Las actrices Susi Espín, Inmaculada Rufete, Rocío Bernal y Eva Torres, protagonistas de 'Despedida de casada'.

Cuatro mujeres para hablar de la amistad

Estreno. La compañía murciana Doble K lleva este jueves al escenario del Teatro Romea la comedia 'Despedida de casada', que se verá en dos pases debido a las restricciones de aforo

Miércoles, 28 de octubre 2020, 02:11

Diez días era el plazo con el que Encarna Illán y las actrices de 'Despedida de casada' –obra de teatro murciana que este jueves se sube, al fin, al escenario del Teatro Romea de Murcia– contaban en marzo para finalizar los ensayos del estreno que tenían pendiente. Les esperaba el Auditorio Infanta Doña Elena de Águilas pero llegó el estado de alarma, y con él el confinamiento y el cierre de los teatros. En el Romea su visita estaba fijada para finales de mayo, pero los telones seguían bajados. La propuesta de la compañía murciana Doble K se aplazó, entonces, para principios de este mes de octubre, y después para el día 22. La semana pasada, una nueva reducción de aforos, volvió a retrasar el estreno, del que finalmente se realizarán dos pases: el primero este jueves y el segundo el miércoles 11 de noviembre, ambos a las 20 horas.

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«Está siendo una experiencia agridulce por todo lo que estamos viviendo. Las decisiones cambian cada hora y todavía no sabemos si habrá modificaciones de aquí al jueves», afirmaba Illán el lunes. Ella es quien dirige este montaje, que define como «una oda a la amistad» y un proyecto que, nada más proponérselo, ya le pareció «un lujo». «Alfredo [Zamora, director de la compañía Doble K Teatro] me dijo que quería hacer una obra de mujeres que hablara sobre las mujeres y que, además, estuviera interpretada íntegramente por actrices. Me desveló los nombres de las intérpretes con las que quería contar y la idea me gustó mucho, porque son profesionales con las que me une una relación personal y, además, son de lo más solvente que hay en el panorama murciano». Se refiere Illán, profesora de Interpretación en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESAD) y responsable de montajes como 'Pílades', de Pasolini (Centro Párraga, 2016), o el musical infantil 'El flautista de Hamelin' (en el Romea, 2017), a Susi Espín, Inmaculada Rufete, Eva Torres y Rocío Bernal, quienes encarnan a cuatro amigas «con cuatro formas de ser muy diferentes» con las que «el público se va a identificar».

Tome nota

  • Qué: 'Despedida de casada', de Doble K Teatro

  • Dónde y cuándo: En el Teatro Romea de Murcia el jueves 29 (estreno), a las 20.00 horas, y el miércoles 11 de noviembre, a las 20.00 horas. 15, 12 y 10 €

'Despedida de casada', explica Illán, es una comedia no exenta de «drama». En su guion, una de sus protagonistas acaba de separarse, su pareja le ha dejado solo un año después de iniciar una vida en común, y sus tres amigas, con el fin de animarla, deciden celebrar su nueva soltería rumbo a Benidorm: «Es una historia que parte de un fracaso emocional, a pesar de que está tratada desde el humor. A mí me interesa hablar del ser humano en todas sus vertientes y, en este caso, he incidido en ese fracaso emocional. Gracias a él, vemos la historia de cuatro amigas que se apoyan unas a otras, que están ahí en los momentos bajos y de crisis, y eso es lo que nos ayuda a seguir y a salir hacia adelante».

«Tengo muchas ganas de que se levante el telón», afirma Alfredo Zamora, responsable de la compañía

El texto lo firma la también murciana Natalia Y. Rodríguez, con quien Illán ya había trabajado: «Pensé en ella porque me interesan mucho los personajes que construye, son muy humanos; y efectivamente, no nos equivocamos», añade Illán. De Rodríguez, cuenta Zamora, doblemente «orgulloso de este proyecto» –«de haberlo puesto en marcha y de haberlo dejado en manos de Rodríguez e Illán»–, «es una autora emergente que escribe con mucha luz y que posee mucho talento».

Energía positiva

Desde el principio, la idea de Zamora era hacer un espectáculo que hablara sobre mujeres, y que incluyera a las actrices que hoy lo protagonizan, «primero porque las cuatro son grandes amigas, y en segundo lugar porque creo que un espectáculo como este se iba a ver muy beneficiado de esa energía positiva».

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Le dijo a Rodríguez y a Illán que «contaran lo que quisieran», la única premisa es que debía ser una comedia con «dosis de humor y ternura». El resultado, asegura, le gusta «mucho», le «divierte» y le «emociona». Ahora, quien «tiene que disfrutarlo es el público», emplaza el director y productor: «Tengo muchas ganas de que se levante el telón».

«Mostrar este espectáculo es un acto de resiliencia. Para mantenerlo vivo hemos tenido que bailar claqué sobre el agua... Cuando estábamos a unos días de estrenar nos confinaron y hemos pasado cinco meses sin poder ensayar de forma presencial, con lo que esto supone para mantener la llama. Ahora nos sentimos como si llegáramos a puerto, aunque un puerto muy especial porque nunca antes habíamos vivido un proceso tan largo. Desde el punto de vista emocional hemos sufrido mucho, pero afortunadamente tenemos un equipo técnico y artístico de lujo y hemos conseguido llegar a la meta», señala Zamora.

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De momento, solo tienen en agenda los dos pases en el Romea. «Estamos viviendo con el miedo, que no es buen consejero, y las programaciones están tocadas de un ala. Pero la cultura no solo es segura, sino que también es necesaria. Las administraciones tienen que hacer un esfuerzo para apoyar a los artistas. Es fácil pararlos, pero son más de primera necesidad de lo que creemos».

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