Componentes de Angelus Apatrida. Promo

Angelus Apatrida: «Lo que te llega del 'streaming', por muchas reproducciones que tengas, es una vergüenza»

La banda albaceteña, una de las referencias del thrash metal a nivel mundial, presentará su último disco, 'Aftermath', el próximo domingo en Murcia

Lunes, 5 de febrero 2024, 00:30

Angelus Apatrida es, con toda probabilidad, la banda española en activo más internacional, no solo del rock sino de cualquier género. En la última década ... ha pasado de compartir escenario con titanes como Megadeth o Slayer a convertirse en uno de los nombres clave del thrash metal a nivel mundial, un género que estos albaceteños han contribuido a revitalizar gracias a su amplitud de miras y su rechazo al estancamiento.

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Si ya es complicado lograr tal reconocimiento, más difícil resulta seguir creciendo y sorprendiendo después de más de veinte años de carrera. Ese es quizá el mayor mérito de su último trabajo, 'Aftermath', que combina la madurez con una frescura impropia de la octava entrega de una discografía. Es también el que mejor ha sabido conjugar la calidez melódica con unas guitarras afiladas como navajas albaceteñas.

La correspondiente gira de presentación del álbum brindará el esperado reencuentro de Angelus Apatrida con el público murciano. Será este domingo 11 de febrero en la sala Garaje Beat Club, su última actuación en España antes de un tramo internacional que llevará al cuarteto hasta Australia, Nueva Zelanda y Japón. Con motivo de la cita, LA VERDAD pudo charlar con Guillermo Izquierdo, cantante y guitarrista del grupo.

Concierto de Angelus Apatrida

  • Cuándo Domingo 11 de febrero, a las 18 horas.

  • Dónde Sala Garaje Beat Club de Murcia.

  • Cuánto 20/25 euros.

  • Artistas invitados Iron Curtain y Public Intoxication.

-Vuestro concierto en Murcia, inicialmente previsto para este viernes, finalmente se celebrará el domingo.

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-En otros países los conciertos suelen abrir a las tres de la tarde y se petan. ¿Qué tienes que hacer un domingo que sea mejor que irte a un puto concierto? ¿Quedarte en tu casa lamentándote porque el lunes tienes que ir a currar, a estudiar o lo que sea? Vete y pásatelo bien. En nuestra cultura está establecido que solo puedes salir viernes o sábado. Igual que vas al fútbol un domingo también puedes ir a un concierto. No hace falta que vayas a ponerte del revés, a beberte medio bar, puedes ir, volver a casa a una hora prudente para cenar y despertarte pronto al día siguiente. Yo creo que va a funcionar muy bien. Hace mucho que no tocamos en Murcia y estamos deseando volver. Siendo 'hermanicos' de Albacete, tenemos muchísimas ganas de ir para allá.

-Resulta muy llamativo que una banda española esté consiguiendo un éxito internacional tan importante en un género con tanta tradición anglosajona y germánica como es el thrash metal, ¿lo tenéis ya interiorizado o todavía os cuesta creéroslo?

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-Bueno, depende de lo que queramos llamar éxito. Si te refieres más bien al reconocimiento, a la exposición del nombre, es algo que lleva ocurriendo realmente desde hace muchos años. Poco a poco, yo creo que desde 2009 y 2010, la banda dio un cambio drástico a nivel internacional y desde entonces puede ser que Angelus Apatrida lidere esa punta de lanza, dentro del heavy metal, de bandas nacionales que están activas en todo el mundo. Está interiorizado de alguna manera, pero nunca deja de sorprenderte y nunca deja de emocionarte. Eso nos hace vivir el momento, estar con los pies en la tierra siempre, intentando mejorar. Es una especie de responsabilidad.

-¿Os sentís, en cierto modo, embajadores de España en otros países?

-No, para nada. Angelus Apatrida pertenece al círculo internacional del rock y el metal. Puede que seamos los españoles más conocidos, pero sin más. No es como si fuéramos la selección de fútbol ni nada de eso. Nosotros vamos a tocar a Australia, a Japón o a Estados Unidos y nadie dice «oh, la banda de España». No creo que haya ese tipo de representación, por así decirlo, ni creo que sea algo que vaya con este estilo de música.

