Romero y Vitola, del Valencia, y Alarcón y Nelson, del Jairis, pugnan por el control de un balón sin dueña. Andrés Molina / AGM
Baloncesto femenino

El tiránico Valencia solo concedió veinte minutos de sueño al Hozono Global Jairis

Un parcial de 22-0 en los primeros siete minutos de segunda parte acabó con las esperanzas de las alcantarilleras

Sábado, 28 de septiembre 2024, 23:25

Fue bonito mientras duró. El Fausto Vicent se vistió de gala para acoger el evento deportivo más importante de su historia y su Hozono Jairis, ... a las puertas de su tercera temporada en la élite del baloncesto español y su primera internada en Europa, cumplió con la expectativa pese a quedarse corto como para lograr una sonora campanada.

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Y es que el Valencia puede alcanzar a ser inabordable cuando se lo propone. Todo lo construido en unos primeros veinte minutos de convincente baloncesto de las de Bernat Canut, que se fueron al intermedio mandando en el marcador (32-37) quedaron reducidos a cenizas con la exhibición defensiva de las de Rubén Burgos en la reanudación.

Valencia Basket

Romero (8), Casas (6), Erauncetamurgil (2), Fingall (16) y Vitola (6) -quinteto titular- Mavunga (15), Torrens (8), Broncano (0), Flórez (3), Iagupova (11) y Hatar (0).

75

-

61

Hozono Global Jairis

Ayuso (8), Holesinska (8), Ginzo (12), Bertsch (9) y Massey (6) -quinteto titular- Alarcón (2), Nelson (11), Visscher (5), Molina (0), Rodríguez (0) y Niemojewska (0).

  • Parciales. 9-12, 23-25 (32-37), 24-5 (56-42) y 19-19 (75-61).

  • Árbitros. Jacobo Rial, Rodrigo Palanca y Pablo Rodríguez.

  • Incidencias. Pabellón Fausto Vicent de Alcantarilla, 1.400 espectadores. Segunda semifinal de la Supercopa Femenina Endesa.

La negación del balón interior al Hozono, obligado a jugar horizontal en posesiones de lo más desesperante, y un ataque que, cuando no era a la carrera, siempre hacía ir a las alcantarilleras un segundo tarde en la cultura del pase extra, edificó la bola de demolición que fue ese parcial de 22-0 que tanto marcó la segunda semifinal de esta Supercopa Femenina Endesa.

Pasión y recursos

Hasta entonces, el papel de anfitrionas de las de Canut fue defendido con tanto honor como buen baloncesto, pues fueron primero sus mujeres quienes cerraron a cal y canto el aro propio ante un Valencia de paupérrima anotación en el primer cuarto (9-12), con Aina Ayuso poniéndole más voluntad que cabeza a su intención de jugar rápido, pero haciendo bueno aquello de que quien la sigue la consigue. Y es que, para cuando las grandes favoritas (triplete la pasada temporada) empezaron a ver el aro con más facilidad, espoleadas por unos buenos minutos de Queralt Casas, las del Jairis también supieron adaptarse a este nuevo escenario.

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Una falta recibida por Ayuso en contraataque fue reclamada como antideportiva y, aunque se desestimó esta petición, la acción era una de las que confirmaban el gran momento aurinegro, por sensaciones y por marcador, pues ponía la máxima ventaja (21-31, minuto 17). Esta acabó por reducirse a la mitad, entre otras cosas, gracias al omnipresente trabajo de Nadia Finall, pero nadie daba por malo el resultado al descanso (32-37), pues ver al Hozono por delante no era solo producto del factor emocional, también de su buen baloncesto.

Del sueño a la pesadilla

Como ese despertador que suena cuando uno se encuentra en el momento más interesante de su plácido sueño. Misma ausencia de misericordia fue la que mostró el Valencia a su vuelta de unos vestuarios cuyo paso no pudo sentar mejor a las de Rubén Burgos, que tejieron una telaraña naranja impenetrable para el equipo de Canut.

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La presión sobre Ayuso era más fuerte que nunca. Nelson, importante minutos atrás, no veía balón claro que poder recibir. Jugadoras como Visscher u Holesinska pagaban el alto nivel físico del nuevo partido. Y las caras en Valencia cambiaban por completo, de cuyo estado actual era la viva imagen una Leticia Romero, 'ladrona' de cuatro balones, que hace diez años debutó como internacional absoluta en Murcia y en este tercer cuarto demostró las tablas ganadas en una década de éxitos.

Una de las que más fácil puso su trabajo como directora fue Mavunga, que tuvo un gran estreno como jugadora 'taronja' con 15 puntos en 19 minutos, y que también se benefició de la calma y visión de juego que ofrece en esta etapa de su carrera Iagupova, mujer de hierro y una de las mejores aleros europeas. Para cuando Nelson anotó la primera del Jairis en el tercer cuarto, 6 minutos, 42 segundos y 22 puntos valencianos era lo que había pasado entre tanto.

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Perdida la presión de minutos atrás, el Hozono encontró la claridad para probar nuevas opciones, como la generación de ventajas con una alero fuerte como Ginzo al poste bajo, y terminar con una buena imagen.

  1. Tampoco hubo alegría murciana con la derrota de Laura Gil

Lo bonito de lo organizativo en la primera Supercopa Femenina Endesa de la historia que se celebra en la Región de Murcia quedó en aciago en el terreno deportivo, pues no solo el Hozono Jairis no pudo romper el favoritismo del Valencia, que este domingo se jugará revalidar su Supercopa de 2023, sino que la representación murciana en la final tampoco existirá en la figura de Laura Gil.

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La pívot murciana, en su primer partido oficial después de anunciar su retirada de la selección española y bajo el calor de los suyos, que le brindaron una ovación tanto en la presentación como en su despedida, fue la mejor del Perfumerías Avenida salmantino con 14 créditos de valoración apoyados en 8 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias, pero no pudo evitar la caída de su equipo ante el Casademont Zaragoza, que se batirá por el título ante el Valencia a las 17.00 en la que será la reedición de la última Copa de la Reina.

El Perfumerías, club más laureado de España, se ha visto apeado del primer cajón por el Valencia estos últimos años. Ganarles el pulso tendrá que esperar.

Esa oportunidad será hoy la del Casademont, la gran alternativa a romper este binomio entre salmantinas y valencianas, privilegio que se dio el gusto de conseguir en la Copa de la Reina de 2023, hasta ahora único título en las vitrinas del club aragonés.

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Las de Cantero fueron mejores que las de Montañana, de vuelta en el Fausto, en los momentos más cruciales de un igualado primer partido de semifinales.

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