«Si quieres algo de seguros, llámame»
Tomás Jesús Muñoz cambió la bolsa de palos por el maletín de agente
María Jesús Peñas
Jueves, 28 de noviembre 2024
Malagueño, como muchos profesionales de golf que ha dado la Costa el Sol, Tomás Jesús Muñoz (Málaga, 1971) está durante los días del Andalucía Costa del Sol Open de España presented by Oysho, de apoyo para la organización del evento y el campo de Guadalhorce, escenario del abierto español femenino. Un acercamiento puntual a un mundo que conoce bien y que abandonó en el 2014. Un año después de ser padre. Él ha sido de esos jugadores que no ha querido perderse la crianza de su hijo. «Yo tengo la satisfacción de haber estado en los once primeros años de su vida, en todos sus momentos importantes». Su hijo Gonzalo no se ha decantado por el golf; «lo suyo es de momento el baloncesto». Pero su padre cree que no se le da mal. Que 'swing' tiene. Y sonríe al recordar que juntos, como padre e hijo, han ganado ya un torneo de golf por parejas.
Muñoz comenzó joven a dar bolas en el Parador de Málaga y en Golf Torrequebrada. «Mi padre era 'amateur' y yo iba detrás de él dando golpes con un palito». Pronto despuntó como jugador «y entré en la federación andaluza, luego llegaría la Nacional… Fui quemando etapas«, recuerda para LA VERDAD este hombre de carácter afable mientras se mueve por el tráfico de la ciudad de Málaga con destreza camino del recorrido. A la mente le van viniendo aquellas «cinco ediciones del Campeonato de España por equipos ganados para la andaluza, el trofeo de campeón de España junior, el Internacional también como junior y el de 'amateur'…». Los trofeos comienzan a agolparse en su memoria. Le pregunto por el momento clave. «Me hice profesional en el 1992. Fue a raíz de ganar el Campeonato de España Amateur del 89, en el Club de Golf Escorpión cuando me lo pienso» y da el salto. «Y sí, empecé sin nada. Entonces no había patrocinadores como ahora. Y los que había eran para los que estaban arriba». De aquellos tiempos le vienen a la cabeza los emblemáticos Manolo Piñero y José María Cañizares, y también otros no tan veteranos como Arruti, Roca, Luna. «Si algo hecho de menos del golf, son las cenas con los compañeros. Entonces compartíamos mucho. Uno se encargaba de hacer la reserva en el destino que tocara y aunque viajáramos por separado, nos reuníamos para cenar».
Para él son las horas de viaje, «las horas solo lejos de la familia» uno de los hándicaps de esta profesión tan aparentemente glamurosa a los ojos del jugador 'amateur». Él tuvo suficiente. Estuvo en el Challenge «bastante tiempo» (allí sumó una victoria, en el Challenge en El Prat (2005)) «y tres años en el Tour». De los momentos agridulces en su carrera como jugador «aquel torneo en Pula (Mallorca) donde estaba satisfecho por haber quedado en el top 5 de la prueba, pero donde me comunicaron que mi madre había fallecido…».
2014 se convierte en una fecha clave para él. «Mi hijo había nacido un año antes, apenas había torneos en España y no quería jugar en Europa». Muñoz cambia de sector y se sumerge en el mundo de los seguros, porque «hay que sacar a la familia adelante». Y cambia la bolsa de palos por el maletín de agente de una compañía aseguradora. Es desde entonces agente de Generali Seguros, aunque de una manera u otra no ha dejado de estar vinculado al golf. No como docente «algo que no me llama», pero si se tituló en Dirección y Gestión de Campos de Golf. Llegamos al Real Guadalhorce Club y con la simpatía que caracteriza a los malagueños, acabamos el trayecto en destino con un «si quieres algo de seguros, llámame».