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-Vuestra última gira norteamericana fue bastante extensa, con unas 30 fechas repartidas en casi dos meses, ¿se hace duro un país donde las distancias son tan grandes?

-Nosotros estamos acostumbrados. Nuestras giras no se limitan a tocar los fines de semana en España y cuando nos viene bien, es nuestro trabajo y estamos casi siempre tocando, así que esas distancias también las hacemos en Europa. Hay días en que, por ejemplo, estás en Marsella y al día siguiente tienes que tocar en Liubliana, a 13 horas en furgoneta. Y al día siguiente en Munich, a otras 8 horas. En Estados Unidos es también así, dependiendo de la zona. En la costa oeste las distancias son muchísimo mayores, a veces incluso tienes que cruzar dos o tres estados en 15 horas. Pero eso también nos pasa en Europa, donde ocho o diez horas te las pegas igual.

La música en un mundo postpandemia

-El verano pasado se estrenó el documental '28 Months Later', donde mostráis en primera persona las dificultades de los músicos para mantenerse a flote durante la pandemia. Ahora que estáis en plena gira, ¿notáis que la crisis sanitaria ha cambiado el negocio de la música en directo?

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-Sí, desde luego. Yo creo que han cambiado todos los negocios, pero sobre todo el de la música. Fuimos los primeros a los que se nos prohibió hacer absolutamente todo y también los últimos a los que nos dejaron volver a trabajar. Fuimos también un sector que no recibió ayudas oficiales para su reactivación, a pesar de ser una parte súper importante del PIB, más allá de las que nos correspondían por trabajadores. Ni subvenciones ni hostias. Fue un durísimo golpe, consecuencia de lo que arrastra este país en cuanto a cultura se refiere, y lo ninguneada que ha estado y va a estar la música en directo. Hay muchísima gente que se ha tenido que buscar la vida. Hemos notado que faltan muchas de estas personas que no podían seguir, que no podían aguantar más y tuvieron que buscar otros trabajos. Faltan salas, promotores, técnicos de sonido, técnicos de luces, montadores... Obviamente, los costes han subido también, tanto por la pandemia como por las malditas guerras. La gasolina en todo el mundo está a unos niveles disparatados, lo que encarece muchísimo los viajes. También los hoteles. Está subiendo absolutamente todo y para las bandas está siendo un gravísimo problema porque nosotros no podemos repercutir esas subidas en el precio de las entradas. Nos han subido también los costes del 'merchandising' y tenemos que venderlo un poco más caro, mientras que la gente tiene prácticamente el mismo poder adquisitivo. Como explicamos en el documental, nosotros salimos muy reforzados de aquello, sobre todo gracias a nuestra gente. Nuestros seguidores fueron los que nos salvaron de ese pozo y gracias a ellos estamos donde estamos.

Documental '28 Months Later'. Century Media

-Si a nivel temático 'Angelus Apatrida' fue un disco de pandemia, 'Aftermath' da la sensación de ser un disco postpandemia.

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-'Angelus Apatrida' fue un disco que se compuso encerrados en casa, con toda la incertidumbre, con toda la rabia por todo lo que estaba pasando. No solo por la pandemia en sí, sino porque estabas viendo cómo la sociedad se iba radicalizando, se iba polarizando… Todo el mundo se estaba volviendo súper loco. Y tú estabas ahí diciendo «joder, tío, eso de que saldremos mejores, ni de coña». Al final todo eso ha tenido unas consecuencias que sigues viendo estos días. Y de ahí viene 'Aftermath'. Va sobre las secuelas que deja algo así.

-A pesar del reconocimiento en el extranjero, seguís muy vinculados a Albacete. De hecho, 'Aftermath' lo habéis grabado ahí, ¿qué os aporta vuestra tierra?

-No vivimos todos aquí, solo Víctor y yo. David y José viven en otras ciudades, aunque están cerquita. Aparte de tener aquí la familia, Albacete es un sitio barato para vivir. El músico español vive de una manera precaria. Tienes tu sueldo decente y ya está. Es un buen sitio para vivir con un pequeño sueldo y además es una ciudad pequeña, tranquila, en la que se está bien. De aquí es también nuestro técnico de sonido, que tiene un estudio increíble en las afueras de Albacete. ¿Qué mejor que estar en casa y poder ir, entre comillas, cuando te apetezca? Si te sientes inspirado vas y después te vuelves. Todo eso no lo puedes hacer si te vas fuera, porque tienes contratado un tiempo limitado y cada día cuesta. Poder hacerlo aquí es un lujo.

