Manuel de Juan Ayala, el tutor de los afectos

Hoy jueves, la música de cámara se inclina ante uno de sus principales valedores. La categoría profesional y la dedicación docente de Manuel de Juan Ayala (Murcia, 1969-2021) rebasaron las dimensiones de los escenarios y aulas donde compartió su pasión por la música, precisamente la misión para la que él consideraba que había nacido.

El tímido, frágil y entrañable adolescente de pantalones de pana que en el aula del instituto depositaba con especial mimo su violín antes de las clases, desde muy pronto certificó sus cualidades de estudiante educado, comprometido, trabajador y buen compañero con su cautivadora y eterna sonrisa. La ilusión por aprender a tocar el violín y su musicalidad innata le permitieron compaginar los estudios de bachillerato en el Instituto Alfonso X El Sabio con los del Conservatorio Profesional de Música.

Uno de los momentos más determinantes en la trayectoria formativa de Manuel fue cuando, con tan solo doce años, asistió a los ensayos de la Orquesta de Jóvenes dirigidos por el maestro Benito Lauret. La experiencia fue tan favorable e impactante que en tan solo un año preparó y superó la prueba para ser admitido en dicha institución.

Esta nueva etapa musical armonizó y potenció su formación académica e individual ya que el hecho de convivir y compartir con otros jóvenes músicos momentos de ocio, deporte y otras disciplinas culturales, complementó notablemente la personalidad de este joven. Fue en el seno de la Orquesta de Jóvenes donde descubrió la magia de interpretar música de cámara con sus compañeros de atril. Al terminar la carrera de Violín, Manuel marchó a Montpellier (Francia) a complementar sus estudios musicales.

En 1989 fundó el Cuarteto Almus, primera agrupación de música de cámara de nuestra región junto a Vicente Antón, Francisco Pastor y su hermano Octavio, lo que le llevó a preparar y tocar programas por las principales salas de España, República Checa, Bélgica, Francia e Italia. A lo largo de los treinta años de vida del Cuarteto Almus, Manuel vivió experiencias únicas como fueron la interpretación de la Integral de los diecisiete cuartetos de Beethoven, la actuación en el Palacio Real de Madrid tocando la colección de famosos instrumentos de cuerda fabricados por Antonio Stradivarius y la conmemoración del año Haydn con la presentación de 'Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz' en la Santa Cueva de Cádiz.

A los 23 años ya fue profesor de Violín en el Conservatorio Profesional de Murcia donde impartió clases durante una década y en 2002 se incorporó al Conservatorio Superior de Música Manuel Massotti Littel de Murcia como profesor de Violín y de Música de Cámara, siendo un docente adelantado a su tiempo por la dedicación con los alumnos, a los que les trasladó su vasta experiencia como músico en esta disciplina.

Doctorado en Música por la Universidad Autónoma de Madrid, asumió la dirección artística del Ciclo de Jóvenes Solistas que, cada año, facilita que los alumnos de los conservatorios participen en conciertos en los principales auditorios municipales.

Desde 2018 ganó por oposición la plaza de catedrático de Música de Cámara en en Conservatorio Superior Manuel Massotti Littel, otro colofón a su brillante carrera profesional.

El acontecimiento más importante en la vida de Manuel de Juan fue el nacimiento de su hija Inés, que recibió todos sus cuidados y una esmerada tutela a lo largo de su formación musical como violonchelista.

Es encomiable cómo Manuel renovaba diariamente la ilusión de transmitir sus conocimientos a los jóvenes alumnos. Por su experiencia como profesor de Violín y Música de Cámara, su generosidad en el aula y su empatía con los estudiantes, vivió la docencia en toda su dimensión, forjando una relación de amistad con ellos. En las actividades que organizaba para sus pupilos, no tenía ningún inconveniente en sustituir a alguno de ellos ante una baja de última hora, de forma que el concierto se celebrase con la mayor normalidad. No dejaba de proponer actuaciones a sus estudiantes, muchas veces regalándoles entradas a conciertos a los que los llevaba él mismo. Ante cualquier incidencia o problema en la formación musical de sus pupilos, siempre ofrecía la solución al tiempo que tomaba parte activa en la misma.

Una de sus iniciativas más pioneras fue la implantación de la asignatura 'Didáctica de la Música de Cámara' en el bloque curricular del sistema educativo nacional. Él tenia la idea de que los estudiantes de música, al finalizar el Conservatorio Superior, debían atesorar una preparación específica en música de cámara para cuando fuesen profesores, una genial propuesta que sin duda cambió la manera de formar a las siguientes generaciones en todo el país.

Manuel de Juan desarrolló su carrera como solista actuando con la Orquesta de Cámara Región de Murcia, la Orquesta Sinfónica de Murcia, la Orquesta de Cámara Virtuosos de Moscú y la Orquesta Estatal de la RTV de Bielorrusia. Su nobleza y generosidad como persona irradiaban en muchas direcciones. De manera regular, donaba plaquetas para ayudar a quienes no conocía y ofreció su médula ósea cuando una amiga lo necesitó para superar una enfermedad. Siempre tenía tiempo para sus amigos, ya fuese para darles ánimos en los momentos complicados o para celebrar con ellos un acontecimiento exitoso.

Una vez afirmó que se sentía pequeño al lado de Beethoven, pero su trayectoria artística, humanidad y eterna sonrisa lo avalan como uno de los mejores hombres que ha dado la Región de Murcia.

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