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El pintor Alfonso del Moral, en la galería Chys de Murcia. Alfonso Durán / AGM
«El mundo oriental me fascina»

«El mundo oriental me fascina»

Alfonso del Moral presenta en la galería Chys su exposición 'Andalus', que recoge sus viajes a Granada, Córdoba y Marrakech

PEDRO SOLER

MURCIA

Jueves, 14 de septiembre 2017, 10:24

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Confiesa que no le hubiera gustado hacer la exposición «a base de una recopilación de obras sin sentido alguno. Por esto, he esperado a convertir en cuadros los cuadernos que fui llenando en los viajes que realicé, hace algunos años, a Granada, Córdoba y Marrakech. Pude comprobar que estos tres cuadernos tenían ese sentido conjunto que yo buscaba, y de ellos he podido extraer lo que ha sido el germen de la exposición».

Lleva por nombre 'Andalus' y la presenta en Chys Alfonso del Moral (Murcia, 1992), un pintor que ha dado un vuelco, que parece rotundo y definitivo, a su trayectoria profesional. «He terminado Derecho, y empecé la tesis doctoral, por lo que tenía intención de dedicarme a la abogacía; pero vi que no era lo mío. Y pensé que, a mis veinticinco años, todavía llego a tiempo de subirme al tren de las Bellas Artes». Esto le ha impulsado a matricularse en Valencia, «porque creo que es necesario obtener el título oficial», aunque ya aprendió las técnicas de la pintura con Pablo Hernando y Ana Vázquez, en la academia Artés; después, conoció al maestro Pedro Cano, de quien se convirtió «en un fiel aprendiz» y al que ha seguido por diversas zonas de España e incluso de Italia. Y, ¿a qué se debe este cambio? «El detonante fue que pedí una beca y me la denegaron; pero desde mucho tiempo antes yo pensaba, muy íntimamente, que este no era mi camino; incluso me notaba descontento. Y como notaba que ya el Derecho no me gustaba tanto como la pintura, y que esta me iba bien, adquirí cierta seguridad de que podría dedicarme a las Bellas Artes».

  • Qué 'Andalus', acuarelas de Alfonso del Moral.

  • Dónde Galería Chys (Trapería 11. Murcia).

  • Cuándo Hasta el 30 de septiembre.

No le faltará razón cuando Alfonso del Moral ya ha conseguido el premio Díaz Bautista, el tercer premio en el Festival de la Alegría de Chefchaouen, en Marruecos; ha realizado el retrato oficial del exrector de la Universidad de Murcia José Antonio Cobacho y el cartel de la Feria Taurina de Murcia de 2016, junto a su presencia en diversas exposiciones colectivas en España e Italia. Afirma, además, que «lo que más me ayuda son los retratos, que gustan mucho a sus protagonistas».

Reconoce que en la exposición quizá puede captarse que «el mundo oriental siempre me ha fascinado, y creo que, en general, ha sido como algo muy exótico para los ojos de Occidente y más para los pintores, por la luz y el colorido y por unos usos, que transportan a otras épocas. He visto los grandes monumentos árabes de las tres ciudades que visité, y las costumbres en el mundo marroquí, y he reflexionado sobre la influencia oriental en nuestra cultura o la importancia del agua en nuestra sociedad, especialmente, en una zona como la nuestra, con el sistema de acequias que riega la huerta de Murcia».

¿Esta presencia del agua, también le ha impulsado a que todas las obras presentes sean acuarelas? «Pues sí, porque la base de las acuarelas es el agua. Pensé que era un modo de hacer más unitario el conjunto de la exposición, aunque la verdad es que lo que más me ha interesado siempre ha sido captar la luz, y, en este sentido, también estoy contento con los resultados, porque creo que he recogido la luminosidad tan especial que encierran esas ciudades. También he intentado, a través de la composición, reflejar la monumentalidad que conservan, y que a mí me parece bastante austera. Por esto, he prescindido de los detalles y de los adornos, para insistir en una composición impactante, pero sencilla, y en unos colores fuertes».

Música y campanas

Afirma el pintor que ha querido reflejar algo más de cuanto sus ojos contemplaban. «No he querido limitarme a captar lo que veía, porque me sentía embebido por el ambiente. En Marruecos, estaba pintando una puerta y tenía junto a mí a tres marroquíes que miraban lo que hacía, y hasta me ofrecieron un cartón para sentarme. Me impactaba escuchar el sonido de las campanas de las mezquitas, llamando a la oración. De un modo y de otro, son detalles que te van influyendo y te hacen ver muchas más cosas de las que hay ante tus ojos. Creo que, de algún modo, es un ambiente que quedó reflejado en los cuadernos de viaje, que yo conservaba en la memoria y que he traspasado a las acuarelas. También me acompaña mucho la música andalusí, que me evocaba los lugares que visité y otras épocas».

¿Si alguien le dice que realiza una pintura muy similar a la de Pedro Cano? «Es que este pintor es para mí como un superpadrino. Me está ayudando mucho y esto es impagable. De él he aprendido no solo la parte técnica de la pintura; también, a superar situaciones, cosas de la vida y podría decir que todo lo que rodea el mundo del arte. Que alguien me diga que mi pintura se parece mucho a la suya no sería una ofensa para mí, sino todo lo contrario. Es un halago que a mi edad me comparen con alguien de su categoría. Sé que me queda por recorrer un amplio camino».

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