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-Aunque contáis con el respaldo de Century Media, una discográfica muy potente, seguís optando por la autoproducción. ¿Para vosotros es necesario mantener el control de todo el proceso?

-Desde 2018, con 'Cabaret de la Guillotine', la producción musical es algo exclusivamente nuestro. Las directrices las tomamos nosotros. Nuestros técnicos confían en nosotros, el sello confía en nosotros y nosotros mismos también confiamos en nuestro criterio y en nuestra manera de producir los discos. No sabemos si eso cambiará en el futuro, pero ahora mismo estamos muy contentos con esta manera de trabajar.

-Una peculiaridad del disco son las colaboraciones, algunas de ellas bastante sorprendentes, como Todd La Torre -cantante de Queensrÿche- y, sobre todo, Sho-Hai, que cierran el disco aportando heavy metal melódico el primero y hip hop en castellano el segundo.

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-Con Sho-Hai fue fácil porque somos amigos desde hace mucho tiempo. Para el que no lo conozca, es integrante de Violadores del Verso y uno de los mejores raperos de España. Siempre se le ha conocido como el 'heavy' del rap. Ya había hecho algunas colaboraciones, pero queríamos llevarlo al terreno más metalero y emular cosas como las que se hacían en los 80 y en los 90, con 'crossovers' entre el metal más duro y el hip hop de grandes bandas como Anthrax y Public Enemy. Otras colaboraciones surgieron un poco por casualidad. Tuvimos la oportunidad de tener una conversación con el cantante de Hatebreed, Jamey Jasta, que es toda una eminencia dentro de la escena hardcore y metal mundial. Resultó que le gustaba Angelus Apatrida y surgió la oportunidad de colaborar. Con Todd La Torre fue parecido, resulta que es muy amigo de Zeuss, productor de Rob Zombie, que es el que nos mezcla y nos masteriza los discos, y cuando estábamos trabajando en 'Angelus Apatrida', en 2020, le flipó. Estuvimos en contacto durante un tiempo hasta que, cuando estábamos grabando 'Vultures and Butterflies', se me ocurrió que ahí la voz de Todd podría quedar de la hostia. Se lo propusimos y el resultado salta a la vista. Con Pablo García, de WarCry, también fue fácil. Es un grandísimo amigo nuestro y uno de los mejores guitarristas de España. Se lo comentamos y nos dijo que sí. Surgió todo de forma muy espontánea, excepto con Sho-Hai, que estaba un poco más preparado.

Videoclip de 'To Whom It May Concern'. Century Media

-'To Whom It May Concern' es una canción de más de 8 minutos con una estructura bastante compleja y unos cambios de registro que repasan todas las facetas de Angelus Apatrida. ¿Fue intencional o la composición se os fue de las manos?

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-Cuando nos ponemos a escribir música no nos ponemos ningún límite, ni creativamente ni compositivamente. Esto surgió a partir de una melodía que tenía pensada para que fuera un interludio entre canciones. Le comenté a David -guitarra solista- «oye, tengo esto, pero no sé cómo hacerlo, no sé cómo meterlo». Empezamos a darle vueltas, a meter muchas ideas, y cuando nos quisimos dar cuenta teníamos ya 9 minutos. Ahora mismo es uno de los temas que mejor están funcionando en directo. La gente se queda embobada porque tiene partes de todo, es muy emotiva pero también es muy cañera. Tiene un sonido espectacular y cuando estamos en una sala que tiene un buen equipo de luces se crean unos ambientes épicos.

Vender vinilos en la era digital

-Desde el 'boom' de Spotify existe la creencia pesimista de que ya nadie compra discos, pero 'Aftermath' ha sido el más vendido de toda vuestra carrera.

