Juan Tallón, un detective salvaje
Nada como el arte contemporáneo para generar situaciones esperpénticas. Primeros años de la década de los noventa, una escultura de Richard Serra desaparece tras haber ... sido expuesta en la inauguración del Reina Sofía. 38 toneladas de acero volatilizadas en suelo patrio tras pasar un lustro abandonadas. Un país buscando hierro debajo de la tierra y debatiendo sobre qué es una obra de arte. Una burocracia judicial kafkiana y un autor en busca desesperada de una historia que contar. Estos son los materiales del crimen. Nada tan fascinante como la realidad. Una sala de exposiciones abierta.
Juan Tallón compone 'Obra maestra' no desde la óptica del escritor, sino desde la de un detective salvaje. Se permite la referencia bolañesca porque la novela, publicada en Anagrama, actúa como una conversación constante con 'Los detectives salvajes'. Su estructura fragmentada, la multiplicidad de voces y las situaciones hilarantes esconden un sentido homenaje a Roberto Bolaño, pero también una relectura madura de su gran obra. En este sentido, la novela de Tallón se va llenando de sujetos relacionados con el mundo del arte que aportan su visión personal: hablan la directora del Reina Sofía, jueces, ministros, taxistas y chatarreros, todos ellos imprescindibles para completar este mosaico en el que se retrata la sociedad española del pelotazo, pero también la burbuja mística del mundo del arte.
La escritura de Tallón se vuelve camaleónica. Adquiere el autor la destreza de contar el caso desde todos los puntos de vista posibles y permite, a su vez, una reflexión profunda sobre el mundo del arte contemporáneo. La novela actúa como homenaje a la trayectoria de Richard Serra y también como cuestionamiento a las reglas que mueven el mercado del arte. A veces irónico, otras académico, el muestrario de la vida cotidiana de los narradores se va traspasando a una lectura ágil, por momentos sorprendente, llena de anécdotas que descubren parte importante de nuestra historia del arte, desde el traslado de las obras del Prado durante la Guerra Civil hasta la vuelta del Guernica de Nueva York a Madrid. Viajes de ida y vuelta de un país que ha tenido una relación especial con el arte, capaz de construir un museo solo para un cuadro y de perder al mismo tiempo una obra de 38 toneladas.
Arte y literatura se mezclan en una crónica intensa, con saltos temporales que, en lugar de desorientar al lector, le ayudan a comprender desde el origen todas las situaciones que llevaron a la desaparición de la escultura. A ese laberinto de la creación nos invita a entrar Tallón, con la voluntad de perdernos en los debates del arte, en las preocupaciones diarias de los espectadores que acuden a una sala de exposiciones. Desde San Francisco a Dubai, de Madrid a Bilbao, las fronteras están sujetas a merced de una escritura que anhela una verdad multiplicada. Desnuda al arte contemporáneo a través de sus espectadores. Tallón ha logrado una novela construida a base de anécdotas, pensamientos y remordimientos. Un homenaje y una traición a la 'Obra maestra' de Serra.
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