La Federación ya quitó un partido a Santander por no cumplir con la normativa UEFA
El Ayuntamiento de Murcia se tiene que poner las pilas si quiere que no se le escape el partido entre las selecciones absolutas de España y Dinamarca de la Liga de Naciones fijado para el 12 de octubre en el Enrique Roca. De momento, tras el informe de la Federación Española previo al que emitirá la UEFA, los responsables del Consistorio, propietario del estadio, ya saben las reformas menores que deben acometer para adaptarlo a la normartiva y que son fundamentalmente tres: renovar la instalación eléctrica y la iluminación para adecuarla al fútbol profesional, arreglar o renovar los marcadores del recinto y poner taquillas y mobiliario adecuados en los vestuarios.
Además, los regidores municipales saben, tras no poder armar una candidatura sólida para el Mundial, que la UEFA y la Federación Española no se van a andar con rodeos si Murcia no subsana dichos defectos de un estadio que desde su inauguración en 2007 apenas recibió ninguna inversión más allá de las realizadas por antiguas directivas y, sobre todo, por Felipe Moreno.
Murcia sabe que Santander ya perdió un partido de la selección de Luis de la Fuente previamente asignado para el pasado 12 de septiembre por «no cumplir los requisitos mínimos exigidos» para un partido de estas características, según la propia Federación Cántabra de Fútbol. Entonces, los inspectores de UEFA remitieron un informe negativo a la Federación Española indicando que El Sardinero no cumplía a la hora de acoger un partido oficial valedero para la clasificación de la pasada Eurocopa de Alemania 2024. De hecho, aseguraron que dicho estadio no tenía la «valoración mínima de categoría cuatro en el baremo de evaluación de estadios de esta organización», algo que sí tiene el Enrique Roca, siempre y cuando su propietario aborde las reformas necesarias ya indicadas previamente por la Española.
Al Sardinero no le dio tiempo a acometer las mejoras debido a que «por los plazos de ejecución no existen garantías suficientes» para subsanar las deficiencias a tiempo, algo que sí puede hacer Murcia si los regidores municipales no se quedan de brazos cruzados.