-Nosotros cada vez vendemos más discos, pero es cierto que la tendencia es vender menos. En el rock y en el metal todavía se compra mucho disco físico y ojalá siga siendo así porque creo que es parte del estilo y de esta propia música. También hemos crecido mucho desde el 'streaming', en Spotify, en Tidal, en Apple Music… Da un poco de miedo porque los costes de producción se han incrementado una barbaridad, sobre el 30%, y eso está repercutiendo en los precios de los discos. Si hace unos cinco años vendías un vinilo por 20 pavos o una edición especial por 25, ahora tienes que estar vendiéndolo por 30 o 35 porque la propia fabricación ya te cuesta más de la mitad. Y lo mismo está ocurriendo con todo lo demás.

-Pero el discurso está ahí.

-Ya no sabes si es que hay alguien en la industria que se quiere cargar el formato físico porque los grandes nombres del 'mainstream' no funcionan en físico. Rosalía y demás funcionan al 95% en 'streaming' y esto para compañías discográficas y mánagers es un alivio porque no tienen que estar desembolsando cientos de miles de euros para fabricar CDs y vinilos. Es por eso que las bandas cobramos unos míseros porcentajes. Lo que te llega del 'streaming', por muchos cientos de miles de reproducciones que tengas, es una auténtica vergüenza. Eso es rentable para Lola Índigo, Rosalía, Taylor Swift o Rauw Alejandro, que tienen millones de reproducciones al día. Pero ni siquiera Metallica obtiene tantas reproducciones, siendo quizá la banda más grande de rock de la historia, o los Rollings Stones. Para nosotros, un grueso bastante importante de las ventas viene de los discos. Por ejemplo, los Rolling Stones sacaron el último disco el mismo día que nosotros y ellos quedaron, si no recuerdo mal, en el número 2 de las listas españolas y nosotros fuimos el 4, con una diferencia de unos cientos de copias vendidas. Para nosotros es muy guay, pero abruma un poco no saber hasta cuándo va a durar porque tener tu música en estas redes de las que te llegan unos porcentajes ridículos no es rentable en absoluto. Spotify es lo más escuchado y lo más utilizado, pero esperamos que siga habiendo alternativa, por lo menos dentro de la música metal.

-Sorprende que, en un mundillo donde los músicos entran y salen de las formaciones, en Angelus Apatrida seáis los mismos desde hace más de veinte años, ¿ha sido clave en vuestra evolución?

-Para nosotros sí. Imagino que habrá grupos a los que les habrá funcionado que entre gente nueva, pero nosotros nos retroalimentamos. Aprendemos unos de los otros y también de otras bandas, estamos en constante aprendizaje, y por eso seguimos teniendo una evolución lógica y más homogénea que otros que van cambiando de músicos. Sobre todo los compositores, porque si siempre es el mismo compositor los demás músicos dan igual, mientras toquen igual o mejor. A los hechos me remito, con bandas como Megadeth, que es una de las que más cambios ha tenido, y aunque su época dorada quizá no la ha vuelto a tener, en directo sigue siendo una banda genial que suena perfecta. Imagino que cada banda será un mundo, pero para nosotros es parte esencial ser los mismos de siempre. Desde que empezamos a tocar, cuando teníamos 15 años, hemos crecido juntos y ahora que tenemos 40 es genial poder seguir como estamos. Nos entendemos perfectamente y eso hace el trabajo más fácil.

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-¿Habéis tenido la sensación de que ser españoles os ha penalizado de algún modo, por ese recelo que parte del público tiene ante propuestas nacionales?

-Creo que eso no pasa solo en España sino que es generalizado. Prácticamente en ningún país se apoya a las bandas emergentes, todo el mundo va al que se ha hecho grande. Hay muchísima gente que, por lo que sea, no nos ha escuchado o pasa de nosotros, pero no por ser españoles. Hemos notado, y es algo que nos han dicho también desde Century Media, que tenemos que demostrar siempre el triple que una banda de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Suecia, porque son los cuatro principales exponentes del género y les toman más en serio. Cuando salen de Grecia, Italia o Francia la gente es mucho más reticente. Por ejemplo, ahora mismo Gojira es una de las bandas de metal más importantes y es francesa, pero antes podías contar con los dedos de una mano las que venían de ahí. Muy pocas veces sucede el 'efecto boom' y nosotros estamos muy orgullosos de estar donde estamos.

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