El tenor mexicano Javier Camarena. MARIO GUZMÁN / EFE

Javier Camarena: «Ya está pasando la época en la que el cantante de ópera era la superestrella»

«La ópera necesita de nuevos públicos para que existan nuevas leyendas», afirma el tenor mexicano, que actúa mañana en el Auditorio con la OSRM

ALBERTO FRUTOS

MURCIA.

Lunes, 7 de junio 2021, 01:51

El tenor Javier Camarena (México, 1976), una de las grandes figuras actuales del mundo de la ópera, visita Murcia mañana por primera vez en ... un concierto donde le acompañará la Orquesta Sinfónica de la Región (OSRM). Premiado recientemente como mejor cantante masculino en los International Opera Awards, no hay respuesta que no nazca de la pausa y la cercanía. Alejado voluntaria y admirablemente de los divismos en los que sus numerosos triunfos le podrían hacer caer, el artista mexicano continúa desarrollando una brillante trayectoria marcada por la pasión hacia la ópera y la inquietud por transitar otros géneros. Este martes se estrena en Murcia con un concierto en el Auditorio Víctor Villegas (20 horas) donde estará acompañado por la OSRM, bajo la dirección de Virginia Martínez. Oportunidad perfecta para conversar con él.

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–Tras casi dos décadas de trayectoria a sus espaldas, ¿la gestión de los nervios los días previos a un concierto es un poco más sencilla?

–Sería una forma muy optimista de pensarlo (risas). Es cierto que uno gana experiencia con los años, pero esta emoción previa sigue intacta y está bien que así sea.

«Soy un amante del bolero, me encanta la música de los años veinte del siglo pasado. Es parte de mi alma romántica»

–En estos momentos en los que cada concierto se vive como un reencuentro lleno de sensaciones muy potentes, ¿cuesta un poco más controlar la emoción sobre las tablas?

–Toda esta prohibición necesaria para salvaguardar nuestra salud nos ha ayudado a valorar mucho más todo aquello que dábamos por sentado. Y estar nuevamente en esta experiencia tan mágica que te ofrece un concierto se vive con una mayor intensidad tanto por parte del público como de los artistas.

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–Siendo conscientes de que se ha sumergido en muchos más géneros musicales que la ópera, como el bolero o la zarzuela, ¿hay algún estilo musical al que todavía no se haya enfrentado y le apetezca especialmente probar?

–Creo que no. Lo dijiste muy bien, soy un amante del bolero, me encanta la música de los años veinte del siglo pasado. Me encanta la obra de Agustín Lara, Álvaro Carillo o de artistas más recientes como el maestro Armando Manzanero. Es parte de mi alma romántica. Recientemente hice una colaboración con Lore Watty y grabamos una canción de Francisco Céspedes. Fue bonito volver a usar un recurso técnico vocal más apegado al pop. Fuera de eso, no ambiciono entrar en otros estilos, al menos en la parte folclórica. Si hablamos del ámbito clásico, me interesaría mucho explorar el mundo del lied y la obra de Schubert, Schumann y Wolf.

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«Me encanta mi oficio»

–Siempre ha apostado por acercar la ópera al público joven. ¿Dónde cree que reside la clave para lograr que ese sector de la sociedad se enamore de este género?

–Hoy en día las redes sociales te ofrecen la oportunidad de mostrar tu parte más humana. Por ejemplo, la gente que se acerca a mi Instagram me puede encontrar tocando el piano, la guitarra o hablando de distintas cosas de una forma especialmente cercana. No llego al punto de estar en pijama (risas), aunque evito toda parafernalia. Por otro lado, a mí me encanta mi oficio, pero debo decir que creo que ya está pasando la época en la que el cantante de ópera era la superestrella admirada por todo el mundo. Por ejemplo, ahora mismo el International Opera Awards no tiene el mismo impacto que puede tener que Justin Bieber se cambie de camisa. Esa es la realidad. La clave es ser honestos y reales para acercarnos a nuevos públicos. Porque la ópera los necesita.

Emoción

–En ese sentido, han surgido algunas voces críticas acerca de ese objetivo de, en cierto modo, rejuvenecer la ópera. ¿Qué opina del purismo que existe dentro de su ámbito profesional?

–Todo absolutismo es malo. Hay que aceptar que aquellas personas que hoy en día sienten la necesidad de ver la ópera como algo sacrosanto, con altares y velas para Kraus, Calas o la Caballé, entre otros grandísimos artistas, están tratando de conservar una época que no es la que estamos viviendo. Es muy emocionante observar cómo personas que descubren un espectáculo de estas características se contagian de su emoción. Además, no podemos olvidar que todas esos puristas empezaron de la misma forma, yendo a un teatro e impactándose por primera vez con quienes son ahora sus ídolos. Insisto, la ópera necesita de nuevos públicos para que existan nuevas leyendas.

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«Será muy bello ser parte de este proceso de sanación interna a través de la música»

–Tras unos meses tan complicados y dolorosos como los que hemos vivido, ¿cree que la belleza que reside en la cultura se ha hecho todavía más esencial para la sociedad?

–El confinamiento ha venido a demostrar el gran beneficio que representa la cultura en la psique y el alma de las personas. De no existir las artes, ¿qué habría sido de nosotros en esta pandemia? Es esencial que entendamos esto como sociedad y revaloremos el trabajo de todos los artistas en las diferentes disciplinas existentes. El retomar actividades y la posibilidad de reencontrarnos como sociedad con una sensación mucho más aliviada por la seguridad que ofrecen las vacunas, nos permitirá una vez más disfrutar de conciertos, visitas a museos o poder ir al cine y al teatro. Y es precisamente esa parte que apuntas de la belleza que encontramos en la cultura la que nos brinda formas de apaciguar y dar confort a nuestro espíritu. Por mi parte, será muy bello ser parte de este proceso de sanación interna a través de la música.

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