Mercedes Imbernón: «Me inquieta lo que nos han cambiado y nos cambiarán las nuevas tecnologías»
Trama Teatro estrena este jueves en el TCM 'El aspirante', una obra dirigida por Pepa Castillo con Javier Mula, Fernando Caride y Jessica Cerón
Los personajes de 'El aspirante', la pieza de teatro escrita por la dramaturga y directora de escena murciana Mercedes Imbernón [que estrena este jueves, 20 ... horas, en el Teatro Circo de Murcia la compañía Trama Teatro, bajo la dirección de Pepa Castillo], son Matías Robles, un obrero «quemado»; el Empresario, un hombre de negocios de éxito; Rosa, una asistenta fiel y resignada, callada y crítica; la Esposa, una mujer superficial obsesionada con el físico; y la Hija, una chica ecologista. Una obra que cuenta la historia de un ser humano que se convierte en un animal voluntariamente en un acto máximo de rebelión. Tiene ecos brecthianos, del género tragicómico, y en ella se dibuja un retrato de la sociedad actual en la que aparecen la tecnología, el ecologismo, la economía, el éxito, la transhumanización y la verdadera esencia en las personas. Con momentos de gran contraste dramático, Imbernón habla del Poder, lo que le hace preguntarse: «¿Y ahora qué?».
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Imbernón, licenciada en Dirección Escénica por la Esad de Murcia, es autora de textos como 'Típicas-Tópicas-Tóxicas' y 'La furia'. En la Esad estrenó la obra 'Esperando a Godot', de Samuel Beckett. Realizó la dramaturgia de 'Locas mujeres' sobre la figura de la poeta Gabriela Mistral para el espectáculo de la bailaora murciana Cynthia Cano presentado en el Festival Flamenco de Jerez en 2023, y ha sido ganadora dos veces consecutivas del premio a mejor guion por la Universidad de Murcia en el ciclo 'Nuevas Cineastas Murcianas'.
En su encuentro con LA VERDAD en el Café Moderno porta un florido cuaderno en el que tiene anotadas algunas cosas («porque no quiero que se me olvide nada») que quiere compartir con los lectores. Es meticulosa, sosegada, observadora, empática. Debe llevar por dentro las columnas de aire con alta velocidad propias de los tornados. A horas del estreno, disimula muy bien su desasosiego. Una brisa repentina mueve los árboles del fondo. Si fuera un todopoderoso, ese alguien que agita la escena solo podría ser el poeta José Cantabella, quien tenía a Imbernón por «intelectual». Veremos por qué.
Cuando Mercedes terminó de escribir 'El aspirante', le sucedió lo mismo que a su personaje. Se rebela y se pregunta: «¿Esto va a volver a quedarse en un cajón?». De repente, se dice: «¡No!». Tuvo que buscar una productora para tener un sostén que llevara a escena este texto. Para ella era fundamental seleccionar a los actores soñados con los papeles que había escrito. Antes de hablar con nadie, hizo los castings con los actores que había pensado que eran los idóneos, y uno a uno fueron leyendo la obra, y todos dijeron que sí a la primera. Javier Mula, Fernando Caride, Elísabeth Sogorb y Jessica Cerón encarnan los principales papeles. Salomé Martínez es la ayudante de la directora, y Carlos Esteve firma el diseño de iluminación. Mercedes Imbernón tardó dos años en alumbrar este texto, escrito «desde la observación, desde la extrañeza, desde lo que me conmueve, y desde lo que me remueve las tripas», suscribe.
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«Escribo desde la observación, desde la extrañeza, desde lo que me conmueve y remueve las tripas»
En todos sus trabajos hay un imaginario que parte de realidad, como 'El aspirante', «pero un trabajo dramático como este tienes que sustentarlo en una base de pensamiento. Yo trabajé con algún tema de Cervantes, de Mayorga, de Mijaíl Bulgákov. Tuve una idea y me fui sorprendiendo y afianzando, fue algo mágico».
En el fondo, lo que hace es una reivindicación, y lo hace desde el sitio perfecto: el escenario. Imbernón explica que los dos personajes principales son hombres. «Mi feminismo consiste, porque está ahí, en escribir sobre temas universales», reconoce. «Tengo la sensación de que ahora es cuando he conseguido hacer algo con más peso. Ya me pasó con una obra anterior, 'Fragmentos de la bañista', y me ha pasado, sobre todo, con 'El aspirante'. Me he dicho: he llegado».
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–¿Qué quería contarnos con esta obra que se estrena este jueves?
–'El aspirante' habla de un ser humano que se convierte en un animal voluntariamente, de esta forma deja en evidencia a un sistema que va apartando o modificando, a través de la explotación, o de la introducción de la tecnología, su condición humana. Encontramos en 'El aspirante' a un trabajador que discute las leyes del progreso, tal y como las entendemos ahora mismo. Tiene una conciencia de clase de su condición de hombre explotado. Es una obra que habla del poder, de la deshumanización. Porque este hombre ve un mundo delante de sus ojos que se va extinguiendo. Y el aspirante, ante eso, toma una decisión y un día decide ser otro. La animalización me ha permitido hablar de otras cosas.
–¿Cómo contempla el escenario?
–El escenario es un lugar de reflexión. Yo utilizo o me sirvo de dos personajes como el obrero y el empresario para hablar de todo eso. Yo escribo desde el presente, puedo mirar el pasado, pero no lo hago. Puedo mirar al futuro, pero escribo desde lo que hoy sucede. Y la tecnología me produce esa extrañeza: está modificando el comportamiento humano, nos va a convertir en otra cosa. Y Matías Robles, el personaje protagonista, el obrero, se rebela. Pero no hay que perder de vista a su contrapunto, el millonario.
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«Este hombre ve un mundo delante de sus ojos que se va extinguiendo. Y un día decide ser otro.»
–Usted se sorprende de que la tecnología produzca una modificación de la condición humana.
–Sí, yo no soy una experta en inteligencia artificial ni en nuevas tecnologías. Pero sí me producen inquietud. Me inquieta lo que van a cambiarnos, lo que nos han cambiado. Y aquí quiero hablar de ese personaje que lo vislumbra, como ese personaje en 'El jardín de los cerezos' de Chejov, que es el joven que utiliza el dramaturgo para hablar del futuro. Mi personaje, en cambio, sabe que es un personaje en retirada. Y todo lo que hace es a conciencia. No sé si es héroe o antihéroe.
–¿Quién fue el primer lector de este texto y qué reacciones tuvo?
–Fue una profesora que tuve en la Escuela de Arte Dramático, Edi Liccioli. Ella es mi mentora. Recuerdo a mi amigo José Cantabella que decía que yo en la escuela estaba recogida. Y yo le decía, «pues es verdad». Escribir, en cierto modo, me ha ayudado en muchos momentos de mi vida. [Imbernón también es autora de la Trilogía del aislamiento', compuesta por los cortos 'Alta gama', 'El andén de Rubén' y 'Santuario', entre 2018 y 2022].
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