Juan Manuel Bonet: «Gaya genera adicción y fidelidad»
El comisario de arte y exdirector del Museo Nacional Reina Sofía vuelve hoy a Murcia para el discurso inaugural del curso de la Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca, dedicado a París, su ciudad natal
Juan Manuel Bonet (París, 1953), exdirector del Instituto Cervantes, poeta y voz destacadísima de la teoría y crítica del arte en España, abre hoy (19.30 horas, Salón de Plenos del Ayuntamiento de Murcia) el curso de la Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca con una conferencia sobre su ciudad natal, París, titulada 'Notre Dame. La catedral y los modernos'. Todavía impresionado por su última visita a la gran joya gótica de París tras el incendio que en abril afectó a la cubierta e hizo que se viniera abajo la emblemática aguja, Bonet cuenta a 'La Verdad' que la casa en la que vivió sus tres primeros años de vida en la capital francesa estaba «apenas a 15 o 20 metros». Víctor Hugo dijo en 'Nuestra Señora de París' que «cada cara, cada piedra del venerable monumento es no solo una página de la historia de su país sino también una página de la historia de la ciencia y del arte». Bonet coincide plenamente, y asegura que ver hoy el amasijo en que ha quedado convertida la parte afectada «parte el alma a cualquiera» por ser eso, «una página de la historia».
Con esta conferencia en Murcia quiere realizar «una corona o un homenaje» a Notre Dame, tal y como la vieron los poetas del siglo XX, ya que en ella pudieron mirarse en el espejo del pasado. «Es un símbolo de París, de Francia, de Europa, un alto lugar de Europa, como dicen los franceses. De hecho, ha acogido coronaciones de reyes, funerales de Estado, incluso conversiones; episodios como la liberación de París, que son escenas grabadas en la retina del hombre moderno». En 1772, recuerda Bonet, un incendio estuvo a punto de llevársela por delante, Hubert Robert describe este hecho. Infinidad de pintores la retrataron, de los que el exdirector del Museo Nacional Reina Sofía y del IVAM de Valencia destaca, por ejemplo, a Corot, a fauvistas como Matisse, o al mismísimo Picasso, «que cuando vivía en la calle de las Madres Agustinas paseaba el perro en una ruta que incluía Notre Dame, y tiene varias obras cubistas con la catedral como protagonista». Entre los pintores españoles que citará hoy en su conferencia, Bonet hablará del murciano Ramón Gaya. De él mostrará dos obras relacionadas con Notre Dame, «ya que cuando vuelve a Europa de su exilio mexicano viene por Francia y hay varias acuarelas y carboncillos con algunos lugares que le atraen de París, como el Sena y la catedral». Aunque asegura que el pintor español que más ha pintado Notre Dame es el padre del político Manuel Valls, Xavier Valls, «que vivía muy cerca del muelle del Ayuntamiento de París, donde vive hoy su viuda, desde donde se ven las torres del monumento». En total, Bonet mostrará «unas 150 imágenes» para ilustrar esta conferencia en Murcia, en la que también hablará de literatura y de autores como Julio Cortázar, y de fotografía, desde su invención, con testimonios de Kertész y Brassai, entre tantísimos artistas.
