'Master of none'

ALGO SUPUESTAMENTE ENTRETENIDO ·

Entre esas series que llegan a tu vida y se quedan, hay algunas que además dejan un poso a lo largo del tiempo. 'Master of ... None', la increíble comedia reconvertida en drama de Aziz Ansari, es un buen ejemplo. El catálogo de Netflix tiene una cosa buena y una mala, y las dos son la misma: demasiada cantidad. Por un lado, es el mejor sitio para perder un domingo con treinta y cinco grados a la sombra; pero, por otro, es un almacén lleno de saldos, en el que tienes que rebuscar y rebuscar para conseguir la joya, la prenda que no te crees que esté rebajada.

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Ansari consiguió en sus primeras dos temporadas no solo hacer una radiografía casi perfecta de la generación que nació en los 80, sino también una antología sobre los problemas que encuentra en sus relaciones sociales, de pareja, en el trabajo o por ser, como en el caso del director, hijo de inmigrantes. Además, muestra una cara reconocible para todos los que andamos entre los treinta y los cuarenta: los sueños no alcanzados que se convierten en piedras que se interponen en el camino, y a las que cuesta mucho rodear.

La serie vira sin complejos entre la comedia y el drama, entre las incesantes subidas al cielo y las colosales caídas al infierno. Todo se mezcla porque en la vida también está todo agitado. Sin duda, un artículo aparte, incluso un monográfico, merece el capítulo de las tres historias sobre Nueva York, donde el guion es tan perfecto que parece que lo ha escrito Woody Allen. Saben ustedes que soy de acumular recuerdos, de dejarlos escondidos en una vitrina imaginaria que tengo en mi mente, donde aparco aquello que me ha emocionado. Allí está ese capítulo, junto al del perro en 'Derek', o al del clímax de la infravalorada 'Mr. Robot'.

Esta columna ha sido escrita mientras sonaban 'Chateau Lobby #4 (in C for two virgins)', de Father John Misty, y 'Autumn summer', de Yo La Tengo

La tercera temporada deja de ser tan milenial para embarcarse en una historia de amor que por culpa la rutina, la monotonía y la infidelidad acaba destrozada. El autor, que además toma un papel secundario en la trama y solo aparece en dos ocasiones, volvía a mostrarme la idoneidad de tomar distancia cuando no estás inspirado. Él dijo, tras la segunda temporada, que no volvería a menos que el material fuese de calidad. Y ha hecho honor a su palabra, esta nueva temporada es una oda al buen gusto a la hora de contar historias.

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Con las temporadas terminadas de 'This is us', 'El cuento de la criada' y 'Master of none', me siento algo huérfano. Busco series que me llenen, que den un vuelco al corazón. Si saben de alguna, no duden en buscarme y alegrarme el verano.

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