Violeta Quiles, «del barro al sueño»
Tras seis años en el Alhama, la cartagenera brilla con sus 11 goles y 8 asistencias en un equipo que «está preparado» para hacer historia en el fútbol femenino de la Región de Murcia
La explosión de Violeta Quiles (Cartagena, 22 años) ha sido tardía. Con 16 años, cuando el Alhama CF la fichó tras sus destacadas temporadas en Autonómica con el Dolorense-Cartagena, ya se hablaba de ella como una de las promesas más relevantes del fútbol femenino regional. No tenía techo. Pero primero le costó hacerse un hueco en un equipo en el que tuvo que competir por el puesto con futbolistas veteranas y con experiencia en divisiones nacionales. Después, cuando empezaba a despuntar, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla. Quirófano y largo proceso de recuperación. Un año después reaparecía y al tercer partido llegó la pandemia. Todo se paró. A seguir esperando.
Por fin, esta temporada estamos asistiendo a su eclosión como jugadora. Lleva 11 goles y 8 asistencias y se ha convertido en la estrella de un Alhama CF ElPozo que hoy puede dar un paso casi definitivo en su camino hacia la Liga Iberdrola. Si las de Randri García superan al Cacereño (Complejo Guadalentín, 12.00 horas), sacarán seis puntos al segundo clasificado, con 15 por disputarse. El fútbol femenino murciano jamás ha tenido un representante en la máxima categoría.
«Randri [García, técnico del Alhama] siempre dice que venimos del barro y que nunca podemos olvidar todo lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Yo llevo seis años en el club. Y es verdad que salimos del barro y ahora estamos soñando con un ascenso a Liga Iberdrola. Es el premio al trabajo bien hecho y ahora toca rematarlo. Este partido contra el Cacereño es muy importante. Ya ganamos en Cáceres [2-4] y sabemos cómo tenemos que jugar para volver a hacerlo en Alhama», indica la extremo de Los Barreros.
Está «contenta» por cómo le están saliendo las cosas en el plano individual. «Estoy con confianza, marcando goles y dando asistencias. Desde mi posición, en el extremo izquierdo, me veo con capacidad para ser determinante en esos últimos metros. Estoy siendo regular, igual que el resto del equipo. Y ahora no podemos relajarnos. Tenemos gente veterana en el vestuario y ellas son las que siempre están encima de las más jóvenes, para hacernos ver que todavía no hemos conseguido nada», cuenta la atacante cartagenera.
Su futuro
Su contrato con el Alhama termina el 30 de junio y aún no ha hablado con el club para renovarlo. Es una de las mejores jugadoras de la Liga Reto Iberdrola y hay bastantes equipos siguiéndola. Ella no quiere distracciones. «Ojalá podamos culminar el trabajo, ascender con el Alhama y jugar aquí en Primera División. Cuando empecé a jugar al fútbol en la Esperanza, siendo una niña, soñaba con llegar a lo máximo. Y no me creo que lo tenga tan cerca. Lo mejor es esperar a que termine la liga y después hablaremos», dice.
Confiesa que «en pocos sitios» se vive el fútbol femenino como en Alhama, donde el equipo de Randri lleva 891 días sin perder un encuentro de liga. «La gente siempre viene al [Complejo] Guadalentín y nos ayuda, en las buenas y en las malas. Ese factor hay que aprovecharlo contra el Cacereño [hoy] y en el resto de partidos que tenemos en casa. Ahí nos vamos a jugar el ascenso», explica Violeta.
Como la mayoría de sus compañeras, compagina los entrenamientos y partidos con los estudios. Ya ha terminado la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y ahora está cursando un doble máster en Profesorado e Investigación. En su tiempo libre juega al pádel, practica natación y sale al monte a dar «buenas caminatas». Nota que «las cosas están cambiando» en el fútbol femenino. «Empezamos a tener la visibilidad que nunca nos dieron y eso se aprecia en el aumento de niñas que se apuntan a las escuelas», confirma.
Pero «aún falta más apoyo», opina Violeta. «La figura de Alexia Putellas es importante, ya que las niñas tienen un referente femenino. Hay una jugadora muy grande en la que fijarse y eso es bueno, pero todavía hay un trabajo importante por hacer en la mejora de las condiciones de las jugadoras y de los clubes», dice la pichichi del Alhama, un club que este mediodía tiene una nueva cita con la historia. «El equipo está preparado y no noto una excesiva presión ni más nervios de la cuenta», apunta Violeta, cuyo sueño de niña está ahora más cerca que nunca. Ya lo acaricia.