Relación con la Región
Bonet tiene una larga relación con la Región de Murcia. La primera vez que pisó la capital fue en 1966, «ya que la primera cátedra de mi padre [el historiador del arte Antonio Bonet Correa] fue en Murcia, y estuve, además, en Semana Santa, descubrí a Salzillo en ese momento. Conocí a profesores de la UMU como Horacio Capel, geógrafo; también a un viejísimo profesor, el catedrático Ángel Vallbuena Prat... yo tenía 12 años. Después la relación con Murcia ha sido gracias a pintores jóvenes de los 70 como Alfonso Albacete, que es de Antequera pero formado en Murcia. Había sido alumno de Juan Bonafé. Nos llevó a su casa de La Alberca, me presentó en Madrid a Juan Gómez Cano, y a la viuda de Juan Guerrero Ruiz, un personaje superinteresante, que fue secretario del Ayuntamiento de Murcia en los años 20 y le dio la primera beca a Gaya, Flores y Garay para irse a París. Esa Murcia de los años 20 me interesó muchísimo. Y luego para mí, un poco antes del viaje para la primera Contraparada, en 1978 conocía a Ramón Gaya». Hoy, Bonet es también miembro del Patronato del Museo Gaya y, junto con Cristóbal Belda, director de la Academia de Bellas Artes de Murcia, se encargó la pasada semana de codirigir el simposio dedicado a la figura de Gaya en el Museo del Prado, con 300 personas cada día en el auditorio, lo que pone de manifiesto que la figura del pintor y poeta sigue muy vigente.
«El poeta Luis Pérez Oramas, hasta hace poco uno de los conservadores del MoMA de Nueva York, es un fichaje muy bueno para la 'causa Gaya'»
«En el 78, una galería que ya no existe que se llamaba Multitud, le hizo una retrospectiva, y en ese momento no éramos ni 30 los que tratábamos a Gaya, que había vuelto a España. Tenía una cierta leyenda de persona vinculada a escritores, que había estado en el exilio, y no se conocía su obra. Yo le hice una entrevista para una revista entonces, que me corrigió entera, con lo cual me gané un manuscrito de Gaya, ya que la reescribió toda entera. A partir de ese momento tuvimos una relación estrecha, yo le hice una retrospectiva en La Pedrera (Barcelona) y encargué otras dos más, entre ellas a Enrique Andrés Ruiz para el Reina Sofía. Para mí Murcia es Gaya, y Gaya es Murcia», afirma en conversación desde Madrid.
Un museo portátil
«Yo creo que ha crecido el interés por Gaya, gente que ha llegado a él por los cuadros y otros por su obra escrita. Es un gran ampliador polivalente, con ese talento para la pintura y la escritura, y era de justicia que se le dedicase este congreso, porque Gaya describe el Prado como la patria española, como la gran roca de España desde la patria lejana y perdida. Él tuvo una pasión temprana por Velázquez, y cuando se marcha a México necesita respirar los museos europeos, que los tiene lejos, y en esa década de los 40 se rodea de postales, de libros abiertos por alguna página o de láminas, o reproducciones, y las empieza a representar en sus cuadros, no como parodia de Velázquez, sino que representa la pared o el rincón donde ha puesto la lámina. Eso es muy moderno en el fondo, lo que hace es como un museo portátil. Yo aludo a Cortázar, porque en su novela 'Rayuela' el personaje pone láminas o postales en las paredes ya que no tiene dinero para obras de verdad, y dice que esto es el museo del pobre. Pues Gaya hace lo mismo, y, de hecho, así es como va madurando su teoría de Velázquez».
«Mi conferencia es una corona o un homenaje a Notre Dame, un alto lugar de Europa, como dicen»
Recopilar las ponencias del congreso dedicado a Gaya sería lo deseable, dice Bonet, por la diversidad de voces. «Uno de los ponentes ha sido el director del departamento del siglo XIX del Prado, Javier Baró, y estaba el poeta Luis Pérez Oramas, venezolano residente en Nueva York, crítico muy importante, comisario de una de las últimas bienales de Sao Paulo y hasta hace poco uno de los conservadores del MoMA de Nueva York, un fichaje muy bueno para la 'causa Gaya'. Nos demostró ser un verdadero fan, es una voz nueva en un coro que persiste en su fidelidad. Gaya genera adicción y fidelidad porque es un pintor extraordinario y un gran escritor, y está incardinado en una era de plata de la cultura española, y juega en ambas divisiones. Pero aún no se le ha hecho justicia, pese a que fue galardonado, justamente, con el primer Premio Velázquez en vida».