Elena Jiménez: «Mezclar golf y turismo es un pretexto encantador para conocer la isla»
Desde el Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia, la compañía Binter opera desde 2019 para conectar la Comunidad con el archipiélago canario
María Jesús Peñas
Viernes, 31 de mayo 2024, 10:26
Cuaderno de bitácora, con fecha 31 de mayo de 2024. Viaje de familiarización de periodistas de golf a Lanzarote. Alejandro Domínguez es un conejero (término familiar con el que se conoce a los habitantes de esta isla canaria), de 36 años, enamorado de su tierra: «De la isla sólo te puedo hablar con la boca abierta, porque sus parajes son incomparables. Al igual que la obra de César Manrique, que convierte la naturaleza en visitable, respetando el entorno; la playa, el ocio, los pueblecitos pintorescos… y la facilidad en la movilidad, se dan la mano aquí». Y todo ello, asegura este navegante, «con un clima agradable donde uno puede dejarse seducir por cualquier tipo de deporte».
Domínguez es uno de los componentes de la tripulación del catamarán de la empresa Catlanza que partió de Puerto Calero rumbo a las playa de Papagayo -una de las más populares de Lanzarote-, para que la prensa especializada en golf y partícipe del 'fam trip' III Copa de Medios by Grand Teguise Playa (29 al 2 de junio) conociera uno de los lugares de referencia de este enclave. Un espacio de aguas templadas y subtropicales.
En ellas habita 'la vieja', un pescado muy conocido por los locales y que «recibe el nombre de papagayo, debido a la herencia portuguesa de asume la isla», nos recuerda Domínguez. Una referencia que deriva del 'pico de loro' que esta especie de pez muestra. Un lugar perfecto, la playa del Papagayo, para la practicar del snorkel y otras actividades acuáticas. Aunque Alejandro está por la labor de aprender «eso del golf» a la vista del pasaje que lleva y, ante la sugerencia de LA VERDAD por probar un deporte 'de tierra'. Así que dice comprometerse «ha practicarlo».
Una periodista de raza en la expedición
Entre los 22 profesionales de los muy diferentes medios presentes en 'la copa' que participaron en la excursión en catamarán, se encuentra una mujer de altura y de actualidad. Porque esta misma semana era noticia por ser una de las Top 100 Women in Sports 2024, definidas por los premios WSI, en su tercera edición. Una manera de visibilizar un largo trabajo en favor de mostrar el deporte femenino al que Elena Jiménez (Madrid, 1964) siempre ha prestado atención. Jiménez fue la primera universitaria de su familia; la primera de cinco hermanos (cuatro chicas y un chico) que se decantó por el periodismo deportivo porque desde siempre supo que haría algo «vinculado con el deporte».
Acabó la carrera a finales de los 80 enamorada de un disciplina deportiva, como es el baloncesto, en el que tanto jugó de base como escolta. Y además, asumió las funciones de árbitro. Esa segunda faceta le brindó la posibilidad de asistir a partidos disputados en la Ciudad Deportiva del Real Madrid , «gracias al carné de árbitro» -dice-, que la motivó aún más a seguir en esta línea, y a ser más consciente de la importancia de trabajar y enseñar a las categorías inferiores las bases del deporte de la canasta. «Con los arbitrajes federativos, en la liga escolar, la universitaria y la liga del ayuntamiento me pagué mi carrera sin que mis padres tuvieran que preocuparse», recuerda para este medio, orgullosa.
El golf le entra en vena a Elena Jiménez cuando tras la Ryder Cup de 1997, los compañeros de RTVE, Lorenzo Milá, Fernando Navarrete y Matías Prat «vinieron envenenados» de eso llamado golf. «Enseguida plantearon hacer un club de golf en RTVE y jugar…». Y allí participó todo el mundo. Jiménez recuerda aquel talonario del ECI (El Corte Inglés) para tomar 10 clases en campos de Madrid. El suyo fue el Race, allá por el 98, cuando «aún no había muchas mujeres en esto del golf y además competitivas», como ella misma confiesa ser.
Si le preguntas a esta profesional de los medios audiovisuales con más de 34 años de experiencia tanto delante como detrás de las cámaras, sobre qué le aporta el golf, responde rauda: «La energía que necesito para tirar del día a día. Me proporciona felicidad, alegría y buen humor. Si paso 15 días sin practicarlo… me falta algo». En los genes de Jiménez está superarse no sólo profesionalmente sino a nivel personal. Por eso su vinculación con el golf es algo natural. «Jugar a este deporte te hace mejorar día a día, donde competir es un reto», asegura sin reservas.
Casada con un canario entendió hace años la idiosincrasia de este territorio. «Estoy enamorada del Timanfaya». Y en un 'fam trip' como este se demuestra que puedes conocer espacios que de no enseñártelos no los habrías conocido. «Mezclar golf y turismo «, entiende que es un pretexto encantador para conocer esta isla. A Lanzarote viajó con su hija Sara, una baloncestista, que acaba de dar en la isla lanzaroteña sus primeros golpes de golf (serios), de la mano de su madre. Una experiencia que difícilmente olvidará y que la vinculará al archipiélago de por vida. Dos mujeres empoderadas, con mucha complicidad; así que Elena Jiménez tiene muchos motivos por los que brindar.