La Almoloya y La Bastida, finalistas por tercera vez del Premio Nacional de Arqueología Palarq
La Universidad Autónoma de Barcelona abordará la fase más antigua de la ciudad argárica, con el apoyo del Ayuntamiento de Pliego, entre el 7 de junio y el 30 de julio
Por tercera edición consecutiva, la Fundación Palarq ha seleccionado como finalista de su Premio Nacional de Arqueología el 'Proyecto Almoloya-Bastida: poder, género y ... parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce', que la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) lleva a cabo en los municipios de Totana y Pliego y que estudian la cultura de El Argar en el sureste peninsular.
El jurado, compuesto por prestigiosos profesionales internacionales, hará público el fallo de la tercera edición de este galardón, dotado con 80.000 euros, el próximo 15 de junio en un acto al que asistirá el ministro de Cultura, Miquel Iceta, en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid).
Con el objetivo de «reconocer la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos y paleontológicos dirigidos por equipos de investigación españoles y desarrollados tanto a nivel nacional como internacional», el proyecto de La Almoloya y La Bastida ha sido escogido como uno de los 6 finalistas, de entre los 18 seleccionados inicialmente. Este nuevo reconocimiento pone de relieve una realidad: que «se está llevando a cabo una investigación de excelencia sobre unos yacimientos arqueológicos excepcionales en el panorama europeo», afirma Vicente Lull, sobre las ciudades fortificadas argáricas de La Bastida y La Almoloya.
Sin apoyo institucional
Sin embargo, la relevancia científica y patrimonial de estas ciudades de hace más de 4.000 años, con el primer parlamento europeo y que están permitiendo desentrañar el funcionamiento de la primera civilización prehistórica con organización política, económica y social europea, debería mover a las administraciones públicas a implicarse con más intensidad en su investigación, conservación, difusión y promoción, reivindica el equipo de la UAB que dirige estas investigaciones (Vicente Lull, Rafael Micó, Eva Celdrán, Camila Oliart, Miguel Valério y Cristina Rihuete) y que recuerda que la nueva campaña volverá a sufragarla la UAB con el único apoyo del Ayuntamiento de Pliego, que se hace cargo de manutención y alojamiento del equipo investigador.
Explorarán un sector que «informará con precisión de cómo, cuándo y cuánta gente comenzó a habitar el poblado pleguero»
Consideran que «la financiación de la Comunidad hubiera sido fundamental para realizar el año pasado una campaña más intensa para fijar estructuras debilitadas por las excavaciones clandestinas –expoliadas en los 70 y 80 del pasado siglo– y que toda la zona sur de La Almoloya pudiera ser visitada con seguridad», explican los investigadores de la UAB. Y, aunque reconocen que hace dos años la Comunidad sí financió los trabajos de consolidación, estas «labores se deberían continuar para extender la zona visitable sin peligro».
De momento y pese a que los investigadores reconocen que «las relaciones con las administraciones murcianas son buenas y nuestro esfuerzo recibe reconocimiento, no podemos contar con ellas todavía, si exceptuamos el Ayuntamiento de Pliego. Actualmente estamos casi solos en el cometido de salvar y seguir investigando en La Almoloya», afirma Lull.
Según ha podido saber LA VERDAD, ni siquiera ElPozo, que subvencionó las excavaciones entre 2013 y 2016, ayuda ahora económicamente. Actualmente, la empresa solo facilita labores logísticas u obras relacionadas con el camino de acceso a los visitantes.
Pese a estas circunstancias nada favorables a la investigación, el equipo de la UAB dará comienzo a una nueva campaña de excavaciones en La Almoloya el 7 de junio y se prolongarán hasta el 30 de julio. En ellas participarán tres estudiantes y postgraduados de la Universidad de Murcia y tres de la UAB.
Los orígenes del poblamiento
El año pasado las excavaciones se concentraron en el sector suroeste del yacimiento, el más afectado por las intervenciones clandestinas, para intentar salvar toda la información que aquel expolio no hubiera arruinado. Unos trabajos que sacaron a la luz niveles estratigráficos del primer poblamiento de La Almoloya. «Tras la limpieza de la tierra removida, los estratos más profundos contenían indicios de ocupación humana sobre la roca natural del cerro. Ya tenemos los resultados de carbono 14 de la intervención del año pasado, en la zona suroccidental del poblado, y la presencia argárica se remonta a hace 4.100 años, unos 100 años después de que se comenzara a habitar La Almoloya en otros puntos del cerro. Nos falta descubrir, por tanto, qué pasó en ese siglo inicial en toda el área meridional», explica Rafael Micó, que reconoce que, de tener recursos, les gustaría abordar la excavación de una extensión mayor. Ya que su objetivo este año es explorar «un sector muy interesante que nos informará con precisión cuándo comenzó a habitarse La Almoloya, cómo y cuánta gente lo hizo».
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Ahora tendrán la oportunidad de ver si el asentamiento de la primera fase (2200 a. C.) ya contaba con una población similar a la de la tercera –300 habitantes– o fueron unas pocas personas las que iniciaron el poblamiento del cerro. «Es muy importante averiguar la cantidad de gente que ocupó el cerro por primera vez para calcular el desarrollo demográfico y si el poblamiento presenta saltos producto de conquistas, razias,... o no», aclara Lull.
Desde 2018 no se ha vuelto a intervenir en el cerro de Totana
La última vez que la UAB excavó en La Bastida (Totana) fue en 2018, con financiación de National Geographic Society, y descubrieron un espectacular acueducto de unos 70 metros y tallado en la roca, que está pendiente de completarse y de consolidación hace 5 años.
Sin embargo, explica Rafael Micó, ignoran cuándo volverán a iniciar las prospecciones allí. «Los investigadores de la UAB están todo el año en los laboratorios a pie de campo. Allí, restituyen, restauran e inventarían el material arqueológico de La Bastida casi todo el año».
Y, pese al ahorro que esta labor de investigación y cuidado supone para los gastos de vigilancia, que financia el Ayuntamiento de Totana, argumenta Micó, desde el Consistorio dicen «que eso les impide acometer el mantenimiento del yacimiento o contribuir en nuevas excavaciones, mientras la Comunidad no colabore».
«La Bastida tiene la desgracia de estar entre dos fuegos y es la única que sale herida. Esperamos que esta situación se arregle de la manera más racional posible porque cada vez que volvemos a excavar La Bastida surge una nueva sorpresa y una gran noticia. ¡Qué pena no poder hacerlo de manera regular!, ¿no? Imagínate la cantidad de descubrimientos que nos estamos perdiendo en La Bastida», exclama Rafael Micó.
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