Alcaraz, el marciano de Manhattan
El tenista de El Palmar busca ante Ruud su primer Grand Slam, ser el líder de la ATP más joven de la historia y convertirse en el quinto español que se corona en Nueva York
Su objetivo cuando arrancó este año era acabar entre los 15 primeros del mundo y pelear por una plaza en las Finales de la ATP en Turín. Todos los que saben de tenis veían a Carlos Alcaraz (El Palmar, 19 años) capacitado para meterse en esa lucha. Pero nadie (absolutamente nadie) imaginó que el murciano que nació para convertirse en una estrella del tenis podría ser número 1 del mundo el segundo lunes de septiembre. Ni el más optimista era capaz de hacer un pronóstico así de atrevido. Pero Carlitos es capaz de todo. Supera cualquier expectativa, por ambiciosa que sea, y evidentemente es un jugador que no tiene techo. Su techo es el cielo. En Manhattan, donde los edificios se elevan hasta la luna, lo ha vuelto a demostrar.
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Así, si el pupilo de Juan Carlos Ferrero supera este domingo en la final del US Open (Eurosport, 22.00 horas) al noruego Casper Ruud, la otra gran revelación de la temporada, será el rey del circuito. Será muchas cosas más: campeón del US Open, ganador de su primer Grand Slam, quinto español de la historia que se corona en Nueva York tras Manolo Santana, Manuel Orantes, Arantxa Sánchez-Vicario y Rafa Nadal y el tenista más joven de todos los tiempos (19 años y 130 días) en liderar el ranking de la ATP. Una barbaridad. Destrozará el récord de precocidad del australiano Lleyton Hewitt, que llegó a la cima con 20 años y 8 meses en noviembre de 2001.
EN DATOS
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Empate a uno Alcaraz le ganó a Ruud en la final de Miami y el noruego se llevó la victoria el año pasado en Marbella.
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Un 2022 sensacional Alcaraz, con 50 triunfos, es el mejor tenista del año. Ruud ha conseguido 38 victorias.
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Títulos Alcaraz ha ganado 4 torneos este año (Río, Barcelona, Miami y Madrid). Ruud, 3 (Gstaad, Ginebra y Buenos Aires).
Probablemente ha tenido algo de fortuna Alcaraz, pero nadie le ha regalado nada. Es la suerte del campeón, esa que empuja a los que son verdaderamente grandes. ¿Suerte? Sí. La decisión de Djokovic de no vacunarse le ha privado de jugar en Melbourne y Nueva York, por lo que ha perdido una gran cantidad de puntos en este 2022 aciago para él. En condiciones normales, el serbio seguiría siendo el líder del ranking de la ATP.
Además, las lesiones se han cebado con Nadal y Federer lleva 14 meses sin competir. Y Carlitos, como novato que es, no defendía puntos y su excelente curso le ha permitido escalar puestos en la clasificación a un ritmo vertiginoso. Voló en primavera y está a punto de completar una escalada inolvidable en el ranking en estos últimos días de verano en Nueva York, donde su entrenador, Juan Carlos Ferrero, se quedó con la miel en los labios en la final de 2003, cuando cayó contra Andy Roddick.
Santana, Orantes, Nadal y Arantxa Sánchez-Vicario son los españoles que han ganado el US Open; Ferrero perdió la final de 2003
En su camino hacia la cima del circuito, Alcaraz ha ido dando pasos tan firmes como seguros. Los gestos de sorpresa de Michelle Obama en la grada de la Arthur Ashe cuando el murciano firmó en la semifinal del viernes ante Frances Tiafoe alguno de esos puntos imposibles a los que parece abonado explican a la perfección lo que ha sido la trayectoria de Alcaraz este año. Ha ido dejando con la boca abierta a todo el mundo desde el principio del año. Lo hizo en febrero en Río de Janeiro, cuando se llevó su primer ATP 500 arrasando en la final a un consumado especialista sobre tierra batida como es el argentino Diego Schwartzman.
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La confirmación
Lo repitió en abril en Miami, donde destrozó todos los registros de precocidad del torneo, levantó su primer Masters 1000 y pasó por encima de Ruud con una facilidad pasmosa en el partido por el título. Hoy no será tan fácil. No sería normal. Acabó abril el pupilo de Juan Carlos Ferrero llevándose su primer Conde de Godó, derrotando en la gran final a su íntimo amigo Pablo Carreño. Aquello de Barcelona también fue coser y cantar para el prodigio de El Palmar, quien unas semanas después (ya en mayo) hizo el más difícil todavía en Madrid, venciendo en tres encuentros consecutivos en la Caja Mágica a Nadal, Djokovic y Zverev y haciéndose con su primer Mutua Madrid Open.
El salto en el ranking fue increíble. Asentado ya en el Top 10, empezó a coquetear con los cinco puestos de privilegio en un verano que no fue tan positivo como la primavera. No se adaptó bien a la hierba y en octavos fue cortado por Sinner en Wimbledon. Musetti y el propio Sinner, su bestia negra hasta esta semana, le dieron dos disgustos en las finales de Hamburgo y Umag, respectivamente. La presión empezó a hacerle mella y le jugó una mala pasada en agosto en Montreal, donde partió como segunda cabeza de serie y fue apeado a las primeras de cambio por Tommy Paul.
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Estas dos semanas en Nueva York ha cambiado el chip por completo y ha demostrado que está hecho de otra pasta. Es un elegido. Un número 1 aunque aún tenga que ganar esta noche a Ruud para confirmarlo. Ha ido de menos a más y las dudas de torneos anteriores han desaparecido en Flushing Meadows a base de recitales. Tuvo que sacar lo mejor de sí en semifinales, donde un embalado Tiafoe comprometía su clasificación para la final, y ya solo Ruud le separa de la gloria. ¡A por ella!
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