Así se gana uno el respeto

José Antonio Jiménez Barbero ya nos hizo disfrutar con esta pareja, Augusto Salas y Carmen Reverte, en su estreno en el género, 'El demonio escondido', y ahora nos permite acompañarlos en una trama que se adentra en las interioridades del mundo universitario, en entorno que en ocasiones puede devenir en jungla para quien no esté lo suficientemente curtido en la supervivencia académica y humana. En esta ocasión se desplazan a Granada para tratar de aclarar la muerte de un famoso catedrático de Psicología, y eso, lejos de condicionar a esta pareja, por hacerles salir de su entorno, se vuelve una de las mayores virtudes de la novela, pues nos permite ver cómo encara cada uno su evolución como personaje, justo cuando la vida también se empeña en propinarles sus particulares golpes.

Sin grandes trucos de artificio ni apariencias destinadas a hacer mercado, Jiménez Barbero ha construido una novela seria, en la que cada paso investigador está lo suficientemente meditado y en la que el lector se va adentrando poco a poco, tal y como debe ser, sin dejarse arrebatar por prisas efectistas. La presencia del mal, y su extensión en el tiempo, está presente una vez más en las páginas de un autor que anda siempre curioseando en los rincones más oscuros de la naturaleza humana, esos mismos que suelen conducir al crimen.

A ese mal han de enfrentarse Salas y Reverte, mientras estrechan cada vez más sus lazos vitales, componiendo así el brillante binomio antes mencionado, el mismo que esperamos que siga dándonos alegrías en futuras entregas. A juzgar por el respeto que el autor muestra por la pareja, y la consideración con la que ha sabido entremezclar lo personal y lo profesional en su relación, volveremos a verlos únicamente cuando ellos demuestren estar preparados para encarar otro caso con todas las garantías detectivescas y profesionales que han derrochado en las dos entregas de las que ya hemos podido disfrutar. Así se gana un autor el respeto literario.