Puerta grande para Jorge Martínez y Fernando Adrián

Después de una triunfal apertura de feria el miércoles con salida a hombros de Ponce, que se despedía de Almería, Roca Rey y Juan Ortega, que firmó una de las faenas más bonitas de lo que va de temporada, desapareció el público y en los tendidos y gradas quedaron los cabales. Aficionados que disfrutaron de una tarde de toros que tuvo más contenido que orejas, y eso que se cortaron cuatro, pero que pudieron ser cuatro o cinco más de funcionar las espadas en la primera fase del festejo.

Sorteó el peor lote Paco Ureña, que saludó al primero de Castillejo de Huebra con suaves lances de capa. Le recetó un gran puyazo el joven piquero Cristián Romero y se hizo presente Ureña en un quite por gaoneras con el capote a la espalda.

Le faltó gasolina y buscó las querencias el astado en una faena de muleta que Ureña comenzó bien por abajo para continuar con series que tuvieron buen son y temple. El final a pies juntos, bien rematado con el forzado de pecho, precedió una media estocada de la que dobló el animal, pero el puntillero lo levantó y se esfumó el trofeo.

Al cuarto lo toreó Ureña muy bien de capa, primero a pies juntos y luego por verónicas rematadas con una gran media en el centro del anillo. Condujo al toro al caballo con un bonito galleo por chicuelinas y echó la pata 'palante' en el quite a la verónica. No brindó una faena que inició por estatuarios y en la que buscó, con buena técnica, la ligazón hasta que el toro cantó la gallina, rehuyó de la pelea y se refugió en las tablas mostrando su condición de manso.

Demostró su gran momento Fernando Adrián, que saludó al segundo por delantales a pies juntos, con gracia. Fue toro pronto, y el inicio de faena resultó espectacular, con dos pases cambiados. Tuvo empaque la faena del madrileño, que acabó metido entre los cuernos. Gustó por formas y actitud al público de Almería. Pinchó y perdió los trofeos que sí consiguió del quinto, al que recibió con un farol de rodillas y verónicas. Galleó por chicuelinas y revolera para llevar al toro al caballo y dejó crudo al de José Manuel Sánchez, al que citó de rodillas desde los medios para encadenar dos pases cambiados por la espalda y un cambio de mano fantástico en el eléctrico comienzo de faena.

Ya de pie fue desgranando series con la derecha buscando la ligazón. Las bernadinas finales, por su ajuste, y el estoconazo final hicieron el resto para que se le pidieran los trofeos que le abrían la puerta grande.

Por ella le acompañó Jorge Martínez, torero de mucha clase. Se estiró con su primero a en tres verónicas muy buenas. Su faena, que brindó al público tuvo argumento, ligazón y calidad al natural. Redujo la velocidad del toro y le limó sus defectos para rebozarse en una última tanda de torero bueno. El descabello le dejó sin premio. El de Totana, criado taurinamente en Almería, volvió a mostrar su excelente concepto ante el sexto, que brindó a Paco Ureña. Fue componiendo una faena compacta en la que ayudó al toro a embestir con temple y a repetir dejando la muleta en la cara para ligar. Esta vez la espada viajó certera y las dos orejas fueron a las manos del joven torero de Totana.

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