Un vuelo de luz con Gómez Sosa
FRANCISCO TORRES MONREAL
Lunes, 25 de octubre 2021, 22:31
Manuel González Sosa es un poeta isleño, longevo (Gran Canaria, 1921-2011) y escaso en obra publicada. Pese a vivir a diario en estado de ... poesía, a lo largo de más de sesenta años, sus textos ocupan solo unas doscientas páginas. Publicó en tiradas de poquísimos ejemplares. No aspiró a las pompas y glorias mundanas. Hoy sería un desconocido sin el empeño de A. Sánchez Robayna, a quien debemos su temprano 'revival' con motivo del centenario del poeta. En unos cuantos apartados agrupa sus elecciones temáticas: 'Sonetos andariegos', 'Cuaderno americano', 'Contraluz italiano', 'Poemas dispersos', 'Tránsito a ciegas'. Opta en su escritura, salvo en contadas ocasiones, por el verso regular (preferentemente el endecasílabo y el heptasílabo) e incluso por composiciones canónicas como el soneto, aunque, en estos terrenos, se toma sus libertades.
González Sosa se me aparece también como un gran lector de poesía, de clásicos y de contemporáneos. Góngora y Quevedo, Keats o Unamuno se adivinan a veces en débiles ecos, difuminados o anegados en un decir personalísimo, abierto a las sorpresas de la vida y la palabra. Sorpresas que los lectores acogemos con gozo por cuanto que nos revelan interioridades de los seres y paisajes frecuentados y, con ellas, enriquece nuestro conocimiento del mundo y de nosotros mismos. Creo que el primer sorprendido fue el propio poeta.
Como Valéry, González Sosa pasó la vida revisando sus poemas, lo que dificulta establecer con claridad la evolución de su decir. Resulta de todo ello una poesía densa que invita a la relectura y aún diría que a la introspección. Cierro este comentario con una décima, deliberadamente clásica. Se encuentra el poeta frente a la catedral medieval de Orvieto. Espiritualizado hasta el éxtasis por su belleza, G. Sosa la transfigura en un vuelo de luz y de música: «Lo que atruena la mañana / no son campanas, son plumas. / Ansioso de alturas sumas, / levita el mármol y emana / alas y alas de repente. / Alas el ángel leyente. / Alas el ave solar. / Alas la fiera y el toro. / La sonora nave de oro / ha comenzado a volar».
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