asegura divertida Paz, la madre de estas tres jóvenes educadas al calor de una disciplina deportiva, que las está ayudando a afrontar su propia existencia «porque una ronda de golf te prepara para todo lo que te encuentras en una vida», asegura la progenitora.
Balance de La Sella Open
El balance que hace la madrileña de su paso por la prueba del Ladies European Tour (LET), disputada en el campo alicantino de La Sella Golf es «bueno. Sí. Venía de una semana durilla -nos pone en antecedentes la jugadora- así que conseguir el segundo día (el del corte) el resultado que necesitaba… me sentó bien. Lo saqué adelante». Pero matiza. «No es que esté satisfecha, pero ha sido bueno». Blanca firmó un 75+69+73+71, para un total de 288 golpes, que la posicionaron en el puesto 36 de la clasificación (liderada por la canadiense Anna Huang, con 268 impactos). La quinta mejor posición de una española en la competición. Y terminando la última vuelta de la prueba con un 'birdie' en el 18 que le dejó escapar una de esas preciosas sonrisas que tiene. Otras muchas se las robó a los voluntarios que la acompañaron en sus partidas, como al público que siguió sus pasos. Emocionados de verla recuperar una u otra bola o ver sus electrizantes salidas desde el 'tee'. La mayoría extranjeros. Ingleses, daneses… que aplaudieron su buen juego. Y es que su golf engancha. Blanca es vibrante, rápida y atrevida. Tirazos desde el 'tee' al cielo y en distancia, que en más de una ocasión en La Sella Open terminaron pisando los cañonazos con el 'driver' de la alemana Helen Briem, con la que jugó la última partida. Todo un espectáculo. También el ofrecido en el hoyo 15, que elevó el nivel de las exclamaciones de delite de los espectadores, al resolver el par del hoyo tras meterse en problemas. Lo hizo tras complicarse la salida con uno de los árboles de la izquierda, de camino a este par 4. Casi sin ángulo, el segundo golpe frenó la salida de la bola al topar la varilla con el tronco. Blanca no se desconcentró. La bola reposaba muy cerca de donde había estado minutos antes, aunque con mejor ángulo de tiro. Y Blanca encontró en esos centímetros la ventana necesaria para llevar la bola a 'green' y embocar.
Blanca Fernández García-Poggio tiene un plan. «Mi objetivo, caso de La Sella Open, no era tanto quedar primera como seguir mis planes, dar los golpes que tenía planificados» y asume que al menos en su caso «si las expectativas son demasiado altas, pueden desconcentrarte. Al menos a mí». Generar una presión innecesaria. La afirmación de Rodríguez si que no la genera ninguna presión. Ríe al escucharla. «Me parece divertido. Yo me presiono a mí misma, pero el resto de las personas no me presionan. Me pueden decir lo que piensan sin problema», asegura. Afronta el resto de 2025 «disfrutando de cada vuelta. No desde la ansiedad, sino desde la presión de competir», para hacer de cada día un gran día en la oficina. Y no aburrirse.
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