Esos 22 niños vacuníferos eran considerados «la carga más valiosa que haya llevado jamás» la corbeta 'María Pita'. Además de material científico e instrumental quirúrgico, transportaba 500 ejemplares del 'Tratado histórico y práctico de la vacuna' de Moreau de la Sarthe, traducido por Balmis, para repartir en las principales ciudades de América. Acuarelas de javier de isusi

La más grande gesta médica con sello español

El historietista Javier de Isusi cuenta en 'El mar recordará nuestros nombres' la expedición de la vacuna de la viruela a América en los cuerpos de 22 niños gallegos

Viernes, 7 de enero 2022

El cirujano inglés Edward Jenner (1749-1823) calificó así la primera expedición que llevó la recién descubierta vacuna de la viruela a América y Asia: « ... No puedo imaginar que en los anales de la historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este». Lo cuenta Javier de Isusi, Premio Nacional de Cómic de 2020 y Premio Euskadi de Literatura 2021, autor de 'El mar recordará nuestros nombres', una obra recientemente editada por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN) y la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto con la editorial Planeta.

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La corbeta mercante 'María Pita', de doscientas toneladas, tres palos y velas cuadradas, zarpó del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 y marcó «el inicio de la primera campaña de vacunación global», recuerda Pura Fernández, directora editorial y del área de Cultura Científica del CSIC.

A bordo, además de los 27 tripulantes y el personal médico, viajaban «los 22 niños portadores del remedio para la enfermedad más devastadora que los humanos hayan conocido nunca: la viruela». Entre el personal, una mujer clave, Isabel Zendal Gómez, rectora de la inclusa de La Coruña, pero considerada hoy la primera enfermera en misión internacional de la historia, «que derramó todas las ternuras de la más sensible madre» sobre estas criaturas a su cuidado que eran recibidas «como príncipes» en cada puerto donde atracaban.

En 1980 la OMS declaró la viruela como la primera enfermedad infecciosa erradicada del planeta. De hecho, el último caso se dio en 1977. «La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna -rememora el historietista Javier de Isusi- vacunó directamente, durante los casi nueve años que estuvo en activo, a cientos de miles de personas. Sin embargo, su mayor logro fue el de dejar instauradas las Juntas de Vacunación, precursoras de los sistemas públicos de salud. Con ellas se formaba el personal local en la técnica de la vacunación y se garantizaba la perpetuación de la vacuna».

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La ciencia y la innovación «son la base de la esperanza», dice en el prólogo la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Aquella gran aventura para combatir la viruela, enfermedad «ciertamente horrible, no hay ninguna otra tan mortal, y no respeta fronteras, ni razas, ni clases sociales», recuerda Carlos IV a sus cortesanos, es considerada hoy el primer modelo de lucha global contra las pandemias. «Una gesta médica con sello español», afina Morant.

La inglesa Lady Montagu popularizó a principios del XVIII la técnica de la inoculación -ya practicada en India, China y en el Imperio Otomano-. Había que realizar un corte en la piel e introducir restos de costras de pústulas producidas por la viruela, cuenta De Isusi. Esto aseguraba la inmunidad para los pacientes contagiados de una manera más suave. Pero el paciente podía contraer la enfermedad en su modo virulento y provocar brotes. Edward Jenner descubrió que era aún más efectivo el método si se extraía una pequeña cantidad de pus de la pústula de un infectado y se introducía en la piel de un individuo sano.

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Estos «galleguitos», de los que nadie recuerda sus nombres -en el libro sí aparecen-, llevaron la vacuna a Puerto Rico, Caracas, Bogotá... «Los mayores héroes de la historia son siempre anónimos». Llegaron a la Ciudad de México el 9 de agosto de 1804 y, tras un año en el Real Hospicio de Pobres, fueron trasladados a la Escuela Patriótica donde aprendieron un oficio. Francisco Xavier Balmis, médico militar alicantino y director de la expedición, logró otros 26 niños para llevar el fluido vacuno a Filipinas.

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