La novela hoguera
Narrativa. La obra premiada con el Planeta recrea la epidemia de cólera de 1834 durante la Primera Carlistada
IÑAKI EZKERRA
Martes, 7 de diciembre 2021, 09:35
La de la novela histórica es un género literario que ha tenido tradicionalmente dos nobles objetivos alternos: hacer comprender el pasado o, a través de ... éste, hacer comprensible el presente. En algunas ocasiones afortunadas, ha cumplido simultáneamente ambos objetivos. Con 'El nombre de la rosa', Umberto Eco probó a mezclar dicho género con el de la novela negra. El resultado fue, por la gran calidad del texto, un hallazgo, pero la fórmula quedaría devaluada gracias a la multitud de imitadores que la repitieron sin el fino talento ni el bagaje cultural del pensador y semiólogo italiano. Así, la combinación de ambos géneros (el histórico y el policíaco) derivó pronto en una literatura del entretenimiento (el llamado 'thriller' histórico) que no pretendía descifrar el significado de ningún episodio del pasado ni de la actualidad, sino distraer, y del que son exponentes ilustrativos autores como Anne Perry, Niklas Natt och Dag o Luis Zueco.
En este contexto, llega 'La bestia' la novela ganadora del Planeta de este año, que se nos presenta como fiel a esa receta hoy de moda, y a la que se suman otros fuertes condimentos como el de la violencia 'gore' o el del falso mensaje social. Es la forma de trabajar del trío de guionistas que firma con el pseudónimo Carmen Mola. Se plantean la novela como una suma de ingredientes convenientemente administrados para mantener viva la atención del lector; como un artefacto sin alma, pero bien engrasado y cuyo éxito reside en el perfecto funcionamiento de los resortes narrativos de la intriga, el impacto y la tensión. Si bien dicho método de trabajo en equipo, muy a la americana, supone una saludable novedad en España y en un género como el negro, que tiene como fin alegrar el ocio del consumidor, resulta un tanto cuestionable su extrapolación a otros géneros más ambiciosos en el sentido literario, como el relato histórico: ¿no cabe la menor objeción ética al arte de divertir al personal con el terremoto de San Francisco o con los fusilamientos de la Guerra Civil española?
'La Bestia' se inicia con una imagen escabrosa que no tiene otra finalidad que el puro efectismo: «Bajo el aguacero, que ha transformado el suelo arcilloso en un fangal, un perro famélico juega con la cabeza de una niña.» La escena podría pertenecer a una película de terror de Stephen King, pero tiene una ubicación que es espacialmente más próxima. Los autores la ubican en la epidemia de cólera del Madrid de 1834. Por si fueran poco los estragos de la enfermedad en la población y la alteración caótica del orden que éstos conllevan, Carlos María Isidro de Borbón, el Pretendiente, ya ha traído a ese marco incomparable la Primera Guerra Carlista, cuyos movimientos de tropas propagan la peste por todo el país. No contentos con esos dos graves males ni con el dolor, la miseria, la barbarie y la muerte que provocan y multiplican, los Mola meten en el puchero narrativo a una 'providencial' secta, los carbonarios, que se entrega a unos clandestinos rituales sangrientos, como meten también el fantasma de un psicópata, una suerte de Jack el Destripador en versión hispanita al que llaman la Bestia y que supuestamente no tiene otra cosa mejor que hacer que despedazar niñas de doce años como la que comparece en las primeras páginas del libro y en una infernal noche de San Juan que resulta una buena metáfora para definir el subgénero en el que se inscribe esta tenebrosa trama. Estamos, sí, ante la 'novela hoguera' en la que resulta poca toda la leña que se eche al fuego de la acción. Esos dos siniestros agentes de criminalidad –la secta secreta y la Bestia que da título al libro– constituyen el nudo argumental de un libro en el que el mejor hallazgo reside en sus personajes principales: Diego Ruiz, un articulista local que firma con pseudónimo y que cumple la función de detective; Donoso Gual, un celador real que perdió un ojo en un duelo por amor y que se convierte en ayudante del periodista desde su puesto de servidor del orden; y Lucía, una adolescente de condición humilde que se halla volcada en la tarea de proteger a su hermana Clara de todos los peligros que la acechan.
Dada la coincidencia temática entre la epidemia de cólera decimonónica que aborda la novela y la pandemia del Covid que ha sacudido a la España actual, podría pensarse que en 'La bestia' subyace una lectura crítica del presente basada en posibles similitudes con el ayer. No es así. Los Mola han ganado el Planeta, pero han perdido esa oportunidad desaprovechando lo que era un buen material novelesco.
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