Milena Smit: «Estamos rodeados de gente, pero eres tú el que tiene que salir hacia adelante»

'Libélulas', un drama de corte independiente, obtuvo dos premios en el Festival de Málaga: la Biznaga de Plata a la Mejor Interpretación Femenina 'ex aequo' para usted y para Olivia Baglivi, y el Premio del Público. Ya por esto habrá merecido la pena...

Está siendo maravilloso todo lo que está sucediendo con esta película. Es un proyecto de lo más personal que he hecho hasta ahora. La verdad es que encuentro muchísimas similitudes con mi personaje en otros momentos de mi vida. Reunimos muchas cosas en común como, por ejemplo, los valores que tiene Cata; la importancia que tienen para ella la lealtad y la amistad. He tenido unos compañeros maravillosos como Olivia Baglivi, Pol Hermoso, Gonzalo Herrero... hemos tenido muchísima suerte de encontrarnos y de realizar este proyecto juntos, de la mano de Luc, el director, que nos ha regalado un personaje que no vamos a olvidar nunca.

Una de las cosas más entretenidas de su trabajo como actriz y como modelo debe ser cambiar constantemente de equipos profesionales. Supongo que de tantos compañeros surgirán también amistades. Cata es una chica de barrio que vive como puede y, frente a sus penurias, la amistad y la lealtad de Alex (Olivia Baglivi) es fundamental.

Así ha sido. Todo comienza con una amistad de los dos personajes y acaba con una amistad en la vida real, como es el caso de Olivia y yo. Esto ha sido así, es uno de los regalos que me ha dado esta profesión. Encontrarte con personas con las que conectas y con las que creas vínculos tan fuertes. Que no solamente traspasan la pantalla sino que se quedan para siempre, el resto de tu vida, y eso es el mayor regalo que te puede pasar.

A quién cree que esta historia puede gustar más: ¿A los jóvenes espectadores o a sus padres?

Yo creo que el 'target' de esta película no solo se basa en una audiencia joven, porque aborda muchos temas presentes en el día a día de cualquier edad, de cualquier generación. Pero sí que es cierto que en la película la generación que predomina es la nuestra, y, al final, 'Libélulas' es el retrato de la juventud, y cómo intentan sobrevivir ante lo complicado que ya de por sí es ser joven, con unas condiciones tan precarias como las que viven ellos.

Cuando dice que este personaje de Cata le recordaba en cierto modo a otras momentos de su vida, quizás tiene que ver con su decisión de independizarse muy joven. De luchar por sobrevivir. Alguna vez ha dicho que se considera una auténtica buscavidas.

Así es. Yo decidí irme de casa muy pronto, con 17 años, y fue una decisión que marcó mucho el resto de mi experiencia de vida, pero que, sin duda, ha sido de las mejores decisiones que he tomado porque espabilé mucho y me vino muy bien para aprender. Estamos rodeados siempre de gente, pero eres tú el que tiene que salir hacia adelante.

Imagino que debe sentirse más realizada en personajes que cuentan vidas reales, historias que puede sufrir cualquier joven español. ¿Esto le motiva más o le parece más ilusionante?

Desde luego. Todo lo que se acerca a la realidad. Siempre hay proyectos que te aportan unas cosas u otras. En concreto, las historias que se acercan a la realidad y en las que tienes la oportunidad de retratarlas para que así luego el público se pueda sentir identificado es una cosa que me motiva mucho. Porque es algo que me gusta mucho vivir cuando yo veo una película. Entonces es una suerte, desde luego, ya no solo ver una película así, sino contarla también, darle voz.

¿Cómo ha sido este verano tras un intenso año de rodaje de 'La chica de la nieve' [adaptación para Netflix del libro de Javier Castillo, donde comparte protagonismo con José Coronado]?

Terminamos el rodaje en julio, y tuve después varios compromisos contractuales pendientes, que por el rodaje no había podido hacer antes. Me he dedicado este verano básicamente a descansar, es algo que necesitaba después de tres años sin parar. Y es algo que muchas veces viene bien y es necesario para volver con energía, con las pilas cargadas, y la motivación necesaria para seguir sumando en cada proyecto y entregarte de una forma sana.

En una entrevista anterior en LA VERDAD, con motivo del estreno de 'No matarás', contó que su carrera había empezado en Murcia. Sus primeros vínculos con la profesión fueron como modelo. Y todo arranca aquí...

Sí, así fue. Yo empecé muy jovencita a trabajar como modelo, en la agencia Monroe Models, y esa fue mi experiencia cercana a todo el mundo de la imagen, sobre todo de cercanía a una cámara, porque era algo que me gustaba mucho. Sobre todo porque soy una persona supercreativa y a raíz de encontrar esa forma de expresión, la fotografía, empecé a crear mis propias sesiones de fotos, contactaba con fotógrafos y me llevaba ropa mía, y, de repente, nos metíamos en alguna localización 'random', y tirábamos ahí las fotos. Y era un momento que disfrutaba muchísimo. Sí, todo surgió en Murcia.

Nosotros la consideramos murciana, cada vez que es nominada a un premio nos referimos a «la murciana Milena Smit». No creo que le moleste, ¿verdad?

No, ¡qué va! De hecho, es verdad. Yo nací en Elche porque en ese momento mis padres vivían en Torrevieja, y no había un hospital preparado, y derivaron a mi madre a Elche. Pero realmente no tengo un vínculo estrecho con Elche porque nunca he vivido allí. La realidad es que he estado viviendo en las playas de la costa de Alicante. En Torre de la Horadada he vivido, he veraneado y vive actualmente mi madre, pero toda mi época adolescente, y mi juventud, la pasé en Murcia. Entonces el recuerdo que yo tengo, de donde más me siento, es de allí, de Murcia, claro.

¿Cómo se recuerda de niña? ¿Queda mucho de esos años? ¿Algún sueño o alguna pasión?

Sí y no, a la vez. Cuando era niña era una persona diferente a lo que fui en mi adolescencia, y ahora me estoy reencontrando otra vez con esa niña. Yo era una niña, según mi madre, superbuena, muy traviesa también, pero a la vez tranquila. Siempre me decían que me podían llevar a cualquier sitio. Mi madre me llevaba a su trabajo. Y era educada, formal, divertida. No daba más problemas. Tuve una época rebelde en mi adolescencia, como podemos tener todos. Y ahora me encuentro en un momento de reencuentro con esa niña, estoy más tranquila, sobre todo con mis emociones, más terrenal, y no tan impulsiva o actuando con el instinto con el que podía actuar cuando eres una adolescente. Son etapas que, en realidad, definen tu experiencia de vida y son necesarias vivir de la forma más natural y orgánica posible para estar de acuerdo, conforme y a gusto con la persona en la que te quieres convertir.

Si piensa en lo intensos que han sido estos tres años desde su debut en el cine, ¿cómo se imagina la próxima década a este ritmo...?

Uffff, ¡ay, no lo quiero ni pensar! Soy una persona de vivir más el momento. Nada de lo que he vivido ha sido planeado, y disfruto mucho de las cosas que están pasando cuando están sucediendo. Que esta próxima década venga como tiene que venir, mientras sea para sacar aprendizajes y disfrutar lo máximo posible. Incluso de los buenos momentos y de los malos. Si es así estará el objetivo conseguido.

A través de otros proyectos en los que ha trabajado como 'Alma', 'thriller' sobrenatural rodado en Asturias, y 'Tin&Tina', de Rubin Stein, con Jaime Lorente, ha ganado confianza como actriz. Porque no tenía formación como tal hasta debutar con 'No matarás'.

Sí, he tenido muy poquita, y justo después de 'No matarás', porque quería seguir dedicándome a esto. He tenido la suerte de ir empalmando un proyecto detrás de otro, y eso ha sido mi mayor formación a día de hoy. Esto también ha supuesto que quiera explorar otras herramientas que no tengo por esa falta de formación. Pero haber rodado tanto me ha dado otras cosas que quizás en la formación tampoco se consigue, como esa soltura, o el conocer cómo funciona el rodaje, conocer todos los departamentos, tener una conexión con ellos. Me interesa mucho ir descubriendo el trabajo de cada uno.